Capítulo 29

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—¿Qué demonios estamos haciendo aquí? —susurró Alice asomándose por entre la estructura metálica que formaba los asientos de las gradas

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—¿Qué demonios estamos haciendo aquí? —susurró Alice asomándose por entre la estructura metálica que formaba los asientos de las gradas.—Pensaba que ya habíamos superado esta etapa.

—Y lo hemos hecho. —le tendí un paquete de palomitas y un refresco, a lo que sonrió aceptando el soborno. —Pero quiero cotillear.

Estiré un poco el cuello para poder ver entre las rendijas. El hecho de que nadie acudiera normalmente a los entrenamientos significaba que no había piernas molestas que impidieran la visión, por lo que teníamos una panorámica perfecta del césped y de la entrada a los vestuarios. Abrí mi lata de bebida energética y me la llevé a los labios, sintiendo la frialdad del líquido deslizarse por mi garganta. No había nadie aún sobre el terreno.

—Genial. ¿Y a quién venimos a ver esta vez? —farfulló mi amiga llevándose un puñado de palomitas a la boca.

—Estoy planteándome ir al cumpleaños de Axel. —solté de repente ignorando aquella pregunta. —¿Qué harías tú?

Alice se mostró dubitativa un momento. Dejó el paquete de palomitas sobre sus piernas cruzadas y se sacudió las manos con cuidado antes de comenzar a hablar.

—Depende.—respondió. —Depende de lo fuerte que seas. ¿Recuerdas lo que ocurrió con Ethan?

Yo asentí. Ethan había sido el primer novio de Alice, y el único.

Se habían conocido como lo hacían los protagonistas de esos libros romanticones, con esa clase de amor secreto que te hace suspirar; y todo había sido perfecto entre los dos, hasta que un día, la relación se quebró casi sin que se dieran cuenta. Cuando Alice y Ethan lo dejaron aún se amaban. Mi amiga se había tirado semanas llorando porque no entendía como se podía haber apagado un fuego cuando las cenizas aún ardían. Ninguno quería perderse a pesar de la situación y ahí comenzó algo peor incluso que una ruptura. ¿Cómo podías ser amiga de la persona de la que aún estabas enamorada? , ¿cómo ibas a darle dos besos a alguien a quien hacía nada besabas en los labios? Alice no supo sobrellevarlo.

—Yo no encontré la fuerza para soportar lo que implica estar al lado de alguien a quien quieres con todas tus fuerzas y no puedes tener. A veces me pregunto si debería haberlo intentado con más ganas, haber tratado de aguantar un poco más... Sobretodo porque era mi mejor amigo. —se colocó un mechón pelirrojo detrás de la oreja. —Pero pensar eso es una estupidez, quizás habríamos acabado matándonos, o a lo mejor, lo habríamos conseguido. Pero lo que importa es que ahora cada uno es feliz por su lado. Tu misma lo dices constantemente, las cosas suceden porque tienen que hacerlo, y no sé si es porque lo dices tantas veces que lo he acabado interiorizando pero... yo también lo creo.

Alice me dio un ligero golpecito con la rodilla.

—Decidas lo que decidas, ya sea tratar de ser su amiga o continuar alejada de él, sí que creo que os debéis una conversación. Y una en la que no haya reproches, en la que simplemente os escuchéis.

La mala del cuento ©.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora