Capítulo 19. Visitas Inesperadas

7 0 0
                                    

Todo el lugar está apoyándose, tanta es la unión que me sorprende, están armados hasta los dientes y más armas llegan en carros de minero.

—¿De dónde han sacado tantas armas?— pregunto Gael checando y cargando sus dos Glock.

—¿No has pensado que a tu alrededor hay personas que trafican armas? Hace poco escuché, algunos mencionaron que desde que se calmo todo salieron algunos a la superficie y buscaron armas de la militar, municiones y carros blindados, tanques etc.

Mis antiguos compañeros de clases lo escuchan. Humberto es bueno en recolectar información, tiene esa habilidad en sacar todo tipo de plática. Hago una mueca apoyando mis manos en la mesa, los escucho hablar y reír de cosas sin sentido.

—¿Quién dice fornicar en esta época? Esa anciana es un peligro...— me alejo de ellos intentando caminar normal, busco entre tanta gente a Jake; lo visualizo guardar lo esencial para cada equipo que saldrá en mochilas de color café.

Llegó a el sintiendo un dolor tan insoportable que tiro algunas cosas de la mesa desequilibrando mi andar. El con susto me mira y a su alrededor.

—Necesito tu ayuda— se que tengo fiebre, se que tengo escalofríos y estoy pálida.— No le digas a nadie lo que me pasa, solo dame algo para poder seguir en pie y con la misión.

El se levanta de la silla, camina algunos pasos hacia unos hombres, habla entre ellos mirándome de reojo. Me incorporo cuando pasa Dominick y Marco hablando, hago como si estuviera trabajando; meto en las mochilas suturas y unos guantes.

—Vamos.

Sigo a Jake, al hacerlo caminamos hasta llegar a una puerta donde sale una mujer, ella está muy descubierta de ropa.

—Querido Jake, cuando tiempo sin que pases por aquí... Me gustaría seguir por dónde nos quedamos— ronronea tocando su hombro y pecho, el quita sus manos y me mira sobre su hombro.

Está más serio de lo normal.

—Hoy no, déjame ocupar tu habitación; esta chica está muy mal y se que tú la cuidarás como una hija.

La mujer me mira más de cerca, asiente y los tres entramos a la habitación. Está tiene en las paredes muchas hojas de dibujos, hechos de carboncillo, una niña con una larga trenza pelirroja está enfrente de un lienzo, ella al escucharnos se gira, tiene unos ojos impresionantes; son azules verdosos. Pintura mancha su overol blanco, algunos mechones tienen pintura al igual que salpicaduras en su cara.

—Isabel. Espera afuera, no dejes que nadie entré— habla Jake, ella asiente y no deja de verme al salir.

—Acuéstate y quítate el pantalón—ordena la mujer, al ver su cabello pelirrojo me doy cuenta que es su hija la chica que a salido.

Jake saca de la mochila que nunca suelta vendas y muchas cosas más que no logro ver. Asintió y me cubro con una manta que me da la mujer, el se acerca, mira mi tobillo y todo mi pie hasta llegar a la rodilla moradas con tonos rojizo.

—Tienes una fractura, hiciste un gran trabajo al acomodar el hueso pero tus rodillas están infectadas.

La mujer se aleja cuando quita la gasa sucia, aprieto mis labios al ver que tiene pus amarillento, un tipo de líquido verde a su alrededor sobresaliendo y la piel horrible.

—Tengo que quitar todo esto, si no me hubieras buscado tu pierna ya no existiría— saca un estuche dónde hay bisturís, la mujer, Clara, se coloca guantes al igual que el.

Jabón quirúrgico, un gran número de gasas y algunos líquidos más que ocuparán; comienzan. La forma que corta, limpia, el dolor y ardor que lo acompañan me hacen gritar. La chica entra, detrás de ella está Dominick que se acerca apresurado. Muerdo un pedazo de tela, la presión que hago es tanta que ya ni la siento. Respiro aceleradamente, seguramente mis dos rodillas están a carne viva; lo sé al visualizar a Jake limpiar su sudor con un paño azul marino, se quita los guantes ensangrentados los tirá al cesto de basura con gasas que utilizó.

Mundo Negro © +21 (Libro I)  [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora