Elisa
Estamos en uno de los ranchos de la familia de Mateo.En estos momentos siento la mano de Fabián tomarme con fuerza, nos miramos a los ojos y me sonríe.
_ ¿Estás lista hermanita? - pregunta y yo asiento, me tomo de su brazo y empezamos a caminar.
_ Espera. - me detiene. _ quiero que sepas que vas a empezar una vida nueva y que de aquí en adelante solo cuentas tú, los que estamos aquí somos tu familia, los demás, escogieron no formar parte de ella. - lo miro, debería de sentirme triste pero no lo estoy, él se refiere a nuestros hermanos, aunque nunca se han interesado por nosotros, decidí hacerlos partícipes de mi felicidad, y los invite a mi boda, pero ninguno está aquí, unos se disculparon por no poder acompañarme y otros, ni siquiera contestaron, sé que recibieron la invitación, porque Mateo se encargó de verificar que efectivamente la habían tenido entre sus manos, que la hayan leído ya es otra cosa, casi estoy segura de que no lo hicieron, porque de haberse dado cuenta, de con quién me casaba y en donde sería nuestra boda, estoy segura de que hubieran aparecido aquí, pero no estaban, seguramente pensaban que me uniría a alguien del pueblo, pero no les importó ni siquiera saber de quién se trataba. A los únicos a los que no invité fue a Joel y a Silvia, no quería que se enteraran, porque no quería tener nada que ver con el crimen organizado y menos que se enteraran de la familia a la que me unía. Eran capaces de perjudicarlos por obtener más dinero.
Cómo dijo Fabián, los que estábamos éramos los que eran, solo él, Carlos y yo, pero éramos felices.
Fabián ya estaba muy recuperado, seguía con sus terapias, aunque aún necesitaba de un bastón para poder caminar, pero pronto lo darían de alta definitiva, ya había empezado a trabajar en el rancho de los padres de Mateo, que era donde se celebraba nuestra boda y dónde estábamos en estos momentos, Carlos, después de su gran decepción con Melanie, estaba dedicado cien por ciento a su trabajo y a cuidar de sus pequeños, había contratado a una niñera, que era quien los cuidaba de día, ahora que yo ya no estaba con ellos y él se ocupaba en las noches y días libres, sus llegadas a casa ya no eran tan tarde, tenía que adaptarse a sus nuevas responsabilidades.
Por un momento pensé que me pediría quedarme con él, pero no lo hizo y no me dolió porque sabía que, aún necesitándome, quería verme feliz al lado de Mateo y se lo agradecí, porque la verdad no sé qué hubiera hecho de habérmelo pedido.
A Melanie y a ese hombre les habían dado bastantes años de cárcel, ya no podrían dañarnos.
_ Nos esperan. - escuché la voz de Fabián. - antes de volver a avanzar, lo abracé, estaba tan agradecida y tan orgullosa de él, era quien nunca me había dejado, era en quien siempre me apoyaba y me daba ánimos, solo con él tenía esa conexión, ese sentimiento de saber, que solo contábamos el uno con el otro, el saber que de nosotros dependían ocho personas más, incluida mi madre, al principio, el saber que después de que mis hernanos no necesitaron más de nosotros, estábamos solos y la alegría de que Carlos por fin nos reconociera y se uniera a nosotros.
Ahora no podía estar más feliz, esta era mi boda, con el hombre al que amaba y que jamás, pero jamás espere tener.
Caminé a lo largo del pasillo que formaban las hileras de sillas desde donde los invitados miraban atentos nuestro paso. Al final, de pie tan atractivo, tan imponente, se hallaba el amor de mi vida. Me sonreía y su confianza me dio confianza a mí. Fabián colocó mi mano en la de él.
_ Es lo más preciado que tengo. - dijo con un nudo en la garganta. _ por favor cuídala. - me enterneció.
_ Te prometo que lo haré. - le sostuvo la mirada. Luego se centró en mí. Me tomo de las manos y todo empezó, su cercanía, su toque, su voz, su aroma, todo me envolvió como en un cuento de hadas, un cuento del cual nunca deseaba despertar y no desperté, porque él no cambió. Me amaba como yo lo amaba a él.
Carlos
Veo a mi hermosa hermana y estoy tan feliz por ella, por fin su vida cambió y lo hizo para bien, admiro a Mateo que supo ganársela, sé que le irá bien con él, porque es un buen hombre y la ama. Lástima que yo me di cuenta tan tarde de lo que tanto ella como Fabián estaban pasando, aun así, no me guardan rencor y los quiero más por eso, ellos no son mis hermanos, son mis padres, porque eso fueron realmente y ni yo ni mis hermanos lo supimos valorar, pero me alegro por ellos, porque ahora tienen lo que merecen y merecen mucho.Mateo
Para mí es un sueño, el tener a esta maravillosa mujer a mi lado, de verdad ya estaba perdiendo las esperanzas de encontrar a la mujer que hiciera latir mi corazón adormecido, que lo hiciera brincar de gusto, a la mujer que me llenara como ella lo hace, la amo y sé que jamás encontraré a otra que la supere, ella es única y es mía. La tomé en mis brazos y la hice girar, después de nuestro primer baile. Sé que muchos me miran con envidia, porque ella es algo único, su sencillez, su inocencia ha cautivado a todos, aún a aquellos que se rigen por las apariencias y por el que dirán. Saben que ella es una entre un millón, que es genuina y es mía. Tomo su rostro entre mis manos y la beso, a lo lejos escuchó los aplausos, pero yo estoy perdido en las miles de sensaciones que ese beso despierta en mí, en su aroma, en su sabor, jamás me arrepentiré de haber aceptado aquella cena hueca y vacía, ni de haberme escapado para salir al jardín aquella noche y mucho menos de haberle permitido mi teléfono para que hiciera su llamada. Jamás me arrepentiré de haber contactado con su hermano Fabián, ni de lo que hice por él, jamás me arrepentiré de haberla llevado de vacaciones y ver su capacidad de asombro ante lo que jamás había visto ni esperaba ver, jamás me arrepentiré de haberle pedido ser mi esposa, ella lo merece todo y cuando digo todo, es todo.Cuando supe que sus hermanos no vendrían porque lo supe, tengo contactos en todos lados, estuve tentado a obligarlos, pero en realidad, está mejor sin ellos, ellos se lo pierden.
Aun así, tengo planes para ellos, pero ya tendré tiempo después, ahora mi tiempo es solo para ella.
Empieza una nueva canción. La tomó en mis brazos y nos perdemos uno en el otro.
FIN
NOTA
Tengo en mente escribir la historia de Fabián, aún cuando no la he empezado, ni se cuando la empezaré, es por eso que sus hermanos aún no tienen un final específico. Espero que les haya gustado.Agradezco que hayan leído esta historia y los espero en la próxima, a quienes deseén acompañarme.
ESTÁS LEYENDO
LA SIRVIENTA/No. 1 De La Serie: HERMANOS
RomanceMi vida no ha sido fácil. Mi madre me tuvo cuando solo contaba con diecisiete años, y mi padre veintiocho, de ahí en adelante se dedicó a tener hijos. En total fuimos diez hermanos, diez bocas que alimentar, que vestir y que educar. Y si digo que no...