Anne

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—Jajaja no puedo creer que sirvió, en serio eres muy patético, y wow creo que te escuché decir "LO SIENTO."

—Tienes suerte de ser la hija de la mejor amiga de mi madre, porque si no... Ewwww te toqué la mano, ¡Que asco! arráncame los ojos te vi sin playera... —dije asqueado.

—Wow wow wow tranquilo, lo sé, yo tampoco estoy feliz por eso, pero cambiando de tema, ¿por qué tienes esa cosa en la cabeza? —agregó mientras señalaba mi pañuelo.

—"Eso" es un pañuelo, volviendo a eso de cambiando de tema, ¿qué haces aquí?

—Jajajaja te ves ridículo, ¿puedo tomarme una foto contigo y ese excelente pañuelo? —dijo en tono burlón.

—Si te quieres quedar sin mano, adelante —dije molesto con una hermosa sonrisa.

—Creo que paso... además no puedes molestarte tanto sabes que soy el ángel de las bromas, llevo milenios sin hacerte este tipo de bromas, ya era hora de hacerte una.

—Con esto no se juega... con ella... no se juega, ¿cómo lograste mentirme? Cuando yo deseo algo es imposible que puedan mentirme.

—Lentes de contacto tuyos... o bueno ex tuyos.

—Es verdad, siempre estaré molesto conmigo por regalarte esos, además de que son el único par en el mundo, con ellos no caes en mi poder del deseo.

—Yo siempre te amaré por este regalo.

—Bueno ya que terminaste tú broma supongo que ya volverás al paraíso, te veré luego —dije sacando mis alas.

—¡Oye espera! Con esto de la broma olvidé decirte, en unos días es mi cumpleaños y quiero que vayas.

—Felicidades, ya cumples 19000 años.

—Si lo sé, qué emoción.

—Me gustaría ir Anne, pero sabes que no puedo entrar al paraíso...

—Bueno entonces deberías agradecerme porque este increíble ángel habló con tu abuelo y accedió a que estuvieras en el paraíso por un día —sonreí.

—¡¿EN SERIO?!

—Si, Dios... tu abuelo si dejó que vayas.

—Wow, pensé que nunca me dejaría volver después de que decidí quedarme con mi padre en el infierno.

—Ya ves que sí, bueno ahora si me voy, te veré luego.

—Adiós y gracias, pero lo "increíble ángel" fue exagerar demasiado —ella puso cara de desagrado y su fue, yo regresé a mi casa, me di un baño y luego salí a cuidar a Ash, la vi trabajando en el café, me regresé a mi casa y me acosté. No podía dejar de pensar en que mi abuelo me dejará volver al paraíso, hace mucho que no voy y extraño a todos, después de horas de pensar en el regalo que le puedo a Anne por fin me llegó, le voy a regalar una cita, con mi mejor amigo Luca, él es un ángel y desde toda la vida ha sido el crush de Anne, revisé la hora y eran las 12:00 p.m. fui a casa de Ash, me asomé por la ventana y vi que ya estaba ahí, estaba estudiando, en serio esa mujer es muy fuerte, pude sentir que estaba emocionada, y también que estaba muy cansada, supongo que ya le habían dado la notica en el bar y por eso ahora está aquí en su casa, no podía dejar de verla, era como si mis ojos fueran metal y ella fuera el imán que los atrae, no me canso de verla, si dependiera de mí, yo podría verla toda la eternidad y siempre encontraría algo nuevo que admirar... después de un largo rato admirándola ella bostezó, se veía tan adorable y a la vez tan cansada, pero mientras mas estudiaba más se le iluminaban los ojos, pero creo que por el momento ya era hora de que ella descansara.

—Princesa, deseo que te quedes dormida —ella volvió a bostezar y se quedo dormida, yo entré y la cargué, la puse en su cama, le quité su playera y sin ver le puse una playera larga, luego le quité su pantalón con mucho cuidado de no tocarla, ya que gracias al tamaño de la playera no le podía ver nada, y realmente estaba bien, mi antiguo yo se hubiera arrojado hacia ella, claro que NO mientras duerme o si estuviera tomada, soy el príncipe del infierno, me gusta el desorden... la fiesta, el alcohol y el buen sexo, bueno me gustaba, pero jamás tomaría ni tomaré ventaja sobre una mujer, hacer eso es lo peor, ni el infierno lo perdona y créeme, en el infierno nos gusta que sean malos, entre más malos más divertido es para nosotros, ya que los podemos torturar mucho más feo, pero el tomar ventaja de una mujer, recibe el peor castigo, te hace ver tú mayor deseo y luego te hacen ver como se destruye de la peor manera, y eso se repite una y otra y otra vez.

Tomé su computadora y comencé a terminar todo lo que ella tenía que terminar, como dije antes, yo ya había tomado clases de medicina, me especialicé en cirujano plástico, neurocirujano, cardiólogo y emergencias, por eso sé bastante sobre el tema, es una carrera muy larga, pero siempre vale la pena... seguí con su trabajo, después de unas horas me dio un poco de sed, fui abajo por un poco de té, cuando tuve lista el agua tibia comencé a buscar la miel, el limón y canela para hacer mi té, al ver la lacena estaba vacía. Salí de la casa y fui a una tienda que siempre esta abierta, compré todo tipo de cosas que son indispensables en una casa, desde cereales hasta toallas sanitarias, también compré los mejores medicamentos para tratar el cáncer de su madre, ya que según recuerdo su madre padece de esa terrible enfermedad, sé que lo que ayuda son las quimioterapias, pero unas buenas medicinas nunca son malas, terminé de comprar y fui a su casa, acomodé todo y dejé una nota "Felicidades por ganar en nuestro concurso, espero y lo disfruten", fue la mejor excusa que encontré, para ser honestos si es una excelente excusa, todos sabemos que a comparación de todas las excusas que he usado esta lleva la delantera, y por mucho, puse esta excusa para que cuando se dieran cuenta que su lacena estaba llena, no preguntarán el por qué. Volví a subir y continué con el trabajo de Ash.

—Listo, terminé... —me levanté de la silla, me estiré un poco y miré el reloj, eran las 5:15 a.m. realmente no estaba cansado, los demonios y los ángeles no necesitamos dormir, es imposible que nos cansemos, pero he estado viviendo mucho tiempo aquí en la tierra que duermo solo por gusto, me senté en la orilla de la cama de Ash y la observé dormir, jamás había tenido tantas ganas de abrazar a alguien, ella comenzó a levantarse y yo me fui. 

LucierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora