Epílogo

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Emily's POV

Ya han pasado unos meses desde la caída de Voldemort. Esos meses han sido de todo menos tranquilos: la gente tenía que recuperarse de muchas pérdidas mientras ayudaban a arreglar los destrozos que había en gran parte del mundo mágico.

También estaban los juicios de los mortífagos que habían sido capturados en la batalla de Hogwarts y de los que encontraron a pesar de que habían huido. Aunque muchos de ellos habían sido mandados a Azkavan y sentenciados con el Beso del Dementor.

Hice muchos nervios el día que llevaron a los Malfoy a juicio. Los tres fueron juzgados de forma individual. Draco fue el que tuvo más suerte para mi alivio, ya que la mayor parte de las personas que habían luchado en Hogwarts podían afirmar sin dudarlo que él había ayudado desde el principio.
Además, mi confesión y la de los Weasley de que Narcissa había matado a Bellatrix salvándome la vida, había sido clave para que la mujer saliera libre de cargos.
El único que había tenido serias complicaciones había sido Lucius; el cual estuvo a punto de ser condenado, pero como último recurso les brindó al ministerio el nombre de varios mortífagos que estaban desaparecidos consiguiendo así que aceptaran que había desertado de las filas de Voldemort. Gracias a su colaboración, consiguieron encontrar en tan solo semana y media a al menos una docena más de mortífagos que permanecían desaparecidos.

Cuando el tema de sus padres quedó solucionado y les permitieron volver a la mansión Malfoy, Draco y yo pudimos tener más tiempo para nosotros. Buscamos una casa en el centro para nosotros solos, la cual acabó pagando Draco ya que él continuaba teniendo una gran fortuna y yo no tenía a penas ahorros.

Casi un mes después de lo ocurrido, me vi obligada a volver a mi casa para saber de mis padres y contarles la noticia de Jessica, pero esta vez me acompañó Draco.
Él se quedó helado cuando vio el mal estado que tenía todo mi hogar. Como de costumbre, mi padre estaba borracho en el sofá y mi madre encerrada en su habitación pero, al ver que no venía sola, ambos me prestaron algo de atención por primera vez en años.

Les presenté a Draco como mi novio, pero no era un tema que pensara debatir con ellos. No me importaba para nada lo que tuvieran que debatir al respecto.
La notica de la muerte de Jessica afectó terriblemente a mi madre, la cual comenzó a llorar desconsoladamente. La reacción de mi padre fue más agresiva y se levantó con intención de golpearme para descargar la ira, pero Draco se levantó antes de que pudiera ponerme una mano encima.

-Como te atrevas a tocarla juro que te mataré con mis propias manos. - le susurró amenazadoramente permitiéndome ver claro miedo en los ojos de mi padre.

Después de aquello ambos nos marchamos. Yo no quería saber nada más de mis padres y apuesto a que ellos tampoco. Desde entonces no he vuelto a saber nada más de ellos y tampoco es que me preocupe lo que ocurra con ellos.

Ahora todo está empezando a ir bien. Yo tengo un empleo en el ministerio y Draco da en ocasiones clases privadas de pociones a los alumnos de Hogwarts, el cual volvió a abrir sus puertas tras reparar todos los daños sufridos en la batalla.
De todas formas, nuestros respectivos trabajos no nos quitaban mucho tiempo por lo que estábamos juntos la mayor parte del día.

Me ha costado bastante, pero al menos ahora puedo sobrellevar la muerte de mi hermana.
Antes iba a diario, pero ahora suelo ir una vez por semana a visitar su tumba, ponerle flores preciosas y contarle alguna cosa sobre mi vida
Yo no he sido la única, muchas personas han padecido el dolor de la pérdida también, pero eso es lo que conlleva la guerra: muerte y destrucción.

Otro gran apoyo para mí sigue siendo Neville. Una vez que le conté toda mi historia con Draco, conseguí que se llevaran medianamente bien; al igual que lo hice yo con Blaise, Pansy y Nott, los cuales habían resultado ser mucho más agradables de lo que en un principio creía.

-¿Te he dicho alguna vez que te amo? - me preguntó Draco sonriendo una noche que volvíamos de cenar con Neville y con Luna, cuya relación había prosperado notablemente y se veía que los dos se querían mucho.

-Unas cuantas veces, pero puedes seguir diciéndomelo. - contesté divertida.

-Vale. - asintió dándome un fugaz beso. - Te amo.

-Te amo. - le contesté devolviéndole el beso . - Por cierto, recuerda que mañana hemos quedado para comer con tus padres.

-No me puedo creer que hayas conseguido llevarte bien con ellos. - comentó incrédulo. - El primer día que nos reunimos estaba aterrado por si llegaban a dedicarte algún comentario mezquino.

-Yo también estaba temblando. - afirmé riendo. - Pero he de reconocer que tu madre me aprecia mucho y yo a ella. Y bueno, tú padre me recuerda mucho a tu carácter cuando estábamos en Hogwarts, los dos tan serios y rectos.

-¿De verdad era así? - inquirió. - Para nada me recuerdo así.

-¿Acaso no te acuerdas de que la primera vez que me besaste me dijiste que tenía que estar orgullosa de que lo hubieras hecho ya que era "la primera Gryffindor"? - contesté imitando su tono de voz orgulloso.

Draco no pudo evitar reír a carcajadas ante ese comentario al igual que yo.

-Era joven y estúpido. - se justificó. - Ahora ya tengo claro lo que quiero.

Continuamos el resto del camino hasta casa en silencio, simplemente caminábamos de la mano disfrutando de la compañía del otro.

-Sé que me has contado ya como comencé a gustarte. - comentó Draco cuando estábamos llegando. - Pero nunca me has contado qué fue lo que hizo que te gustara.

-Fueron tus ojos. - respondí sin dudar ni un segundo. - Eran especiales. Desde el primer momento me encantaron.

Y era verdad, porque desde que los vi en el expreso de Hogwarts pude ver algo más que superioridad en ellos. Pude ver una pequeña luz que estaba segura que nadie más veía. Y no me equivoqué al insistir por sacarla a flote porque no estaba equivocada. Draco Malfoy era una persona a la que le habían ocurrido cosas malas desde pequeño. Era alguien que había tenido que aparentar una imagen que nadie había comprendido. Y para nada me arrepiento de seguirle durante años, porque todo eso ha merecido la pena con tal de despertarme cada mañana a su lado sabiendo que nadie va a amarme tanto como lo hace él.

-Emily... ¿Te he dicho ya que te amo?
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Y hasta aquí ha llegado esta gran historia. Me da un poco de pena terminarla, pero cuando una puerta se cierra se abre una ventana, y eso significa que obviamente voy a continuar escribiendo nuevas historias.
Muchas gracias a todos los que me habéis apoyado desde el inicio y a aquellos que han llegado más adelante.
Para mí, ha sido un placer compartir Quiero ayudarte con vosotros y haber podido contestar a vuestros comentarios.
Muchos besos y desde aquí se despide una servidora hasta que nos volvamos a leer! (:
-ShyAndDreamy-

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