Bendita sea mi mala suerte [Bnior/JJP]

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Se vuelve más fácil después de eso.

Jinyoung se da cuenta sobre la universidad que Jackson ha tenido razón todo el tiempo, a pesar de que siempre lo había hecho sentir mal: su vida es aburrida. Sin embargo, es bueno que Jaebeom pueda al menos fingir interés, haciendo preguntas de seguimiento a historias sobre noches en la biblioteca y cómo lo más escandaloso que hizo fue no devolver un libro.

Incluso se ríe mientras lo dice, con una mano en el borde de la mesa y la otra cubriendo su boca, explicando a un Jaebeom, levemente confundido, que el libro todavía está en su estante, recordatorio de su antigua rebeldía.

Independientemente de lo interesantes que puedan ser o no, Jaebeom escucha, se ríe y hace preguntas en todos los lugares correctos. Incluso es un poco divertido de una manera que no esperaba y tiene que recordarlo a menudo cuando se ríe demasiado.

Si bien no le cuenta nada tan personal, como sus problemas familiares, lo mantiene ligero al contarle historias de percances en la universidad y salidas nocturnas raras con Jackson. Incluso le cuenta un par de historias sobre Yugyeom, y sabe que una vez que le diga a éste que Lim Jaebeom sabe sobre la vez que persiguió a una cabra en el aeropuerto y casi lo arrestan, nunca lo dejará pasar.

Para cuando sus platos están limpios y un cheque invisible pagado y retirado, el sol se ha puesto afuera.

Se sienta bajo y resplandeciente en la línea del horizonte, reflejándose en la superficie de un estanque que no había visto antes como una moneda en llamas. Las canchas de tenis afuera se han despejado de gente, y el bajo rugido de la charla a su alrededor se ha atenuado hasta convertirse en el silencio mientras avanzan constantemente hacia la sala, la cual está iluminada por el suave resplandor del cristal.

—Entonces —dice Jaebeom, luciendo diferente en la luz, más juvenil, con un toque suave, pero Jinyoung finge que no se da cuenta. Sus manos se cruzan sobre la parte superior de su cabeza mientras estira los brazos, asintiendo hacia la ventana mientras lo hace. —¿Te importaría dar un paseo por el agua?

Desearía que fuera un estanque más grande, o tal vez la playa, para que el viento frío que azota el agua refresque el sudor nervioso que brota a lo largo de la línea del cabello y el cuello. Sin embargo, todavía es pleno verano, así que espera que el sudor de su piel se confunda con el del clima.

—Claro —dice, y deja que Jaebeom lo guíe desde el comedor hasta las puertas traseras del edificio y el calor de la noche que se aproxima.

El estanque está quieto, la superficie como una lámina de vidrio que refleja perfectamente la franja de sol que aún se aferra desesperadamente al horizonte y los grupos de pequeños árboles colocados a propósito alrededor de la orilla.

Jinyoung lo observa mientras caminan por un camino de piedra, similar al que está al frente, hasta que sus zapatos se hunden en la hierba ablandada por el agua. Jaebeom tararea en voz baja, satisfecho, en el silencio entre ellos mientras comienzan a caminar por el borde.

"Dios, ¿Qué estoy haciendo aquí?" se pregunta, con los ojos en el agua, mirando sin ver realmente cómo el sol se reduce a una fina pincelada de naranja y luego desaparece.

La luna les sonríe en lo alto, lavándolos en sombras de gris, azul y negro. Echa un vistazo furtivo a Jaebeom, donde camina con las manos en los bolsillos de sus pantalones y la mirada al frente. Parece despreocupado, como si esto fuera una rutina, traer a alguien a cenar aquí y luego acompañarlo junto al estanque.

De pronto, siente que la amargura se arrastra por su garganta como bilis.

En el prolongado silencio, Jinyoung siente que sus hombros se tensan a medida que la noche llega a su fin: la expectativa del sexo se acerca, él lo sabe y lo quiere. Pero lo que lo mantiene tragando la fea sensación es ¿realmente valió la pena? ¿Era necesaria la fachada?