Lo que quedaba de año fue bastante triste. Con la muerte de Dumbledore, McGonagall fue nombrada nueva directora a pesar de que ella también estaba muy afectada por lo ocurrido, pero alguien debía hacerse cargo de la escuela.
El funeral del antiguo director de Hogwarts fue demasiado emotivo como para evitar que las lágrimas cayeran por el rostro de cada uno de sus alumnos y conocidos.
Emily tampoco pudo hacer nada para contener el llanto cuando destacaron las cualidades de Dumbledore o cuando contaron alguna anécdota de los peculiares discursos que siempre daba al principio y al final de cada año.
Emily no podía evitar sentirse culpable por el hecho de haber sabido durante meses que los mortífagos planeaban la muerte de Dumbledore y que, a parte de no haber hecho nada para evitarlo, había ayudado en cierta parte a que se consiguiera. Pero no era culpa suya, ni tampoco de Draco, él no tenía opción y ella no lo iba a dejar sola.
Cuando notaron la ausencia del rubio tras la muerte del director, los comentarios sobre él se hicieron horribles. Casi todos los alumnos de Hogwarts lo culpaban de la muerte del director a pesar de que algunos profesores les echaran la bronca, si los oían, por hablar así sobre Malfoy. Pero hay que admitir que otros muchos profesores hacían la vista gorda, o el oido en este caso, ya que también lo culpaban a él a pesar de que no lo dijeran.
El colegio en general era diferente desde ese día, eso sin contar la desaparición de Harry, Ron y Hermione y con los pequeños ataques que comenzaron a surgir entre la población. Se
Emily pasaba cada día pensando en Draco y rogando que estuviera todo lo bien que pudiera estar. Al principio a penas dormía, ya que sus sueños se llenaban de pesadillas en las que veía como moría el chico de miles de formas diferentes, cada cual peor que la anterior. Aunque con el tiempo comenzó a controlarlo, permitiéndose descansar unas horas medianamente decentes.
El día que los alumnos abandonaron el colegio para las vacaciones, Emily regresó a su casa para vaciar su habitación y marcharse de ella de una vez por todas. Neville le había ofrecido quedarse en su casa ya que allí solo estaba su abuela, y la castaña había aceptado ilusionada; cualquier lugar era mejor antes que pasar unos meses con sus padres.
Cuandoabrió la puerta de su casa, no pudo evitar poner una mueca ante la suciedad y el olor a alcohol que impregnaba el ambiente.
-¿Emily? – preguntó una voz ronca desde el sofá. Allí, en la oscuridad, un hombre nada aseado y con un aspecto terrible la miraba extrañado. - ¿Se puede saber dónde mierda te has metido?
Y ahí estaba de nuevo el mal humor de su padre. Ni siquiera llevaba un minuto en aquella casa y ya estaba por comenzar una de sus usuales discusiones.
-Vaya, pero si recuerdas mi nombre. – contestó Emily avanzando lo más rápido que podía hasta su habitación.
-¿Quién te crees que eres tú para faltarme el respeto? – cuestionó el hombre incorporándose con dificultad y elevando la voz. - ¡Soy tú padre, me debes respeto!
-Pues lamento decirte que eres un asco de padre.
-¡Maldita perra! – gritó estrellando una botella de whisky de fuego contra una pared a dos escasos metros de ella. - ¡Vuelve aquí! – ordenó el hombre amenazantemente, pero la chica ya había cerrado la puerta de su habitación y sabía que él ni siquiera haría el esfuerzo de ir a buscarla.
Emily se sentó unos minutos en la cama intentado contener los nervios. Por eso mismo odiaba venir a casa, y desde que estaba ella sola era aún peor.
Después de respirar hondo unas cuantas veces, hechizó el baúl de Hogwarts para que la cupiera toda la ropa del armario y unas pocas cosas más que no se había llevado al colegio ya que veía innecesarias; pero, ya que no tenía previsto volver a este lugar de nuevo, las cogería ahora.
Cuando estaba terminando de vaciar su cuarto, escuchó como su puerta se abría lentamente. A su espalda, apareció la imagen de su madre. Al parecer, estaba en uno de esos días de lucidez, ya que de verdad parecía una madre preocupada por su hija.
En el fondo, ella no era mala madre. Desde siempre, había tenido problemas depresivos. Al principio duraban horas o un día, pero con el tiempo empezaron a convertirse en semanas sin que ella saliera de su habitación abandonando todo lo demás, incluyendo a sus hijas.
Todo empezó cuando Emily tenía más o menos cinco años; si no hubiera sido por su hermana era probable que no hubiera sobrevivido.
Cuando Emily se hizo unos años más mayor y comprendió la situación, intentó por todos sus medios convencer a su madre de que fuera al hospital para que vieran que le ocurría, pero ella siempre se negaba e incluso se llegaba a poner agresiva. Por eso, tras años de insistencia, la castaña había desistido de aquel plan y había decidido aceptar que su familia jamás sería como la del resto.
-Me alegra saber que estás bien. – dijo la mujer de más de cuarenta años cerrando la puerta tras su entrada.
Se la veía con grandes ojeras y algunas arrugas en la zona de los ojos y la frente, se notaba que había desmejorado bastante durante estos meses.
-Solo he venido a coger unas cosas, luego me vuelvo a ir. – explicó Emily fríamente. La relación con su madre era bastante rígida y distante.
-¿A dónde?
-A casa de un amigo.
-¿Es tu novio?
-No. – contestó todavía sin girarse a mirarla. - ¿Se sabe algo de Jennifer?
-No hemos recibido nada suyo desde que se fue.
Se crearon unos minutos de silencio hasta que Emily cerró por fin su baúl dispuesta a irse.
-Emily. – la llamó nerviosamente la mujer cuando por fin ambas miradas se juntaron. – Sé que no he sido la mejor madre del mundo y que nunca podré serlo, pero me gustaría saber que sigues viva.
Emily suspiró antes de contestar. Si alguien se merecía una explicación era su madre.
-Ahora iré a pasar el verano a casa de un amigo y luego regresaré con él a Hogwarts de nuevo. – comentó rápidamente. – Luego no tengo nada previsto. Supongo que improvisaré.
-Sabes que aquí puedes volver cuando quieras. – añadió la mujer.
-No soporto verlo a él allí fuera. – contestó despectivamente pensando en su padre. - No pienso aguantarlo ni una sola vez más.
Su madre se volvió a quedar en silencio mientras la castaña pronunciaba un hechizo para que el baúl levitara.
-Me gustaría verte siempre en este estado. – le comentó a su madre colocándole una mano en el hombro. – Te enviaré alguna carta para que sepas que sigo viva.
Su madre asintió levemente dejando a la chica salir de la habitación a la que nunca más volvería entrar. Su padre continuaba tirado en el sofá y con otra botella de alcohol en la mano derecha. Con algo de suerte, tampoco volvería a verlo a él.
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Holaaa! Cuánto tiempo llevaba sin actualizar, ya lo extrañaba. Perdonenme por haber tardado dos semanas en subir un nuevo capítulo, pero es que estoy con examenes y a penas tengo un hueco libre.
Solo me quedan dos semanas más de estrés y estudiar, después ya podré volver a la tranquilidad y a poder escribir con calma de nuevo.
Supongo que el proximo capítulo tardará otras dos semanas por el tema de los examenes que ya os he comentado antes, pero después intentaré subir un capítulo por semana. Había pensado actualizar, por ejemplo, cada Sabado, pero aún no hay ningún día seguro.
Como ya os dije muchas gracias por leer los capitulos que voy subiendo. Podéis ponerme cualquier consejo, pregunta u opinión sobre la historia en los comentarios y agradecería que votarais la historia si os está gustando para yo también poder saber si os agradan los capítulos y la trama en sí.
Muchas gracias y nos vemoos! Besoos! (:
-ShyAndDreamy-
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Quiero ayudarte | Draco Malfoy
FanfictionHogwarts, escuela de magia y hechicería. Infinidad de alumnos recorren diariamente los pasillos de este castillo, por lo que se hace imposible poder conocerlos a todos. Quizás algún día encuentres a alguien con el que nunca te habías cruzado y camb...