𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗰𝗶𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗲.

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❝Cuando dices que me amas, sabes que yo te amo más.
Cuando dices que me necesitas, sabes que yo te necesito más.❞
Adore You - Miley Cyrus.
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Cerró la llave del grifo levantando la cabeza, encontró la penetrante mirada de JungKook detrás de ella a través del espejo, se veía pequeña ante él.

—Quiero besarte —soltó, inconscientemente.

—No sé que estás esperando —contestó ella, sintiendo un ligero deja vu.

Las manos de JungKook tomaron el cabello rubio de Hye-min con suma suavidad separando por mechones, comenzando a hacer una trenza que ató al final con una pequeña gomita que encontró a un costado.

Sus manos se deslizaron despacio hacia la cintura femenina para alcanzar el nudo de la cinta del albornoz, lo desató lentamente mientras sus labios dejaban un reguero de besos por el cuello de Hye-min, bajó hacia las clavículas cuando dejó caer la prenda al suelo. Siguió con las tiras del camisón que descendieron por los brazos de esta con lentitud, dejando sus pechos expuestos. Sus miradas se volvieron a encontrar a través del reflejo del espejo, un gemido ahogado salió de la garganta de Hye-min cuando sintió como JungKook apoyaba su dureza contra su trasero. Era una imagen muy erótica para ella, una que solamente él podría lograr.

Las grandes y venosas manos del pelinegro capturaron sus pechos apretándolos, los pulgares repartiendo caricias circulares a sus erectos pezones, su piel erizándose mientras sentía los besos húmedos sobre su cuello y las caderas de este empujaban imitando embestidas. Hye-min comenzó a restregarse queriendo más cercanía, queriendo mucho más que solo ese simple roce, sus manos apretaron con fuerza el mármol del lavamanos en lo que se dejaba hacer.

Volteó sobre sus talones para estampar su boca contra la de JungKook, un beso que comenzó siendo dulce y añorado, uno que sabía a reencuentro. Sus brazos rodearon el ancho cuello permitiendo que él la levantará para sentarla sobre el mármol y se metiera entre medio de sus piernas, una de las manos bajó hasta su intimidad, sintiendo dos dedos introducirse entre sus pliegues al hacer a un lado la tela de sus bragas. Sus bocas se reclamaban en un beso sucio que les quitaba el aliento.

Hye-min con manos temblorosas comenzó a desabrochar la camisa de JungKook exponiendo su torso, luego fue por el cinturón y la cremallera del pantalón que no tardó en desabrochar bajando junto a los bóxer dejando ver si pene erecto y húmedo por el líquido preseminal. Comenzó a masturbarlo con lentas y tortuosas caricias que lo hacían gruñir perdiéndose en la boca de ella. Lo necesitaba, lo necesitaba con demencia como si fuera el mismo aire para respirar, realmente se volvería loca si no lo tenía dentro de ella.

Alejó su mano del falo rompiendo el beso entre ambos, JungKook terminó de quitarle la ropa interior y el camisón dejándola completamente desnuda a su merced, hizo lo mismo con la parte inferior de su ropa y de una sola estocada se enterró en ella permitiendo que las piernas femeninas lo rodearán y apretarán volviendo a devorarse sintiendo el dulce elixir del sexo.

Aquel acto que en ellos había sido intenso y especial en el pasado, seguía siendo mientras él la embestía con rudeza. Hye-min aferró más sus brazos alrededor del cuello de JungKook con la intención de más cercanía, apretaba entre sus dedos los cabellos negros de este, aprovechó de besar y morder la piel de su mandíbula afilada mientras también movía sus caderas para darle más acceso. JungKook sujetó con una de sus manos la trenza de Hye-min jalándole la cabeza hacia atrás teniendo la vista de la piel de su cuello, sus pechos rebotando por la acción de sus embestidas excitándole mucho más aquella acción, su otra mano apretaba la cintura por mantenerla sentada en su lugar.

𝙀𝙡 𝙝𝙞𝙟𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙚. [J.JK] COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora