Cliche.

Capítulo 7

Mi Slytherin interior salió.

Se actualizó el 07/03/2022 a las 17:00 Hora Paraguaya 

La cena transcurrió con normalidad para Harry, obviamente quitando de lado las miradas analíticas de todo el mundo, y que Hermione dejó de lado su enojo para preguntar un sinfín de cosas, sin duda alguna estuvo muy tranquila.

Obviamente, hubo personas que estaban mirándolo de mala manera, pero eso no le importaba mucho. Tal vez eran miembros antiguos del equipo de Quidditch, no muchos estuvieron contentos por el cambio repentino de las reglas, y como era de esperar eso no le importaba mucho.

Su punto de vista actual era bueno, tenía el control actual de Hogwarts, es decir que tenía una ventaja sobre Voldemort y Dumbledore, tenía una probabilidad de éxito del 75%, y un 25% de probabilidades de fracasar, que eran pocas, pero que tranquilamente iban a poder ser aprovechados por ambos, especialmente por Dumbledore.

Ya tenía experiencia en este juego, muchos años de experiencia, por lo que su peor enemigo era el mismo director, que sabía que su situación era delicada, sin la junta escolar en Hogwarts, su puesto dependía exclusivamente de lo que Harry diga. Y estaba seguro de que el director iba a aceptar todo tipo de pedidos, con el único propósito de mantener su puesto y poder vigilarlo.

Voldemort, era el punto más fácil de todos, porque sabía que solamente necesitaba eliminar los Horrocrux que poseía, sabía dónde estaba cada una de ellas, por lo que para su cuarto año, el señor tenebroso ya iba a estar totalmente listo para morir.

El cuerpo de Quirrell no iba a durar mucho tiempo, por eso bebía sangre de unicornio, no necesitaba tener un enfrentamiento con el hombre para poder salir victorioso, en el segundo año estaba el diario y el basilisco, necesitaba matar a dicho animal y obtener el libro, antes de que Malfoy se lo entregue a Ginny.

Los dos primeros años, eran los más sencillos de todos, detener a Voldemort era sencillo ahora que poseía el conocimiento de lo que iba a hacer, poder político no le faltaba, pero necesitaba a personas neutrales en cargos puntuales para mantener a la luz y oscuridad en una línea recta, donde ninguno se quite ventaja, mientras él estaba debilitando a su enemigo.

Su principal enemigo sin duda era alguna era el mismo Albus Dumbledore, podía ensuciar su nombre, pero tenía muchas personas que lo apoyaban ciegamente, lo peor es que él no iba a dudar en tratar, en dividir al alumnado.

Gryffindor y Hufflepuff, no iban a dudar en colocar de lado del director, Ravenclaw iba a colocarse en una postura neutral, y Slytherin de un lado conveniente. Incluso aunque él tenga el poder de despedirlo, no iba a poder hacerlo de un día para otro, sin ninguna razón.

Iba a ser un duelo muy interesante, pero tenía que tener cuidado, confiarse no le iba a servir de nada, pero mostrarle al director que estaba preocupado tampoco le iba a servir. El director era alguien que al ver un signo, podía ver si estabas mal situación, algo que él no debía mostrar en ningún momento.

Los de primer año por favor conmigo – La prefecta capturó la atención de todos los alumnos de Slytherin, Harry la miró por un segundo, no recordaba ver a esta chica en Hogwarts, tal vez estaba en su último año, bueno tampoco le importo.

Los de primer año siguieron a la prefecta, Hermione estaba al lado de Harry, en todo momento ella no se despegó del niño que vivió, tal vez se dio cuenta de las miradas de todo el colegio, o de los alumnos de Slytherin. Algunos con curiosidad y otros no muy buenos que digamos, ella era una nacida de muggle, y aunque las cosas cambiaron, en la sala de Slytherin, el más fuerte era el que mandaba.

Marcus Flint fue el más afectado en el cambio, perdió su puesto como capitán del equipo de Quidditch, y lo peor de todo es que perdió totalmente la oportunidad de ingresar nuevamente al equipo. Sus notas eran pobres, por lo que le fue negada la posibilidad de participar en las pruebas del equipo, sin importar lo que hiciera o incluso lo que su padre intentara.