—Solo me interesa Ashley, mientras ella este bien tú y yo lo estaremos —me gustó saber que Ximena no piensa en lastimarla y que a cambio de no lastimarla quiere salir conmigo, ella solita se metió en la trampa, ahora todo es mas fácil, solo ocupo decir que la única razón por la que lo hago es por Ashley, cuando realmente también es por Gab, salir con ella y enamorarla para luego destrozarla suena como el plan perfecto.
—¿Tenemos un trató Lucier? —me transformé en mi forma de príncipe del infierno.
—Acabas de hacer un trato con el diablo—dije y luego volví a mi forma normal
—Wow cambiaste, tus ojos, tus cuernos, ahora no tienes cola, ¿algún poder nuevo? -preguntó ella.
—Ninguno que me interese compartirte.
—Uy, ¿por qué tan grosero? —dijo con una sonrisa.
—Eso no va a cambiar nunca en mi, sabes como soy, sino te gusta te puedes ir —dije de manera seria.
—Pero eso no me molesta, al contrario me encantas, y enojado solo te ves más sexy —me guiñó el ojo.
—Llegamos —me bajé, le abrí la puerta del carro a Ximena, ella bajó, al llegar habían un motón de paparazzis, Ximena me tomó del brazo y nos dirigimos al restaurante, tomamos asiento en una mesa reservada para nosotros.
—Gracias —dijo Ximena mientras le abría la silla.
—¿Sabes dar las gracias? —dije sorprendido.
—Lo dice el hombre que núnca había pedido disculpas hasta que llegó una humana, así que no te sorprendas tanto, todos cambiamos... y si, gracias por reservar el restaurante para nosotros y por abrirme la silla —la verdad no había reservado el restaurante para ella, lo hice porque amo mi privacidad a la hora de comer, pero vamos... ella no tiene porque saberlo, el chiste es enamorarla, para luego lastimarla.
—Hiciste un trato con Lucier y ninguno de mis tratos vienen mal, así que solo esperarás lo mejor de nuestras citas —espero que no sonará muy pronto, aún quiero hacerlo lento, no tengo prisa en querer enamorarla, quiero que sea poco a poco, y algo que tiene Ximena es que es muy ingenua y eso lo usaré a mi favor.
—Gracias amor...
—Por milésima vez, no soy tu amor Ximena —el mesero llegó con la comida lista, algo que me ayudará mucho es que he estado con miles de mujeres, nunca nada serio claro, pero eso me ayudó a descifrarlas.
—Provecho, dijo el mesero y se fue.
—Me pediste mi comida favorita —dijo Ximena, pude sentir su emoción, yo solo sonreí y respondí como lo haría yo.
—No, solo le dije al mesero que me trajera lo que fuera su especialidad, pero me da gusto saber que te gusta —yo sé como le gusta que la traten, para ella entre menos romántico seas, más sexy te encuentra, y lo que le encanta es que ya después de salir por tiempo seas más rómanticos, y seré honesto, en el infierno ella es la mujer más deseada, todos babean por ella y realmente es bonita pero no lo mal interpreten, es bonita porque ella fue creada con mi sangre y con el porpósito de poder ser seductora con todos, para así poderlos influenciar más rápido y así matarlos con facilidad..
—Pues el mesero tiene buenos gustos, ¿me pregunto que habrá hecho de postre?
—Me pregunto lo mismo... —de postre nos dierón el especial de la casa, al terminar llevé a Ximena a su casa y regresé a la mía, al llegar a mi casa subí, me quité el traje y me puse un pants de pijama, me acosté en el sillón de la sala, prendí la tele y luego recordé que dejé mi celular en mi auto, bajé por el celular y al llegar vi a Ashley, estaba parada ahí, sin moverse, tomé mi celular y saqué mi chaqueta después me dirigí a ella.
—Princes... —en cuanto me escuchó se volteó y logré ver que no estaba sola, enfrente de ella estaba el idiota de su ex, los dos voltearón a verme, yo me dirigí con determinación a ella, la cubrí con mi chaqueta —.Al menos cuidala un poco más idiota —dije después de ponerle mi chaqueta a Ash.
—Luci, yo... —la ignoré.
Por alguna extraña razón yo estaba molesto así que me fui directo a mi habitación, después de un rato escuché como ella llegó y tocó a mi puerta.
—Luci, solo fue una salida y era para aclarar las cosas —abrí la puerta.
—No tienes que darme explicaciones...
—No, pero yo sol-
—Buenas noches Ashley... —dije mientras cerraba la puerta.
—¿Ashley? —preguntó con un tono un poco distinto, como triste, la verdad no logré persibirlo.
—¿Así te llamas no? —contesté a su pregunta con otra pregunta.
—A.. emmm yo... si, si claro, buenas noches Lucier —no me gusta actuar así, y mucho menos con ella, pero realmente el que ella este con ese idiota no me ayuda en nada, solo me genera enojo, molestia, ella fue a cenar con él y ni siquiera me avisó, sé que no tiene por que hacerlo, pero lo único que quiero y que le he demotrado es que quiero que ella esté bien, pero no puedo hacerlo si ella no confía en mí, no sé el motivo de porque siento esto, traté de no pensar en eso pero me fue imposible, saqué mis alas y salí a dar un paseo por la ciudad, al regresar, comencé a sentir un fuerte dolor en la cabeza, y comencé a sentirme mareado, precipitadamente volé a donde estaba mi princesa, abrí la puerta sin pedir permiso, ella estaba sentada en la sala de su habitación, tenía el rostro cubierto con sus manos, me acerqué y la abracé.
—¿Qué ocurre princesa?
—Nada solo...que...que guapo estas —mi princesa estaba tan tomada.
—Ashley estas tomada, ¿por qué?
—TúuuUuU, Te VeS muuuuuy GuaPO cUanDO ereS ManDÓn.
—Gracias princesa, me lo dicen seguido, ahora a la cama —la cargué y la acosté en su cama.
—ESSSpeeeraa LucIII... veEen y dueRMete coNMigO —me acosté a lado de ella y comencé a hacerle piojito. Ella se levantó.
—Wow, tranquila princesa, te vas a caer, ven y acuéstate.
—Quiero que me beses, QuIEro que me hagAS tUyA —cuando la esuché decir eso me di cuenta que ella en serio estaba mal.
—A la cama, por favor —Agregué.
—Ven y OblígAMe —esto comenzaba a provocarme.
—No juegues con esto, porque me conocen por complacer —ella se acercó a mi y pusos sus manos sobre mi cuello, sus labios estaban a solo unos centímetros de los míos. Carajo, tengo tantas ganas de besarla, de hacerla mía, de que grite mi nombre una y otra vez, que me diga que vaya más lento, de escuchar su respiración acelerada.
Yo sonreí y la cargué, la acosté en la cama, después de un rato se quedó dormida, le dí un beso en la frente... cuando le dí el beso en la frente de la nada pude ver que ocasionó que ella se emborrachara, al parecer una nueva habilidad, por lo que veo ocupo tener un contacto físico con la persona para poder no solo sentir lo que siente sino también saber la fuente de ese sentimiento, me transformé y al verme en el espejo vi que yo seguía todo igual, al parecer solo fue esta nueva habilidad, de pronto volví a ver que la había hecho tomar esa tonta decisión y al parecer fue mi culpa, se sintió mal porque le dije por su nombre, en lugar de decirle "pirncesa", me pareció tierno, significaba que le gustaba el apodo, pero a la vez estaba molesto conmigo mismo técnicamente fue mi culpa que ella tomará. La dejé y me fui, al día siguiente me levanté y le preparé el desayuno a mi princesa, al llegar me di cuenta que ahí estaba el Doctor idiota, dejé la bandeja con el desayuno en la sala de su habitación y me salí, sin decir nada, me fui al set para continuar con la película. Al terminar Ximena se fue para su auto, yo me dirigí al mÍo pero en cuanto me subí la imágen de Ash y el Doctor idiota me vino a la cabeza y solo reaccioné sin pensarlo.
—¡Ximena, oye espera!
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Lucier
Science FictionDrogas, sexo, una mujer distinta todas las mañanas, suena a la vida perfecta para cualquier hombre... bueno pues para el príncipe del infierno lo es. Pero eso termina cuando su padre le pide un último trabajo, atormentar a una chica ordinaria... o a...