˗ˏˋ Prólogo ˎˊ˗

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         La fiesta estaba siendo increíble, y lo llamó fiesta porque era lo que parecía, mucho más que una simple reunión

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      La fiesta estaba siendo increíble, y lo llamó fiesta porque era lo que parecía, mucho más que una simple reunión. El señor Slenderman no podía meter a tantas personas en su cabaña debido al pequeño espacio por lo que el jardín - o más bien alrededores - sería el lugar ideal. Jeff por primera vez estaba sorprendido de las caras que veía, no eran más que desconocidos para él y a la vez solo nombres famosos por el internet. Personas a las que jamás vio estaban en el patio del lugar polvoriento donde dormía siempre.

Algunos conocidos como Bloody Painter y desconocidos como una tal Suicide Sadie o Lulú. No podía dejar de pensar en que entre tanta gente extraña él se sentía pequeño, su piel quemada y la sonrisa de su rostro no era nada comparable a tales seres impactantes como el mismísimo Zalgo que a pesar de ser una masa con bocas, charlaba con su jefe de a saber qué. Debía resaltar.

—Oye pelirrosa, ¿Sabes dónde se encuentran los proxy?

Tocó el hombro de lo que parecía ser una chica con un largo pelo rosáceo y un vestido bastante colorido en el que predominaba el mismo color de sus cabellos, esta se dio la vuelta y lo miró.

—Menudos modales. Jeff The killer, ¿Verdad? Todos saben lo desconsiderado que eres.

La chica lo miraba seriamente a través de unos ojos azulados como los suyos. Jeff bufó y siguió caminando, ignorando a la que la chica conocida como Pinkamena le decía. Estaba buscando la forma de llamar la atención y ser el rey de la fiesta, pero estaba tan centrado en las caras que veía que le resultaba imposible pensar.

Se quedó observando a la gran mascota de Eyeless Jack, le decía mascota por que prefería verlo de tal forma, no se dio cuenta ni si quiera cuando chocó con el hombro de una persona.

—Ugh, que molestia...

Esa voz, miró atrás de su espalda y sí, ese pelo oscuro que llegaba poco más arriba de su cintura, ese tono carbón que él también tenía, esa máscara que cubría su rostro y el largo vestido del mismo color fúnebre que se abría delicadamente en cada una de sus piernas, dejando a la vista los muslos moldeados por las carreras.

Ella, esa tan molesta pero única ella.

—Jane...

Jane Arkensaw, no sabía de ella desde hacía poco más de un año, sus antiguas peleas se acabaron cuando la chica dejando su vida callejera comenzó a vivir en una pequeña cabaña que le pertenecía a su hermano, Liu, que antes era vendida como una hermosa escapada romántica en el bosque. Hacía años que el castaño se adueñó de ella y la acogió mucho tiempo después.

A pesar de saber dónde vivía nunca se atrevió a ponerle un pie dentro y el motivo era simple: No tenía una buena comunicación con su hermano.

Y con razón.

—¡Ahí estás!

Sintió como una mano de largos dedos y bastante huesuda le agarraba del hombro y lo arrastraba. Salió de su hipnotización mientras Slenderman lo arrastraba, se había chocado con cinco personas, tiró dos copas y pisó a Grinny cat que rápidamente se fue corriendo con su querida "dueña".

—Es Jane y Liu...¡No, espera! ¡Slenderman suéltame!

Se zarandeó intentando soltarse.

—Estás haciendo un escándalo Jeff, ni si quiera te has puesto ropa limpia.

—¡Te digo que me sueltes!

Slenderman, como su jefe y además quien le ofreció un techo hacía años, se detuvo cuando se apartaron de los demás. La multitud se quedó mirándolos por el camino, incluido aquella chica que ocultaba su expresión de desagrado por debajo de la máscara.

El alto y delgado ser se apoyó sobre una de sus rodillas, agachado y observando a su protegido de los pocos que eran en la cabaña. Estaba actuando de una forma no sorprendente pero sí indebida, como un adolescente, solo que él tenía treinta años.

Ella debía tener unos veinte y nueve u ocho, ni si quiera lo recordaba.

—Jeffrey, ¿Qué te ocurre?

El asesino suspiró, algo avergonzado por las miradas que rápidamente se apartaron.

—He visto a Jane y Liu, no sabía que los invitarías con las ansias de venganza que tienen.

Algo parecido a una risa distorsionada salió de la garganta de Slenderman.

—Se nota que no hablan desde hace años. Recibí una carta de confirmación de ambos y especificaban que no te harían nada, desde hace años no te han buscado y Masky está de los más calmado. ¿Crees que continuaría así siempre? Han madurado.

—¿Nos ves cara de fruta?

—Tú sin duda eres un melón.—Murmuró, levantándose.—Déjalos en paz, prométeme que no se irán molestos.

Jeff levantó una mano mientras que la otra la llevaba a su espalda...

—Prometido.

...Cruzando sus dedos.

—Eso espero, me ha costado mucho que todos estos Creepypastas asistan a este encuentro para conocernos a todos mejor.

Y desapareció de su vista tan rápido como un parpadeo, su teléfono por un momento vibró, no quería saber para qué. Obviamente, bajo esa mentira, se fue de donde estaba en búsqueda de los chicos antes vistos. Estaban no muy lejos de una mesa, bebiendo una copa y charlando con un duende pálido de ojos rojizos. Ben también vivía en la cabaña.

—Puedes darle mi número a Sally y la sacaré de la cabaña cuando quiera.

Se acercó por la espalda, escuchando la conversación.

—Te lo agradecerá. Dime tu número.

Abrió los ojos como platos, rápidamente sacó su teléfono apuntando el número de la chica en sus contactos. Era la forma perfecta de volver a tener comunicación con ella y saber de su vida. Observó el vestido de la chica que bajaba a lo largo de su recta espalda y acababa en unos tacones altos.

Al lado de ella, su hermano. Al menos ya tenía forma de comunicarse con ella, ¿Lo bloquearía?

 Al menos ya tenía forma de comunicarse con ella, ¿Lo bloquearía?

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Hemotoxin-

Text me back 『Janeff』HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora