—¿Crees que a papá le gustaría?
Detengo mis dedos del teclado del ordenador, miro lo que eh avanzado al proyecto sobre el Cuidado del Ambiente. Lo miro, el está sentado en la mesa del centro, en la sala; recortes hay por todos lados, mal hechos pero para el son geniales, resistol blanco, pegatinas y muchos colores de madera, contando con plumones. Parece un bazar sin remedio ahora mismo, en sus manos me enseña una hoja con cinco personas tomándose de la mano, pero..., Los dos hombres están sin un rostro.
—Por que no vamos a la cocina y hacemos hamburguesas— al ver sus ojos brillas y sonreír, adoro su sonrisa.
—¡Siiii!— grita alzando sus brazos feliz.
—Entonces... ¡El último en llegar será un huevo podrido!— me levanto pero el es más rápido y corre.
Su pijama es de balones y de color verde, es su favorito, sonrió al verlo correr con sus pequeñas y regordetas piernas. Cuando paso por la mesilla veo desde arriba su hoja...
—¡Quiero papas fritas!— me apresuró al escuchar cazuelas caer cuando me acerco.
Me mira el con un sartén pequeño en la mano, el refrigerador abierto y las casillas tiradas a su lado.
☣️
—¡Eres un maldito!— grito.
No me importa que me escuchen los de afuera.
—¡Entiende de una maldita vez! ¡Este plan no me gusta, pero si es la única solución de sacarte de aquí lo haré!..., eres mi única hija— lo último lo dice cansado, derrotado— Se que hice mal en dejarlos, se que los lastimé pero era para protegerlos. Yo como un general tenía muchos enemigos respirándome cerca de la nuca, no quería perderlos a ustedes también.
Arrugó mis cejas. Lo veo sentarse derrotado en la silla que está enfrente mío, es como si el tiempo pasará y lo veo más viejo.
¿A quien perdió? ¿Mi madre sabrá esto? ¿Por qué aún le duele recordar a quien fuera que perdió?—Quise regresar con ustedes, pero la militar me necesitaba para exterminar a espías dentro de sus filas..., pensé que terminaría rápido pero no, me perdí el nacimiento de mi hijo, verlos crecer y tu madre... Tu madre la amo tanto aunque ella me deteste como la peste al igual que tú— se arrodilla enfrente.— Solo déjame sacarte de aquí, solo déjame hacer eso y si después de esto me seguirás odiando lo aceptaré. Aceptaré dejarlos en paz, pero solo déjame buscarles un lugar seguro.
Cierro los ojos, presiono con fuerza mis párpados pero al sentir su mano en la mía los abro.
—Esta bien— nunca había escuchado mi voz así, no la reconozco.— Pero hay otra forma de escapar todos juntos— los tres soldados me miran y luego a mi padre.
—¿Como?— dice el de los drones, le quitó su mano de mi clavícula y me levanto del suelo.
—Ellos están buscando muestras del laboratorio del hospital, así que, ¿por qué no llegar a un trato con ellos?— se miran entre ellos.
—¿Cómo lo harías?— se que esto es traicionar la confianza de Jev, pero si es la única forma de sacar de aquí a todos.
Me arriesgaré.
—Con esto.— saco de mi bolsillo dos tubos de muestras de sangre, uno es mío y el otro es uno de los pacientes que estuvieron con el paciente cero.
—¿Cómo sabes que ellos buscan las muestras?— dejo de ver el tubo de la muestra para verlo.
—Escuche a unos de ellos cuando estaba en el hospital sola— miento.
Los cuatro se alejan para hablar entre ellos.
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Mundo Negro © +21 (Libro I) [COMPLETO]
Science FictionAnnet pensó que las mentiras acabarían en su vida, que ya no volvería a ver a aquellos fantasmas de su pasado que la marcaron de niña. Pensó que todo iba bien, pero se equivocó... Nunca espero que llegara el mismo apocalipsis al mundo ni mucho men...