CAPÍTULO 7 REVELACIONES

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Mateo
Me quedo de pie mirando como Eliza se lleva a los pequeños, sin mirar a su alrededor, me quedo con una sensación agridulce, después de ver cómo cuida de ellos, creo que no me estoy equivocando con ella, pero no me quedo satisfecho de que no me haya visto y que ni siquiera sepa que estoy ahí, cuando mi visita es por ella y para ella.

_ Estás empleadas de ahora. - escucho la queja de Melanie. _ son unas irresponsables, su único trabajo es cuidar de ellos y vea lo que sucede, le voy a decir a Carlos que la despida.

_ No creo que sea para tanto. - me obligo a contestar. Ahora sé que ella necesita el trabajo, por su hermano, aunque de mi cuenta corre que ya no necesitará enviarle su dinero. _ Fui yo quien les dijo que se acercaran. - digo conciliador.

_ Eso no quita que ella debería estar atenta y cuidando de ellos. - dice aún molesta.

_ Por favor no se altere. - me odio a mí mismo por tratarla con condescendencia, después de como ella trato a Elisa y a los pequeños, pero todo sea por acercarme a ella. _ No tengo ningún problema con lo que sucedió, fue mi culpa.

Melanie
Me quita un peso de encima que ese hombre no esté molesto y no quiera que despida a la tonta de mi cuñada, porque no podría hacerlo, aunque quisiera y además, no quiero, esa tonta es tan manejable, nunca encontraría a alguien como ella, que se encarga de todo sin protestar y sobre todo que no me descubra con mi esposo. Si él se enterara de como la trato seguro se molestaría mucho, él cree que solo se dedica a cuidar de los odiosos gemelos, desde que ella está a cargo de ellos lo veo más relajado y eso me conviene, porque las cosas entre nosotros también han mejorado.

Nadie sabe que en realidad él y yo no estamos casados, él no se ha atrevido a dar ese paso, aunque siempre nos presentamos como esposos y eso porque soy yo quien lo hago, también sé que mucha gente, incluyendo a la sosa de mi cuñada, creen que él y yo éramos amantes desde antes de que su esposa muriera, que hubiera dado yo porque eso hubiese sido verdad, pero la realidad fue, que él amaba a la tonta de su mujer, y aunque fui preparando el terreno para meterme con él, él siempre le fue fiel, sin embargo confiaba ciegamente en mí, porque era amiga de su esposa, lo que él no sabe, es que yo solo era su amiga para llegar a él, y fue una suerte que esa perdedora muriera, porque no solo me dejó el camino libre, si no que su muerte tan repentina y la de su bebé, logró que Carlos deprimido y agobiado como estaba, no dudara de mis intenciones y me abriera las puertas de su casa, de lo demás, me encargué yo, y aquí estoy, siendo la dueña y señora de todo lo que él tiene, viviendo la vida que siempre soñé, sé que tarde o temprano el me hará legalmente su esposa, pero aun así no quiero arriesgarme a que algo suceda y estoy trabajando para convencerlo de que les de su apellido a mis hijos adoptándolos, así, si algo va mal entre nosotros, ellos seguirán siendo sus herederos y no crean, estoy pensando que lo ideal sería que los únicos herederos fueran ellos, hay muchas formas de que esos pequeños monstruos que tiene por hijos desaparezcan de su vida, incluyendo a su hermana.

_ Me parece que su niñera los cuida y los quiere. - escuché la voz de Mateo, seguía hablando del incidente.

_ Quizás tenga razón. - admití. No podía quedar mal delante de él, era el futuro socio de Carlos y de él dependía que el traspasara las fronteras. Eso significaba que nuestra economía creciera y que Carlos fuera conocido internacional mente. Era un paso gigantesco el que daría si esa sociedad se llevaba a cabo y si tenía que ser condescendiente con esa sirvienta y con esos fastidiosos niños, lo haría. Estaba dispuesta a todo. Incluso no era mala idea cambiar mis expectativas, Mateo era mucho mejor partido que Carlos, en todos los aspectos y era soltero, tantearía el terreno, quien quita y me llevara una gran sorpresa, soy joven y hermosa, les gustó a los hombres y no creo que él sea la excepción. Ya veré qué sucede.

Mateo
Estoy recostado en la enorme cama de mi hotel, no dejo de pensar en Elisa, podría pensar que fue una tarde perdida, ya que no logré mi objetivo de verla y charlar con ella, pero conseguí averiguar algunas cosas, por ejemplo, que como lo pensé con anterioridad, es parte del personal de servicio, pero no es como cualquiera, es la niñera, ella, se encarga de los hijos que Carlos tuvo de su matrimonio anterior, aunque a mí parecer, su actual esposa la trata como una sirvienta más, de eso me di cuenta la vez anterior que estuve ahí. También me enteré de que no tiene mucho tiempo viviendo con ellos, lo que no sé, es por qué y cómo vino a dar hasta acá desde su pueblo. Ya lo averiguaré. Por lo pronto me está dando vueltas una idea en la cabeza y creo que la llevaré a cabo.

Carlos
Hoy llegué de la oficina sumamente cansado, estamos trabajando a marchas forzadas, necesito que todo esté bien para que Mateo se decida a asociarse conmigo, mi empresa está bien, pero creo que es hora de expandirme y la sociedad con él me dará el empujón que necesito, y me abrirá nuevos horizontes, aunque eso signifique perder parte de mi independencia, ya que al asociarme dependeré en muchos aspectos de él, mi compañía no es nada en comparación con la de él, así que prácticamente él se convertirá en mi jefe, aun así los beneficios superan a los sacrificios y probablemente más adelante recupere el control de mi empresa. Por lo pronto estoy aquí, Melanie me marcó desesperada, diciéndome que él se encontraba en la casa. Me sorprendió porque lo más lógico es que hubiese concertado una cita en mi oficina, a través de los medios convencionales, sin embargo, estaba en mi casa, esperándome, además se había presentado sin previo aviso. Luego supe que quería hacerme una propuesta, pero cuando estaba a punto de hacerlo recibió una llamada urgente y tuvo que retirarse, no sin antes decirme que tenía buenas noticias para mí. Ahora estoy en el jardín sentado en una de las múltiples bancas dispersas en él, es muy cómoda y estoy relajado mirando a lo lejos a Elisa, mi hermana mayor, siento lástima por ella, prácticamente fue nuestra madre, perdió toda su infancia, su adolescencia y su juventud por atendernos a nosotros y si soy sincero ninguno de nosotros le ha pagado como merece, al contrario creo que nadie se acuerda de ella siquiera, lleva seis meses en esta casa y que yo sepa ninguno de mis hermanos ha intentado contactar con ella, por desgracia yo tampoco lo hacía, por estar envuelto en mis asuntos y nunca pensé en ello hasta ahora que está conmigo y veo cuan sola se encuentra.

LA SIRVIENTA/No. 1 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora