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                                             Estaba nuevamente en el mismo lugar en donde su corazón se rompió y se volvió a reconstruir en cuestión de minutos

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                  Estaba nuevamente en el mismo lugar en donde su corazón se rompió y se volvió a reconstruir en cuestión de minutos. No estaba seguro de si fue su corazón o simplemente su orgullo, tenía un par de minutos sentado y la tierra ya había manchado sus zapatos de forma moteada, la tierra estaba húmeda y el parque solitario, nada fuera de lo común. Tenía las esperanzas entre el cielo y el infierno, no sabía que creer, posiblemente lo único que cabía era el creer en si propia estupidez.

Suspiró profundo antes de rendirse, movía su pierna con nerviosismo, ni si quiera tenía la fuerza de ir y columpiarse de nuevo, quizás tirarse por el tobogán y divertirse como un niño pequeño a su alta edad ya. No, no tenía fuerza más que para levantar el cigarro que tenía entre sus dedos y llevarlo a sus labios para aspirar el humo que le ayudaba a no desesperarse.

—¿Jeff?

Aquella voz afeminada le hizo estar a punto de dejar caer su cigarro, se asustó tanto que su mano tembló y su corazón dio un fuerte golpe dentro del tórax. Era ella, no cabía duda, era su voz, algo rota pero aun así dulce.

Nadie diría dulce por lo mal que cantaba, pero indiferentemente su voz era dulce y susurrante.

No quería mirarla, comenzó a levantar su visión lentamente. ¿Era tonto? La citó y ahora ni siquiera se atrevía a mirar sus ojos. Comenzó lentamente por unas botas algo sucias de la misma tierra que él había estado pisando por años, algo desgastadas pero de estilo militar con mil cuerdas que se aseguraban a estar a su talla, subió por sus piernas y esos pantalones ceñidos oscuros, no había dejado de vestir en ciertos colores fúnebres. Por su pecho decidió no quedarse tantos segundos debido que no quería dejar una mala impresión e ignoró la simple camisa de largas mangas con un patrón de líneas negras y blancas.

Su cara que lentamente se dejaba ver al poner su máscara a un lado, mientras las gomas apretaban su cabello y se escondía en este, oscuro, brillante y posiblemente falso. Aunque no lo parecía.

—Este...sí...—Murmuró.—Pensé que no vendrías.

La chica se sentó a su lado, no muy cerca de él. Jeff pasó una mano por su cara disimuladamente como si volviera a posar el cigarro en sus labios. Ahora se preguntaba el por qué estaba ahí, ¿Qué quería hablar en un primer lugar? Ni idea, quizás solo no quería que le dejara más en leído.

—Bueno, estabas siendo un poco, por no decir muy, pesado. ¿A qué se debe tanta desesperación?

Aclaró su garganta, él tampoco lo sabía, la falta de comunicación con alguien hacía que solo el mirarse fuera incómodo en algunas ocasiones. Se atrevió a mirar sus ojos, esmeraldas como no, ya se había olvidado de ese tono que solo se encontraba en las hojas de los árboles.

—Hace mucho que no nos vemos, solo buscaba algo de comunicación, ya somos adultos, ¿No?

Soltó una risa algo nervioso.

—Hm.—Jane observaba como el chico tenía obvios signos de nerviosismo.—No te he contestado por que he estado ocupada, lo siento, pero no tuve oportunidad.

Puso una expresión confundido, había cambiado de tema de forma rápida, le interesaba pero no era lo que estaba diciendo. Al menos sacaba tema de conversación por su parte.

—Al principio si era porque no me interesaba hablar contigo, me pregunté mil veces como conseguiste mi número, pero después me enfermé bastante pero me he recuperado.—Sonrió levemente.—Tuve tiempo para pensar.

—Oh...—Bajó la cabeza al suelo y dejó caer el cigarro en sus últimos centímetros de vida para después solo pisarlo.—Al menos ya estás mejor.

El silencio duró unos minutos, la chica no sabía que decir y él buscaba mil temas de conversación en su cabeza, desgraciadamente muchos relacionados con los Creepypastas, cosa que probablemente no era de su gusto. Hasta que se acordó de algo que pasó apenas unos días.

—¿Sales mucho durante el día? Cuando saliste con Sally no tuvieron problemas.

La chica asintió.

—No mucho, pero algunas veces.  A lo que me dijiste podríamos salir un día...quizás así dejas de estar tan pesado.

Jane se levantó de la banca mientras él solo trataba de ocultar su sonrisa, sabía que hasta ahí llegó el verla, pero con el mejor resultado que podía esperar.

Además, ella también estaba mejor de lo que él esperaba.

Hemotoxin-

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Text me back 『Janeff』HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora