❝Aunque los años pasen, siempre estaré a tu lado...❞
Jay cree que Jungwon es un ángel debido a una tonta teoría de su amigo Jake.
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Un día Park Jongseon (Jay), un chico de en su momento 15 años, decide pasar...
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El ambiente se volvía tan tenso entre ambos. Ninguno sabía qué decir en este momento, pero pues claro, alguien debía dar la iniciativa.
ㅡUh... ¿Estás-
ㅡ¡Viste que si eres un acosador! ㅡacusó escandaloso, señalando con su dedo al mayor, este entró en pánico y lo miró enojadoㅡ. ¡De otro modo cómo iba ser posible que estuvieras aquí, acosador!
ㅡ¡Te equivocas! ¡Yo te salvé la vida, lo sabes? ㅡdefendió, ahora él señalando al menorㅡ. Así que hazme el favor y sé agradecido.
ㅡNi que te lo hubiera pedido. Metiche.
Genial, otro apodo. Si me cobraran por esto ya me compraría una lata barata de refresco.
El menor se lo quedó mirando un momento, luego de pensarlo un poco, pasó sus manos a los bolsillos de su pantalón y admitió molesto: ㅡG-gracias ㅡagradeció tímido, apartando la mirada con un puchero, odiaba tener que retractarse de esta forma.
Jay acomodó su garganta.
ㅡ¿Estás bien? ㅡpreguntó con un tono más suave que antes, debía mantener la calma en un momento como este.
El pequeño solo asintió de manera frenética, inconscientemente moviendo sus hebras castañas esponjosas. Jay suspiró pesado, ahuecó su cabello y miró sin remedio al menor.
Algo era claro, no sabía qué hacer.
ㅡ¿Por qué me seguías? ㅡpreguntó, el brillo en sus ojos se había desvanecido por un momento. Jay se cruzó de brazos.
ㅡ¿Vas a volver a llamarme acosador? ¿Acaso te quedaste sin creatividad, pequeño?
ㅡMe refiero a que... Bueno, literalmente te he visto hace una semana. Esta no es tu ruta frecuente, ¿no es así? ㅡinterrogó.
ㅡBueno... La verdad es que yo... ㅡexacto, no había. Ni siquiera él sabe qué anda haciendo ahí, se supone que ya no le interesaban estos tópicos de ángeles, conspiraciones ni nada de eso.
Entonces, ¿qué está haciendo aquí realmente?
ㅡY-yo... No estoy d-del todo seguro. Supongo que, no... No lo sé, tal vez yo... Tal vez quise, d-digo te ví...
ㅡTartamudo ㅡsoltó una risa, que para nada era de un ángel. Esa risa era del demonio.
ㅡ¡¿Vas a empezar?! -El menor se terminó desplomando en carcajadas. ¿Acaso este era el niño que hace poco estaba a punto de perder la vida?ㅡ. Para tu información eso es algo bastante grosero. Reitero que te salvé la vida.
ㅡVaya... ㅡlas escasas lágrimas se hacían ver y recuperó el aliento con las costillas adoloridasㅡ. Hace tiempo que no me río así. Disculpa.
