Maratón 3 de 3 Espero que les haya gustado. Saludos y gracias por leer.
Mateo
Hace unos días que vi a Elisa por última vez, desde entonces no me he podido comunicar con ella. Le prometí a su hermano que la llamaría para informarle que él está bien, obviamente no le diré que lo vi, acordamos decirle que él se comunicó conmigo a raíz de la llamada que ella hizo de mi celular y que yo le asegure que le daría su mensaje, el problema es que no contesta mis llamadas y cuando por fin lo hizo, no era ella, reconocí la voz de Melanie._ ¡Quien quiera que esté llamando! - había escuchado su chillona voz a través del teléfono. _ deje de molestar. - gritó. _ deje de distraerla, que bastante trabajo tiene que hacer. - colgó.
Me enfureció tanto su actitud, que decidí dejar a alguien encargado de los, asuntos que tengo pendientes aquí y regresar.
Sí, estoy en Estados Unidos, tengo negocios en todo el mundo y aprovechando que trasladaron a Fabián a la clínica, quise estar aquí para ver que todo estuviera bien y de paso atender ciertos asuntos que requerían de mi presencia.
Elisa
Han pasado varios días desde que vi a Mateo por última vez, pensarán que es tonto, pero no dejo de pensar en él, he estado tentada a marcar al número que me dio, y quizás lo hubiese hecho de haber tenido mi celular, pero gracias a Dios Melanie no me lo ha entregado y digo gracias a Dios, porque de tenerlo es probable que no me hubiese contenido y le hubiera marcado y ¿qué le hubiera dicho? Hubiera quedado como una tonta. Además, no tengo experiencia en el amor, ya no digo en el amor, no tengo experiencia en relacionarme con los hombres, ni siquiera tratándose de amistad, mi interacción con ellos es prácticamente nula, y eso se lo debo a qué nunca me preocupé por mí misma, mi vida se fue en cuidar de mis hermanos y lo sigo haciendo, además, no fui yo quien se acercó a él, fue él quien me busco a mí y a decir verdad no me incomodó, como en otras ocasiones en qué alguien intentó acercárseme, con él todo fue diferente y me gustó, me gustó demasiado.Escucho los gritos de Melanie, esa mujer no me deja en paz, quisiera poder esconderme, pero no puedo, resignada salgo de mi habitación y bajo las escaleras, lo primero que veo es a los pequeños hijos de mi hermano, Carlos llamado así por él y Juan llamado así por su abuelo, mi padre. Los niños están al lado de un hombre y al parecer no quieren apartarse de su lado y mi cuñada está histérica porque uno de ellos acaba de manchar el caro traje de él. Desde mi posición al pie de las escaleras no alcanzo a verle el rostro, solo veo parte de su cuerpo, está sentado y los pequeños están entre sus piernas, mi cuñada toma a uno por el bracito y lo empieza a jalar, pero él se resiste, entonces me apresuró a llegar en su rescate, ella de mal manera casi me lo avienta y sé que se está conteniendo por la visita, de no ser por eso ya los hubiera sacado a rastras jaloneándolos y gritándoles.
Yo me agachó para estar a su altura y lo recibo entre mis brazos, de inmediato el otro pequeño se aparta del hombre y se hecha también a mis brazos, sin levantar la vista salgo de prisa con ellos, rápido los llevo a su habitación, ahí tienen una gran cantidad de juguetes y cosas con que entretenerse, yo me quedo con ellos, ya mero es la hora de su siesta, así que no tiene caso que me retire.Los niños son un amor, son dóciles y obedientes, estoy segura de que ese hombre les dio pie para que se acercaran a él, de lo contrario no lo hubieran hecho, estoy segura, pero Melanie no los puede ver, sabe que compite con ellos por el amor de mi hermano, además de que quiere a toda costa imponerle a sus hijos para que los reconozca como propios, es su gran anhelo y temo por mis sobrinos, porque sé que esa mujer es capaz de todo por lograr sus propósitos. Yo intento estar siempre con ellos, pero tengo tantas cosas que hacer, que me es imposible.
Mateo
Solo una semana es lo que resistí, estar lejos de ella, estoy pensando seriamente en quedarme por un tiempo aquí, incluso ya estoy buscando un departamento, porque aunque no me quede, buscaré pasar más tiempo en este lugar, todo sea por ella, no sé cómo sucedió, pero no la puedo apartar de mi mente, jamás me había sucedido esto con nadie, y si soy sincero me asusta, no por mí, sino porque temo que ella nunca llegue a sentir lo mismo que yo siento.Es tanta mi necesidad de ella que me atreví a llegar a la casa de Carlos sin anunciarme, sé que no es correcto, pero a ellos no les molestará, por el contrario, sé que se sentirán halagados.
Cuando llego me recibe Melanie, como lo supuse se deshace en atenciones hacia mí, de inmediato me pasa a un hermoso recibidor y se disculpa después de pedir que me sirvan algo de beber, sé que va a llamar a su esposo, pero no me incomoda, mi único interés es verla a ella.
Estoy esperando cuando veo pasar a dos pequeños, son gemelos y se detienen a mirarme curiosos, están a punto de marcharse y los llamo. Ellos no se resisten y se acercan,siempre cargo unos cuantos dulces en mi bolsillo, me encantan los niños y cuando tengo oportunidad les obsequio alguno, así que ellos no son la excepción, les ofrezco y ellos toman dos cada uno, me lo agradecen con un abrazo que yo acepto encantado. En ese momento hace su aparición Melanie y veo la molestia en su rostro, les ordena retirarse, pero ellos no saben qué hacer, porque yo le digo que los deje, que no me molestan, ella no está de acuerdo, se nota la furia contenida en su rostro, luego se aleja y escuchó como le grita a Elisa, yo estoy expectante, ella vendrá y la podré ver. Melanie regresa, se nota su incomodidad por la presencia de los chicos, uno de ellos sin proponérselo acaba de manchar mi saco y luego mi pantalón, Melanie se pone histérica y lo toma del brazo arrancándolo de mi lado, apenas voy a protestar cuando veo a Elisa aparecer, me quedo sin habla, está tan hermosa, pero ella nisiquiera me voltea a ver, su atención se centra en el pequeño que Melanie casi avienta a sus brazos, ella lo recibe amorosa y luego siento como el otro pequeño se desprende de mi lado y corre a los brazos de ella, es totalmente enternecedor observar esa escena. Ella con rapidez se los lleva y yo me quedo devastado, no me miró ni por un segundo.
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LA SIRVIENTA/No. 1 De La Serie: HERMANOS
RomanceMi vida no ha sido fácil. Mi madre me tuvo cuando solo contaba con diecisiete años, y mi padre veintiocho, de ahí en adelante se dedicó a tener hijos. En total fuimos diez hermanos, diez bocas que alimentar, que vestir y que educar. Y si digo que no...