Capítulo 64. Prisión

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Dominick.

Escucho una voz lejana, dulce y suave al igual que su piel; su toque en mi cara es dosil, como si tuviera miedo. Sus ojos son como el café más claro, como la miel... unas motas verdosas tienen toda mi atención.

Mi luz de día...

Una luz blanca nos da iluminando todo el piso de la fábrica, las elices de helicópteros sobrevuelan, el sonido se vuelve insoportable. ¿Qué me pasa?
Ella me sigue cuando caigo de rodillas tapando mis oídos con mis manos, una voz sale de los altavoces del helicóptero del medio, advirtiendo disparar si nos movemos.

—¡Concéntrate en mi voz!— ambos nos miramos, su frente se une a la mía sin apartar su atención en mí.

Es hermosa...

Su rostro es algo que nunca había visto en mis 18 años de edad, un recuerdo de una niña con sus mismos ojos invade mi mente como una película, al igual que recuerdos pero uno en concreto hace que mire de reojo mi brazo cubierto con mi traje.

—¿Annet?— asiente sonriendo besando mis labios.

Giro mi cara hacia las luces de ellos helicópteros, la misma voz se repite y la reconozco. Es Marco Burkhardt, hermano mayor de Annet.

—¿Estas bien?— regreso a verla, frunzo el ceño por su pregunta— Estabas tapando tus oídos como si el ruido te molestará.

Ambos nos levantamos, enredo mis brazos en su pequeño cuerpo pegándola más a mi. Algunos mechones de su cabello salen de su trenza. Recuerdo todo, ver a Ethan pidiendo que me detenga hace que baja la mirada a sus restos.

Me desconecte por un segundo.

Una corriente de gozo me recorrió, fue tan placentera en ese misero segundo que quiero volver a tener esas sensaciones.

—¡Aléjate de el Annet!— miles de infrarrojos de color rojo caen en mi cabeza.

—¡No!— su cuerpo me protege, de reojo veo a hombres bajar de los helicópteros en cuerdas— El no es el enemigo padre, ordena a tu gente bajar las armas— preparo mis flechas al igual que mis armas.

—¡¡Aléjate de una puta vez Annet!!— grita saliendo de su formación acercándose a su hija, ella se aleja pegando su espalda en mi brazo negándose.

—No.

—¡¿Acaso no viste como mato a tu amigo?! Es un maldito engendro, ¡puede hacer lo mismo contigo si sigues a su lado!— no deja de apuntarme.

—Aun así me quedaré a su lado, ¡lo amo padre!— preparo mi arco con tres flechas, Marco mira a su hermana al acercarse escuchando lo último.

—Eres una niña, lo que sientes por el es solo una fantasía estúpida— tiene su atención de la castaña, ella niega.

—Y si lo fuera me da igual.

—Este no es el trato que hice con Shane— ambos hombres me miran con fuero en sus ojos.

—Me da igual que tratos tengas con el, pero conmigo no son, mataste a uno de mis mejores hombres sin razón alguna— sonrió, el aprieta su arma con fuerza queriendo perforar mi cuerpo con su arma.

—A nadie le gusta que lo vean teniendo sexo desenfrenado.

Empujó a Annet a una de las paredes protegiéndola detras mío. Me siguen rodandonos de frente, el muro nos protege de los que están detrás de nuestras espaldas.

—... ¿Qué?...— balbucea Henry sin comprender pero lo veo que mirar a su hija buscando su mirada— No es cierto... Dime qué no es cierto hija— dice como si le quitarán toda la fuerza de voluntad, su mano tiembla.

Mundo Negro © +21 (Libro I)  [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora