Capítulo 16

11.4K 1.6K 644
                                    

Me eché las manos a la cabeza cuando la bola que acababa de lanzar se deslizó de nuevo por la pista de madera hacia uno de los laterales, desapareciendo sin remedio por el agujero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me eché las manos a la cabeza cuando la bola que acababa de lanzar se deslizó de nuevo por la pista de madera hacia uno de los laterales, desapareciendo sin remedio por el agujero.

Me di la vuelta hacia la mesa dónde se encontraban mis amigos de la manera más digna que pude, mientras ellos fingían comprensión y amabilidad cuando realmente se estaban partiendo de risa porque le había dado a 35 tristes bolos en los dieciocho intentos que había tenido. Me dejé caer sobre la silla como si todo fuera perfecto y no estuviera hecha un basilisco. Nate tampoco era el mejor jugando, pero a él al menos no se le iban casi todas las bolas por los laterales.

Los que de verdad estaban disfrutando para mi sorpresa eran Alice y Axel, los doble "A", como ahora yo los llamaba. Eran los dos buenos, el rival de bolos que Alice siempre había deseado por que nosotros nunca habíamos estado a su altura. Mi amiga se veía increíble cuando lanzaba las bolas, había hecho pleno en cuatro ocasiones, lo que a mi me parecía alucinante. Axel había logrado tres plenos y un semi-pleno, por lo que la cosa estaba bastante ajustada.

—Venga, que a la siguiente remontas. —me animó Nate palmeando mi hombro, y apartándose el cabello rubio que le caía sobre los ojos con un gesto elegante.

—Te voy a poner una vela negra que vas a flipar...

La suave risa de Axel hizo que le mirara con cara de pocos amigos, lo que pareció divertirle mucho más.

—Oye, no me mires así, te dije que te ayudaba si querías.

Lo último que habría necesitado era su cuerpo innecesariamente cerca del mío.

Desde el primer momento en el que había sugerido ayudarme, había pensado en eso sin remedio y la idea me había puesto más que tensa, así que me negué rotundamente.

—¿Para burlarte un poco más? No, gracias.

Sonrió de nuevo, entretenido con mi mal humor. Axel se levantó en su último turno y se inclinó sobre la base dónde descansaban las bolas, entonces cogió una negra y se inclinó sobre la pista, lanzándola y derribando todos los bolos para finalizar la partida. Cuando se irguió, miró la pantalla de resultados, Alice había ganado por dos bolos. Ambos se chocaron la mano y se reunieron con Nate y conmigo que preferíamos ni mirar los resultados.

—¿Cuándo volvemos otra vez? —Alice agarró su chaqueta del respaldo de la silla en la que había estado sentada. Una ligera capa de sudor le recorría la frente, y algunos mechones pelirrojos habían escapado de su trenza.

—Por mí nunca más. —sollocé aún sentada en el asiento. —Este juego es maligno.

—Las fichitas también lo son. —argumentó Axel, y por un momento me hizo ilusión que llamara al Air Hockey por mi mote. —Pones una cara terrorífica cuando juegas. —ya no me hizo ilusión.

Sentí el frío colarse a través de mi chaqueta una vez fuera de la sala de recreativos, estaba segura de que si abría la boca podría soltar incluso una nubecita de vaho.

La mala del cuento ©.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora