【04】

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         El calor le estaba sofocando, los días de primavera se acababan mientras que el verano se hacía paso y Slenderman, para su mala suerte, le advirtió de que no podía quitarse el pantalón y caminar en bóxer por la casa, la ropa interior lo h...

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         El calor le estaba sofocando, los días de primavera se acababan mientras que el verano se hacía paso y Slenderman, para su mala suerte, le advirtió de que no podía quitarse el pantalón y caminar en bóxer por la casa, la ropa interior lo haría todo muy incómodo y aunque técnicamente fuera su casa, la compartía y debía respetar eso. El sillón estaba pelado, el falso cuero se caía y él se dedicaba a pellizcarlo y quitarlo mientras que sentía el calor aplastante en su pecho.

Llevaba un traje de baño puesto, el jefe de la casa no le dijo nada al respecto, y una camisa de manga corta oscura, la cual siempre solía llevar hasta que se ensuciaba y estaba obligado a lavarla. A su lado, Eyeless, vestido de una formas más o menos parecida, cambiaba de canal en el televisor que aunque a pocos canales, algo se podía ver y no había nada interesante.

—Vaya basura de programación...¿Cuándo van a volver a poner la peli de ese hombre calvo que se hace pasar por un hada de dientes?

Miro a su compañero y se encogió de hombros. La puerta sonó, un par de golpes secos en la madera y se tuvo que levantar a abrir, no había nadie más cerca hasta que Slenderman se acercó mientras limpiaba un vaso con un trapo húmedo. Se maldijo internamente por haberse levantado tan rápido.

—Ho...la.

La chica que estaba en la puerta cambió su tono de voz rápidamente de enérgica a descontenta, su sonrisa también cayó al suelo y es que con suerte no llevaba su máscara, tampoco pensaba que él le abriría la puerta.

Se quedó mirándola, estaba en la cabaña pero no contestaba sus mensajes. Llevaba su cabello suelto, no tenía máscara por lo que veía sus ojos verdes brillantes, tan poco común, una camisa de manga corta un poco ancha y unos pantalones que apenas se podían ver, es que el calor afectaba a todos.

Incluido a Slenderman que estaba sudando.

—Jane...¡Hola! ¿A qué has venido?

La dejó pasar pero la chica, incómoda, solo apretó sus labios y caminó un poco dentro de la sala. Sus piernas rozaban un poco por la envergadura  y estaba evitando la mirada de Killer.

—Slenderman, ¿Puedo llevarme a Sally? No será por mucho tiempo, ya acordé con ella que la llevaría un poco al mundo ahí afuera.

El nombrado asintió, desapareciendo por unos minutos, sabía que iría a por la menor o al menos a avisarle. Ella estaba ahí, mirando sus zapatos deportivos por los que subían unas largas calcetas, ella siempre vestía de esa forma o así lo recordaba, aunque en su adolescencia tenía un aspecto más fúnebre.

—Jane, ¿Podrías responderme los mensajes que te envío? No estoy haciendo nada malo.

La chica trató de ignorarlo pero le agarró del hombro de una forma un poco brusca, haciendo que al final sus miradas chocaran. Jane suspiró.

—Alan, no voy a contestarte por que decidí que no quiero tener nada que ver contigo, no más.

—¿Te llamas Alan?—El fantasma presente se metió a pesar de ser ignorado.

—Oh...así que fue eso.—Bajó un poco la mirada, observando las piernas quemadas de la chica, tenía grandes cicatrices de quemaduras en su blanca piel, parecida a la afección del vitíligo, pero no, no era algo tan hermoso.—Las cosas pueden cambiar, pero como gustes.

La menor bajó por las escaleras, encontrándose con que no llegó en el mejor momento, estaban los dos hablando en un tono no muy alto y la expresión de la chica entre ellos parecía algo molesta, más bien incómoda por su presencia.

—Tenías un vestido muy bonito, es nuevo para mí.

Jeff subió a su habitación, algo cabizbajo después de darle una suave palmada a la niña en su cabeza, haciéndolo como un acto sin maldad y solo acarició su pelo suavemente. Sally se quedó observando a la chica que la iba a llevar de paseo por el mundo de los humanos. Cambió su vestido por uno aún más limpio y que se viera bien, que Jack al verla le levantó el pulgar aceptando lo bonita que la niña se veía y así conseguir que no sintiera pena por llevar ropa común.

—Jane, ¿Por qué te molesta tanto Jeff? A cambiado mucho con los años.

La menor agarró la mano de la chica, sintiendo la calidez y un poco el sudor de esta, podía notar también un leve relieve en algunas cicatrices de quemaduras que iniciaban en el reverso de su mano. Jane salió de la cabaña caminando con ella, esperaba que no hubiera inconvenientes.

—Eso no es algo que yo sepa, Sally. Anda, voy a llevarte a un parque muy genial.

—Vale, ¿Podremos comprar dulces en el camino?

—Todos los dulces que quieras.

Sonrió, quería evitar el tema de Jeffrey, ella sabía muy bien por qué no quería volver a hablar con él y todos lo sabían, pero cierto era que aunque el asesino siguiera buscando meterse en algunos líos y destacar sobre los demás, había mejorado mucho su comportamiento inmaduro y sobretodo aquello que le hacía molestarse por todo a puntos en los que su psicopatía parecía empeorar.

Jeff estaba limpio, o eso se pensaba, pero no era algo que ella hubiera vivido  más que sus peleas, sus insultos y todo aquello que le hizo tomar la decisión de dejar de vivir en las calles.

Además de que fuera agotador.

Además de que fuera agotador

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Hemotoxin-

Text me back 『Janeff』HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora