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Se quedaron en silencio ambos, esa vez la sorpresa era mayor, sobretodo por el ser que ni siquiera tenía ojos para mostrar la sorpresa

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Se quedaron en silencio ambos, esa vez la sorpresa era mayor, sobretodo por el ser que ni siquiera tenía ojos para mostrar la sorpresa. Ambos se quedaron escuchando la música baja que sonaba en el fondo, no necesariamente fuerte como para que se pudiera disfrutar, cuando Jeff le contó tal cosa comenzó a entender lo que ocurrió hacía una semana en el comedor, lo curioso también fue lo bien que fingía la chica, a pesar de estar cerca a que todos se enteraran. No iba a decirle absolutamente nada, era un adulto y debía saber lo que hacía en ese momento.

—Vaya, eso sí que es inesperado...—Slenderman acarició su mentón, aun analizando lo que le había contado.—Será mejor que vayas afuera, esconderte de ella no sirve de nada.

Le hizo caso, no podía tampoco quedarse con él en una situación tan incómoda, sobretodo por la vergüenza que le invadió, se abrió a él como si se tratara de un padre al que pudiera hablarle de temas delicados cuando realmente se trataba de una persona que no le soportaba, cosa que le recordaba demasiado a su padre biológico. La primera vez que llegó a la cabaña sintió que le habían llevado a un hogar de acogida en el que empezó a sentirse bastante cómodo.

Al llegar al jardín no primero que hizo fue buscarla con la mirada, no había tantas personas como en la primera reunión lo que le hizo sentir algo más tranquilo, aun así parecía repleto, porque eran bastantes. La primera le dio un dolor de cabeza terrible. Estaba hablando con Liu tranquilamente mientras sostenía un vaso, el líquido marrón con hielos le recordaba al whisky, quizás era demasiado oscuro por lo que le llamó la atención.

Se acercó lentamente por detrás del castaño con el que compartía genética, su mirada estaba pegada en como Jane abría sus labios y su lengua se partía en dos, primero una de las mitades relamió su labio superior y después la otra, ligeramente más pequeña, pasó por su labio inferior. Lo peor de todo era tener sus ojos verdes sobre él mientras lo hacía.

Fue como si un tsunami estuviera a punto de abatirle, claramente lo había hecho a propósito y ya no recordaba cuando seccionó su lengua en dos, al menos la punta.

—Agh Dios...

Sus pasos se fueron ligeramente hacia atrás chocando con una persona a la que se le cayó el vaso debido al choque. Al voltearse pudo ver a la chica de cabellos rosados y ojos azulados molesta, era la misma de la fiesta anterior que le había recordado lo imbécil que todos lo veían. Jeff no era estúpido, tenía una personalidad difícil que no era fácil de soportar, sus características más obvias eran el hecho de que poco le interesaban las consecuencias de sus actos, lo que pensaran de él o si lo que hacía estaba mal, no era honesto y solía mentirle a todo el mundo, además recalcado siempre tener un problema parecido a lo negativista desafiante.

—¡Jeff The Killer! Qué horror, no entiendo qué te pasa, ¿¡Acaso estás ciego?!

La chica se había molestado demasiado puesto que no era la primera vez que estaba siendo descortés. El pelinegro miró de reojo a la chica que buscaba que observaba todo igual que los demás a su alrededor.

—Sí, sí, Pinky...¿Puedes dejar de gritar?

—¡Me llamo Pinkamena! Si no vas a respetar ni mi nombre es que no eres un buen asesino.

Jeff suspiró en lo más bajo, estaba algo cansado de la situación y la forma en la que le estaba acusando de su posición como asesino le molestaba, había recibido por mucho tiempo molestos regaños de Slenderman sobre su actitud cuando era joven, quizás fueron los años y aunque aquello cambiara seguía recordándolo tanto como los traumatizantes gritos y acusaciones de su padre que se acompañaban de la tortura que tuvo que pasar siendo solo un niño. Estiró uno de sus brazos hasta poder tomar uno de los cuchillos de las mesas en donde algo de comida y bebidas estaban disponibles para todos.

Fue una mala idea dejar cuchillos para las tortas y demás, pero no podía dejarlo cortado como si solo fueran niños.

Apretó el mango del cuchillo con fuerza señalando a la chica pelirrosa.

—Como me vuelvas a llamar mal asesino vas a ver quién era el malo.—Apretó su mandíbula molesto, observando de reojo como Jane hablaba con Liu en bajo mientras le miraban.—¿¡Qué hace un pony en una reunión de asesinos?!

Estaba a punto de infundirse en una pelea cuando el mayor de camisa esmeralda abotonada dejó entre las manos de Jane la bebida que tenía, los hielos flotantes de la suya ya estaba haciendo efecto y quizás comenzaba a emborracharse.

Tomó a su hermano del hombro, alejándolo de la mujer que se iba lejos de la situación.

—Jeff, estás dando una imagen horrible.

Escuchar su voz causó que su molestia aumentara, no quería saber nada de él desde que visitaron la cabaña conocida como Creepyhouse y ver el extraño comportamiento de la chica, la teoría de su amigo le había acabado inundando la cabeza. Se abalanzó contra él agarrando la camisa del mayor, no le importaba haber soltado su arma para amenazarlo. Slenderman estaba perplejo, los sentimientos del chico eran más fuertes de lo que pensaba.

—¿¡Qué haces?! Soy tu hermano, suéltame.

Las enanas pupilas del asesino se movían sin parar como latidos, se dilataban y volvían a achicarse en cuestión de segundos, su mente debía estar difusa o algo en su cuerpo intentaba mandarle señales de que se detuviera. Dejó salir un suspiro profundo y se levantó, dejando al homicida en el suelo.

No debió salir, simplemente no podía volver a ver todo lo que ocurría de esa forma.

Debía ser sincero y sacarse el peso de encima.

Hemotoxin-

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Hemotoxin-

Text me back 『Janeff』HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora