Capítulo 20 (Parte 2)

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—Está en todos lados

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—Está en todos lados. Es como Dios pero en perverso. —me estaba diciendo Nate mientras regresábamos a la pista. —Por cierto, Axel te estaba buscando.

—¿Axel? No lo he visto en todo este rato.

Recordé que había quedado en traerme una copa, pero eso fue antes de mi excursión al baño, claro.

—Sí, pensé que te había encontrado y que estabas haciendo cosas traviesas con él, por eso no he ido a buscarte antes. ¡Pero no! Tenías que estar con ese ser... De verdad que me decepcionas, pero menos mal que mi sexto sentido me ha avisado antes de que metieras la pata hasta el fondo.

Le di un codazo mientras nos reuníamos con nuestros amigos, que ahora permanecían muy juntos, comentando algo con un gesto raro.

—¿Qué pasa? —quise saber.

Alice sacudió la cabeza en dirección a mi espalda.

—Es un pulpo.

Me giré tratando de ser lo menos descarada posible cuando mi ceño se frunció. Bethany se encontraba apoyada en la pared de al lado de la sala del guardarropa, con el espeso cabello negro cayéndole en suaves hondas hasta la cintura. Un chico de tercero que yo había visto en más de una ocasión en nuestras clases, la estaba cogiendo de la mano, apoyando la otra en su cintura mientras ella parecía claramente incomodada, tratando de zafarse sin llegar al punto de ser grosera. Pude contar como Bethany le apartaba la mano en al menos tres ocasiones y cómo señalaba hacia la pista tratando de marcharse; pero aquel chico no paraba de retenerla diciéndole cosas al oído mientras volvía a agarrarla. Me sentí asqueada.

Me pregunté cómo él no podía verlo, cómo no se daba cuenta de que todo el cuerpo de Bethany expresaba la palabra "NO" con letras mayúsculas sin necesidad de decírselo. O cómo quizás, el chico no quería darse cuenta.

Mis tacones pisaron un charco húmedo de sustancia no identificada cuando me abrí paso por la pista de baile. Podría haber resbalado, pero no lo hice. Al igual que podría haberme quedado en mi sitio continuando la fiesta ajena a los problemas de los demás. Cosa que no hice tampoco. Cuando crucé mi brazo entre Bethany y el chico, apoyándolo contra la pared, este último me miró como si hubiese avistado un Pokemón. Me percaté de como sus ojos tardaban en enfocarse claramente en mí, como si se hubiese pasado ya de la raya en cuanto al alcohol.

—No quiere. —articulé bien despacio para que quedara claro. —Ni bailar, ni nada.

—¿Pero tú de que vas? ¿Qué eres su representante? —musitó tratando de ver por encima de mi hombro a Bethany. En aquel momento, desconocía si seguía tras de mí o si por el contrario había aprovechado la situación para quitarse de en medio. No la hubiese culpado.—Apártate que no quiero problemas.

—No va a haber ningún problema. Nosotras nos vamos. —estaba a punto de darme la vuelta cuando volvió a abrir la boca.

—¿No te enteras de que estábamos hablando? Si buscas llamar la atención búscate a otro tío por ahí y no te metas donde no te llaman, guarra.

La mala del cuento ©.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora