Había despertado con los brazos y el cuerpo musculoso de su novio casi encima, lo contempló por unos instantes mientras él dormía, con las yemas de sus dedos acarició delicadamente el entrecejo y la nariz, sus finos labios en un pequeño puchero mientras parte de su flequillo cubría su varonil rostro. Hye-min no pudo evitar reír bajito al escuchar los balbuceos de su novio aún dormido. Acarició delineando los tatuajes del brazo derecho que reposaba sobre su cintura, últimamente él dormía sin camiseta, lo que a ella no le molestaba en absoluto.
Realmente disfrutaba cada minuto a su lado, los días pasaban rápido, pero estaba muy segura de lo que tenían, lo que comenzaban a forjar juntos y de lo que vendría. No dudaba en que lo apoyaría incondicional en lo que fuere. Por eso cuando recibió el mensaje de una persona desconocida comentándole que alguien muy importante necesitaba comunicarse con su novio no dudó ni un segundo, menos cuando se mencionó a la madre de este.
Ese día en particular, el pelinegro se había marchado temprano a realizar sus actividades, Hye-min se había quedado sola por lo cual aprovechó para que la persona de aquella llamada llegará mucho antes. Quería saber con antelación sobre el tema aunque el nuevo visitante prefirió esperar.
El timbre sonó, Hye-min corrió abrir la puerta de inmediato encontrando la enorme sonrisa de conejo de JungKook, este la sujetó de la cintura atrayéndola a su cuerpo y besando sus labios por unos minutos.
—Me extrañaste que me llamaste tan rápido —ronroneó.
—No —hablo poniéndose seria colocando sus manos sobre el fuerte pecho del chico— te llamé porque ocurrió algo imprevisto de último momento —lo tomó de la mano cerrando la puerta y dirigiéndose con él hasta la sala donde los esperaba el desconocido.
Este se levantó de su asiento, portaba un elegante traje beige con camisa blanca, su cabello castaño oscuro iba peinado hacia atrás, tenía hombros anchos, era unos centímetros más alto que JungKook y delicadas facciones en su rostro. Saludó con una reverencia y una amable sonrisa cerrada en sus labios acolchonados.
—Hola, mi nombre es Kim SeokJin, un gusto —extendió su mano en dirección al pelinegro quien correspondió dudoso al saludo sin dejar de observar al chico enfrente.
—¿En qué podemos ayudarte, Kim SeokJin y por qué estás en casa de mi novia a solas con ella?
—¡JungKook! —reprochó ella en voz baja dándole un leve codazo en sus costillas. SeokJin sonrió llevando sus manos detrás de su espalda— siéntate por favor, iré por algo de beber, ya vuelvo.
Ambos tomaron asiento en los sillones uno frente al otro, JungKook no dejaba de admirar al tal SeokJin, no podía evitar mirar lo amable y atractivo que era, realmente llamaba la atención, tenía un aura muy atrayente.
—Vengo por un asunto importante que necesitamos arreglar —hablo cruzando sus piernas de forma elegante colocando sus manos sobre su rodilla.
—¿Nos conocemos acaso? —inquirió a lo que el chico solo sonrió.
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𝙀𝙡 𝙝𝙞𝙟𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙚. [J.JK] COMPLETA.
Hayran KurguCuando eres el primogénito de uno de los representantes más importantes del país en Corea del Sur, esperan que seas todo lo que debe ser viniendo de una familia de renombre, perfecto y bien portado, pero para Jeon JungKook, eso es un juego de doble...