Había llegado el día donde los jóvenes hijos de las principales familias más importantes de Corea prestarían su tiempo en algunos centros de caridad. Pues, era muy normal ayudar en ciertos lugares de bajos recursos y que lo hicieran traían no solo beneficios frente al pueblo sino que en cuanto a la política dejaba bien visto.
JungKook se encontraba absorto observando las calles de Seúl pasar a través de la ventana polarizada de la camioneta donde su padre y su madrastra lo acompañaban también, aún tenía mucho sueño, no había podido pegar un ojo en toda la noche sintiendo completamente injusto este "trabajo" que ya sabía de antemano no haría ningún esfuerzo.
—JungKook, hijo, trata de cambiar la cara —habló el señor Jeon con voz amable— sé que solemos discutir mucho, pero esto es por nuestro bien. Mantengamos la compostura por un tiempo y te prometo que te pagaré un viaje completo por el mundo. Dónde tú quieras, ¿si?
JungKook miró a su padre pensando en aquella tentadora propuesta, tal vez no caería mal un viaje lejos de toda esa locura de vida de mentira, fingiendo ser el hijo perfecto del presidente de Corea del Sur, nada más lejos de la triste realidad. Dónde cada lugar que se le presentará como oportunidad buscaba un refugio en el que pudiera desperdiciar toda esa mala energía olvidando por un rato sus raíces.
Asintió leve volviendo a su contemplanza de las calles y al silencio mientras escuchaba la conversación nada interesante de su padre junto a su esposa, sintiéndose ligeramente extraño al no contestar de forma sarcástica como siempre, o tal vez, simplemente, era que ese día no tenía las suficientes fuerzas como para discutirle a su padre.
Pero su sonrisa surgió en medio de sus delgados labios cuando sus ojos alcanzaron a ver a una castaña interesante parada a unos metros dónde el vehículo se detuvo con un efusivo entusiasmo brillar en su rostro. Los dos adultos al ver el repentino cambio de humor del pelinegro siguieron la misma dirección encontrando la razón.
—Sería muy lindo que Park Hye-min y tú acabarán casados —canturreó YangMi con tono divertido, emoción que ninguno de los hombre allí compartía.
—Claro, querida mami —respondió JungKook, con aparente sarcasmo— porque estoy deseoso de casarme algún día.
—Es un propósito que algún día, pronto esperó, pase, JungKook —opinó su padre con seriedad— no sería nada malo que esa muchacha y tú contraigan nupcias, es más, creo que sería lo más sensato siendo que nuestras familias son amigas.
—¿Me estás jodiendo, verdad? —expresó con irritabilidad antes de darse cuenta su forma de hablar, pues Jung-suk lo estaba fulminando con la mirada.
—Ten cuidado cómo me hablas, mocoso —siseó entre dientes.
Las puertas del vehículo se abrieron siendo el aviso perfecto del pelinegro para salir corriendo de la ira de su padre. Avanzó a pasos rápidos dónde Hye-min y su madre se encontraban hablando animadamente.
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𝙀𝙡 𝙝𝙞𝙟𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙚. [J.JK] COMPLETA.
FanfictionCuando eres el primogénito de uno de los representantes más importantes del país en Corea del Sur, esperan que seas todo lo que debe ser viniendo de una familia de renombre, perfecto y bien portado, pero para Jeon JungKook, eso es un juego de doble...