𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗼𝗰𝗲.

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La secretaria del señor Jung-suk se mantenía en silencio detrás mientras el presidente y su esposa hablaban animadamente con la directora del hogar

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La secretaria del señor Jung-suk se mantenía en silencio detrás mientras el presidente y su esposa hablaban animadamente con la directora del hogar. Sonmi giró la cabeza al captar a JungKook y Hye-min cabizbajos hablando en susurros, sintió su estómago revolverse cuando vio como la castaña rozó sus dedos con los del pelinegro, era un juego inocente, pero no le había gustado nada la cercanía de ese par.

Suspiró, comenzando a acercarse a ellos sin que los mayores se dieran cuenta, cortando todo ambiente que tuvieran.

—Kook, vienes con nosotros, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa inocente solo al chico.

—¿Kook? —Hye-min se removió inquieta en su lugar al escuchar como lo llamaban, intentó no reír por aquel apodo tan meloso, sus labios en una sola línea conteniéndose. El pelinegro sintiendo vergüenza ajena por alguien más que le ponía esos apodos absurdos.

—No iré con ustedes —avisó mirando de reojo a la castaña que se alejaba de a poco, asombrando a ambas— mi horario de salida es hasta las nueve de la noche.

—Oh.

Hye-min se sintió curiosa, manteniéndose en su lugar jugando con sus borcegos en el suelo como si le restará importancia a la conversación que se daba ahí cerca. Y es que, era mentira que el horario de salida era a las nueve puesto que las siete era el límite para ellos dos.

Sonrió para sus adentros porque notaba como el pelinegro le rehuía a esa mujer intentando acallar a su conciencia que le decía que la tal Sonmi, es o fue una de las amantes del chico. Algo que no le asombraba en lo más mínimo.

Suspiró mirando hacia cualquier otro lado que no sea esos dos, la cercanía que la morocha comenzó a tener por sobre el pelinegro parecía rebasar sus límites, ya estaba acostumbrada a ver centenares de mujeres rodear a JungKook que ni se inmutaba, pero en este caso algo le hacía estrujar su corazón no pudiendo evitar sentir lo que sentía.

—Señor Jeon —la castaña hizo una reverencia hacia el susodicho que se acercaba a ellos— fue un honor haber escuchado tan gratas palabras —ironizó siendo JungKook y Sonmi los únicos que se dieron cuenta de ello, el pelinegro haciendo una mueca para no reír y Sonmi arqueando una ceja indignada por su sandez.

—Gracias querida, un gusto verte —saludó sujetando la mano femenina, prosiguió mirando a su primogénito— hijo —entrelazó con la suya la mano de su esposa para salir de allí sin decir más, detrás de ellos Sonmi algo renuente a dejar a los otros dos juntos.

El pelinegro comenzó a caminar hacia el interior del edificio, Hye-min viendo la valiosa oportunidad de joder a la morocha que no dejaba de mirarlos fijamente, tropezó sin querer queriendo cayendo abruptamente a los fuertes brazos de JungKook quien la sostuvo firmemente de la cintura.

El rostro de Sonmi se volvió completamente rojo de la ira al no poder hacer algo cuando la enorme puerta se cerró en su cara y su última vista fue de aquellos dos mirándose fijamente.

𝙀𝙡 𝙝𝙞𝙟𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙚. [J.JK] COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora