La mala del cuento ©. [TERMINADA]

Capítulo 30 (Parte 1)

—¿Emma?

Cayden se apartó de repente cuando Alice irrumpió en el pequeño escondrijo, abriendo sus ojos marrones como si acabara de ver a un fantasma haciendo un striptease.

—Alice.—la saludó Cayden inclinando levemente la cabeza mientras mi amiga trataba de disimular la sorpresa que verle le había provocado. Yo también estaba sorprendida, pero por otra cosa muy distinta. Cayden regresó la vista a mí unos segundos, con un gesto que indicaba que claramente no habíamos acabado de hablar. Por lo general odiaba las interrupciones, pero en aquel momento estaba a punto de abrazar aAlice. —Nos vemos.

Me quedé contemplando más de la cuenta su espalda mientras desaparecía por entre las tripas de las gradas.

—Vale, ¿qué estaba haciendo este aquí?

—Dejarme claro que esto dejó de ser un escondite secreto hace mucho.

Alice frunció el ceño, acercándose a mí y recogiendo el paquete de palomitas ya vacío que aún descansaba sobre el suelo. Lo hizo una bola y se lo guardó en la mochila, devolviéndome la lata de bebida energética que aún estaba a la mitad. Me la llevé a los labios pero hice una mueca de asco cuando sentí el líquido caliente.

—Y se pensará que estábamos aquí por él encima.

Solté un suspiro.

—Bueno, no quiero hablar de ese ser. —añadió rápidamente sacudiendo la cabeza. —Me he enterado de algo. Al parecer Axel está enfermo desde ayer, por eso no ha venido.

—¿Qué?—una sensación amarga se atascó en el fondo de mi garganta.—¿Enfermo?

—Un resfriado. —dijo rápidamente. —Se.... se lo he oído a Naia.Estaba hablando con él en el servicio.

Sentí una punzada de celos, pero la ignoré. No tenía que importarme que Axel siguiera hablando con Naia, no tenía que importarme para nada. "Pero te importa" , murmuró alguien con voz cantarina. "Pero te callas", musité yo encendiendo un par de velas negras en mi mente.

—Parecía querer que me enterara. —siguió diciendo Alice como si eso pudiera hacerme sentir mejor.

Pensé que una vez que se acabara el plan Naia también se acabaría, pero contra todo pronóstico seguía firme, ahí junto al campo de batalla. Y Cayden... Me froté la frente al ser plenamente consciente de las últimas novedades.

—Por supuesto que quería que vinieras a contármelo. —dije apoyándome nuevamente contra las barras de metal. —Es consciente de que iba a enterarme tarde o temprano de que ha roto con Cayden y por eso está tratando que la noticia me sepa amarga. No es estúpida, ha visto en mis ojos todo este tiempo que Axel me importa.

Alice me miró como si ahora fuese yo la que estuviera bailando un striptease.

—¿Qué has dicho? ¿Cómo que han roto?