Cormac McLaggen agarró por el brazo a Emily tras felicitarla por lo guapa que iba. El chico la había invitado hacía ya bastantes días. A la castaña le había parecido extraño que un chico un año mayor que ella la invitara al baile, pero había aceptado ilusionada.
Emily llevaba un vestido negro palabra de honor. Le llegaba hasta los tobillos pero tenía una abertura en la pierna izquierda desde la rodilla. El vestido tenía una especie de cinturón a la altura de la cintura que le estilizaba la figura. Llevaba unos zapatos negros de aguja con lentejuelas brillantes para que resaltaran y la hacían casi cinco centímetros más alta. Llevaba el pelo rizado que le caía por un hombro dejándole el otro al descubierto con unos pocos mechones sueltos. Por último, tenía una sombra suave, con una mezcla de negro y dorado brillante que le resaltaba el color azul de los ojos, rímel y los labios con gloss brillante.
Cuando bajó elegantemente por las escaleras, muchos alumnos se quedaron sorprendida al verla, incluso Draco Malfoy.
Todos los alumnos estuvieron hablando un rato hasta que por fin empezó el baile, el cual fue abierto por los participantes del Torneo de los Tres Magos y luego se fueron uniendo todos en una canción lenta.
Cormac la llevó hacia el centro y la cogió por la cintura mientras que ella se agarraba a su hombro. Entonces una mirada gris y otra azul se cruzaron entre toda la gente. Draco estaba bailando no muy lejos de ellos junto con Pansy Parkinson muy pegados.
-Eres la más guapa de toda la sala. – le susurró su pareja haciendo que se sonrojara. Intuía que Draco la estaría mirando en ese mismo momento, por lo que apoyó su cabeza en el pecho del castaño mientras seguían bailando.
¿Qué esperaba conseguir en el rubio al hacer eso? ¿Darle celos? Ellos no eran nada y estaba claro que Draco ni siquiera parecía prestarle atención a la chica.
Unos segundos más tarde, notó como el Cormac subía una de sus manos suavemente hasta su cuello y luego hasta su mejilla acariciándola. Amy levantó la cabeza y lo miró a los ojos algo extrañada. Sabía lo que quería hacer McLaggen, lo había vivido antes. Dedicó una mirada más hacia el lugar donde estaba Draco y Pansy y vio como ella rozaba sus labios en la comisura de los del chico. Eso le dolió bastante. Volvió a mirar a Cormac y entreabrió los labios sabiendo que él entendería lo que quería decir. Y así fue.
El castaño se acercó hasta sus labios besándola lentamente, aunque esta vez no sintió nada a diferencia de lo que había sentido con Draco. Se separaron tras unos segundos justo cuando el baile terminaba y ambos se sonrieron levemente.
El resto de la noche fue con música más movida. La mayoría de las parejas con las que habían ido al baile se habían separado y ahora todos disfrutaban del baile junto a sus grupos de amigos. Emily no había vuelto a besarse con Cormac, él se había acercado a ella en varias ocasiones, pero la castaña había impedido por todos los medios que la besara de nuevo.
Cuando todos comenzaron a retirarse hacia los dormitorios, Draco pasó justo por delante de Emily, la cual no pudo evitar seguirlo. Unos segundos después, salió de la sala detrás de él disimuladamente. Llegó a un pasillo en el que se quedó buscándolo entre las sombras para saber por dónde se había marchado.
-Vaya, veo que estás bastante celosa, ¿no? – dijo una voz a sus espaldas.
-¿Qué? – preguntó la castaña nerviosa al verlo a él detrás de ella.
-¿Enserio piensas decirme que has dejado que te besara ese idiota porque te gusta? – le dijo irónico el rubio. - ¿O es porque me has visto con Parkinson?
-No tienes ni idea de lo que dices. – dijo ella intentando marcharse, pero el rubio se lo impidió.
-Si ahora mismo te besara, dime, ¿qué harías? ¿te resistirías o lo aceptarías? – le susurró aprisionándola entre la pared y su cuerpo.
-No iba a permitir que me besaras. Si te aburres, vete a besuquear a Parkinson que seguro que ella te lo pone más fácil. – respondió enfadada.
-¿Estás segura? – preguntó el chico haciendo caso omiso del último comentario sobre Pansy mientras se acercaba cada vez más a ella.
No podía resistirlo. No podía entender lo que le ocurría cuando Draco estaba cerca pero le era imposible apartarle; por lo que no pudo evitar entreabrir los labios y cerrar los ojos esperando a que llegara. Pero eso no llegó a pasar.
Lentamente, Emily abrió los ojos extrañada al no haber recibido todavía el beso y se encontró con la cara arrogante del rubio.
-Con que pensabas resistirte, ¿no? – comentó irónico empezando a reírse.
En esos momentos Emily se sintió muy estúpida. Debería haberse alejado de él en cuanto la había aprisionado; o aún mejor, no haberlo seguido.
-Idiota. – dijo con odio empujándolo levemente para marcharse a la fiesta o a su cuarto, a cualquier lugar en el que no estuviera él.
Apenas quedaba gente en el Gran Comedor, por lo que subió directamente a su dormitorio. La mayor parte de las chicas ya estaban durmiendo, a excepción de Lavander que continuaba aplicándose una gran cantidad de cremas que solía aplicarse antes de dormir.
La castaña se desmaquillo, se puso su cómodo pijama de invierno y se recogió el pelo en un moño para dormir. Estaba molesta, no podía creerse que hubiera caído así en las garras del slytherin. Odiaba a Draco. Bueno, eso lo decía ahora, pero hasta ella misma sabía que dentro de una semana volvería a querer asesinar a Parkinson cada vez que se acercara a él.
Hundió su cara en el almohadón y comenzó a llorar levemente. ¿Por qué no había podido gustarle cualquier otra persona del colegio? De la gran cantidad de chicos de las distintas casas había tenido que elegirle a él.
Pero lo que más le disgustaba era que llevaba cuatro años pendiente del rubio y él seguía sin darse cuenta. Desde el primer día le había encantado, pero él prefirió dejarle de hablar. Y ahora, que parecía que quizás podían hablar aunque fuera una mínima parte al día, Draco se comportaba así con ella.
Poco a poco, resignada, se levantó de la cama y fue en silencio al cuarto de los chicos. Allí estaban todos durmiendo como troncos, estarían agotados después de todo el esfuerzo que habían hecho para comportarse bien en el baile.
-Neville… – lo llamó en un susurro. – Despierta…
-¿Emily? ¿Qué ocurre? – preguntó él medio dormido sin si quiera levantarse de la cama. Él también se había pasado toda la noche bailando con Ginny Weasley.
-Estoy triste. ¿Puedo dormir contigo? – preguntó poniendo cara de pena. Tenía la suficiente confianza con él como para dormir juntos, pero suponía que el castaño se pondría colorado de los pies a la cabeza.
-Claro. – le dijo él con tranquilidad por extraño que fuera. – Mañana me cuentas lo que ha pasado, ¿vale? – añadió cerrando los ojos del sueño.
Emily se acostó en la cama y el castaño la abrazó cariñosamente por la espalda.
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Quiero ayudarte | Draco Malfoy
FanfictionHogwarts, escuela de magia y hechicería. Infinidad de alumnos recorren diariamente los pasillos de este castillo, por lo que se hace imposible poder conocerlos a todos. Quizás algún día encuentres a alguien con el que nunca te habías cruzado y camb...