Quiero acompañarte.

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—Luci, ¿qué haces aquí? —preguntó Ash mientras estaba sentada en la camilla.

—Hola princesa, vengo a quedarme contigo, no he dejado de estar aquí, hasta hace unas horas, pero de todas formas mis guardaespaldas te cuidaron así que no te preocupes.

—Gracias Luci, en cuanto me levanté quería salir de aquí porque sé que no puedo pagar estos lujos, y me regresaron diciendo que el señor Arcángel había pagado todo, en serio gracias Luci...

—No es nada princesa, haré siempre lo que sea por ti —sonreí, tomé asiento en el sillón y me acosté.

—¿Qué haces? —preguntó Ash.

—Me preparo para dormir, sé te tú ya tuviste tu increíble siesta de bella durmiente, pero este rostro esculpido por los dioses también necesita un descanso —eso era una completa mentira, obvio no lo de mi incríblemente sexy rostro, eso es completamente verdadero, me refiero a lo de dormir, yo no necesito dormir pero no es como que ahora pueda contarle que soy un demonio y un ángel, que soy el príncipe del infierno y del cielo, así que tuve que mentir.

—Si no hubieras agregado lo de tú rostro esculpido por los dioses te habría dicho "Ven acuestate, hay espacio para dos" pero creo que con tú gran ego ya seríamos tres, y no hay espacio para tres en esta camilla.

—No no no, mi ego se puede quedar justo en este lugar luego vendré por él, muchas gracias por la oferta la tomaré inmediatamente.

—Jajajaja —ambos reímos de mi comentario.

—No te creas princesa yo estoy bien aquí, tú descansa que lo necesitas —realmente tenía muchas ganas de ir a acostarme con ella, pero no, me niego a ser muy Lucier en estos momentos quiero ser un poco mas de Kamil ( lindo, atento, respetuoso y que si piensa con la cabeza de arriba, no con la de abajo).

—¿En serio estoy hablando con el joven Arcángel Kamil? —dijo sarcásticamente mi princesa.

—Ja, ja, ja, que graciosa... pero bueno, si quieres al demonio Lucier solo te diré que me conocen por complacer —le dije mientras le guiñaba un ojo, me levanté y me acosté a lado de ella, ella se acomodó, en cuanto sentí su presencia a lado de mi me relajé, y comencé a cerrar mis ojos...

—Oye y gracias por lo de mi madre, en serio no puedo pagarte todo lo que has hecho por nosotras... lo de mi madre me lo dijo uno de tus guardaespaldas.

—Princesa... no es nada, ya te dije que siempre haré todo por tú felicidad —tenía ganas de decirle que haría todo por ella, no simplemente hacerla feliz sino también decirle que no agrdezca, que con verla feliz lo tenía todo, con que ella estuviera para mí, que yo no sé como pagarle el hacerme querer ser mejor persona... pero sé que se necesita de trabajo, mucho trabajo, el volverte buena personas es complicado pero o imposible, en especial después de ser el príncipe del infierno, y sé que aunque ella sea el amor de mi vida, yo no soy la única persona que la ama y eso me da miedo, porque soy malo para ella, y aunque ella me vuelva mejor, eso no va a poder cambiar, en el fondo siempre sabré que no soy lo mejor para ella, aunque sé que por ella cambiaría todo... cerré mis ojos y me quedé dormido.

Al día siguiente.

Abrí mis ojos y me di cuenta que Ash estaba acostada en mi pecho, comencé a sentirme muy nervioso, me moví con cuidado para evitar despertarla, bajé y al bajar le mandé un desayuno especial para cuando ella despierte sienta algo lindo, también le mandé muchas rosas, fui a mi casa y me bañé y me arreglé, estaba emocionado porque hoy es el día emn el que volveré a mi hogar, volveré al paraíso y estoy muy nervioso respecto a eso para ser honestos, hace miles de años que no voy y mucho pudo haber cambiado, pero bueno estoy listo para lo que venga y estoy listo para poder ver a mi madre.

Me puse mi traje, tengo un traje especial por ser el príncipe del pareíso, tomé aire y me teletransporté al cielo, en cuanto llegué a la entrada, me teletransporté de vuelta, el pánico me invadió, tomé más aire y estaba a punto de volver a teletransportarme y recordé que la teletransportación solo la usan los demonios, así que saqué mis alas y volé, volar lo hizo más tranquilo, me paré en una nube justo frente a la entrada y ahí vi a uno de mis amigos más antiguos, Luca, él me saludo, y me acompañó al castillo, al llegar todo era como lo recordaba, todo era perfecto, entré y vi a mi madre estaba sentada en su lugar de siempre, justo a lado de mi abuelo, sonreí, mi madre se levantó, yo con los ojos llorosos corrí a abrazarla le di el abrazo más fuerte del mundo, cuando nos separamos hice una reverencia.

—Su majestad. Dios padre.

—Lucier Arcángel Kamil, príncipe del paraíso, bienvenido a casa... —dijo mi madre.

—Gracias madre —hice una reverencia, en eso llegarón los demas, todos estaban felices de verme y para ser honestos yo estaba aún más feliz de verlos.

—Pequeño mounstro... —dijo una voz que se encontraba detrás mío.

—¿Gabriel?

—En vivo y en directo —lo abracé precipitadamente, él me abrazo devuelta, en cuanto lo toqué pude sentir un dolor horrible.

—Gabriel, ¿qué te ocurre?

—Nada... y... ¿Qué has hecho? —dijo intentando cambiar el tema.

—Gab te conozco mucho mejor que esto... ¿Qué ocurre? —inistiendí en que me dijera lo que él tenía.

—Es que no es de importancia —agregó él.

—Gabriel...

—Moriré en poco tiempo, no hay nada que se pueda hacer al respecto —en mi cuerpo pasó un escalofrío terrible, Gabriel siempre ha sido como mi hermano mayor.

—Gabriel, ¿quién te hizo esto?... —dije queriendo saber más, queriendo saber quién era el resposable que va a pagar... yo voy hacer que esa persona pague por lo que le hizo a Gab.

—Él qu-

—Es suficiente por hoy Kamil, Gabriel ocupa descansar —interrumpio mi madre.

—Si madre, yo lo llevo a su palacio —tomé a Gab y nos teletransporté, si, está mal usar mis poderes del infierno mientras estoy en el paraíso, pero Gab no se encuentra muy bien y volar solo lo dejaría exhausto.

LucierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora