Mundo Negro © +21 (Libro I) [COMPLETO]

Capítulo 82. Bestia

Pequeña nota:

Bueno chicos, chicas lectores. Después de este capítulo viene el capítulo final, después sigue el epílogo.
Gracias por acompañarme hasta aquí estos largos meses, sin ustedes no hubiese llegado hasta aquí ni mucho menos terminado, me dieron lo suficiente para seguir.

Les agradezco con todo mi corazón y alma en estar en esta larga travesía y que aún no termina, aún sigue la segunda parte que ya tengo a la mitad en un cuadernillo, aún no tengo fecha de estreno pero muy pronto les llegará la notificación de la sinopsis o prólogo.

Con mucho amor. ❤️🤗❤️

Janette Y.

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Continuación...

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" La bestia más peligrosa es la que está en el interior. "

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Una semana después

Sector exterior de Base Subterránea.
Muralla Norte. Entrada 7
Túnel 5

—¿Señor...?— una voz lejana se escucha infantil, masculina y familiar.

Intento moverme al sentir que estoy en agua, abro mis ojos viendo sobre el vidrio a un chico rubio de grandes ojos azules con algunos tonos grises, su cabello rubio está largo de arriba... Los recuerdos llegan a mi mente como flashes, una tras otra inquietando me.

—¡No se mueva señor! Se hará daño.

Lo escucho llamarme, lo ignoro intentando quitarme todos los cables que tengo; intento levantar mis dos brazos para quitar la máscara que tengo, pero fallo en el intento causando que escuche una sirena y las luces que me rodeaban se vuelvan rojizas. Jalo con fuerza mi brazo izquierdo logrando desconcertar los cables llevando mi mano al vidrio, el agua donde estoy sumergido está tibia.

—¡¡Ya a despertado!! ¡¡Avisen a la doctora y a los guardianes que el líder a despertado!!— escucho otra voz provenir del exterior.

Jalo mi otro brazo hasta ser liberado de ambas extremidades, golpeó el vidrio dos veces hasta causar una fisura, con otro golpe quiebro lo demás causando que seda hasta que el agua cae al igual que mi cuerpo. Me quitó la máscara sintiendo el aire cambiar. Parpadeo con dolor al ser segado por las luces blanquecinas del techo, y esa estúpida sirena de fondo que hace que algunas luces rojas rodeen la todo el lugar, el olor de una clase de desinfectante hace que con rapidez me levanté sin importarme los vidrios esparcidos en el suelo blanco y estar desnudo..., al sentir el vómito amargo en mis papilas gustativas no dudo en tomar un bote expulsando a tiempo todo. Escucho pares de pisadas venir con prisa, luego una puerta deslizarse hasta ver por el rabillo del ojo a seis personas... meto de nuevo mi cabeza al bote expulsando más, las arcadas que hago se escucha en toda la habitación con aquel estupido ruido de fondo.

—APAGUEN... APAGUEN ESE... ¡ESE MALDITO RUIDO!— gruño limpiando mi comisura de la boca con una sudadera que está en el posa-brazos de una de las sillas de mi lado.