CAPÍTULO 10 ETEREA

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Elisa
Estoy fascinada con este lugar, jamás pensé que existiría, algo igual, hay cosas que jamás había visto y no se para que o como se usan, por un momento me sentí perdida, miré a mi alrededor, mi hermano y su familia estaban en lo suyo, los vi a lo lejos, se dirigían a la casa en donde se alojarían, los gemelos permanecieron conmigo a pesar de que Carlos quería llevarlos con él, sin embargo, ella fue tan convincente asegurando que ellos preferían estar conmigo, que finalmente aceptó, luego lo miré a él, a Mateo, estaba parado a prudente distancia, me sorprendió, porque él me miraba a mí, no pude evitar ruborizarme, odiaba que eso sucediera, pero no estaba bajo mi control el hacerlo o el no hacerlo, apenada bajé la mirada, ese hombre provocaba tantas sensaciones en mí, que me asustaba.

El no perdió tiempo y se dirigió hacia mí.

_ Acompáñenme. - me dijo tomando de la mano a los pequeños que se soltaron de la mía y corrieron hacia él, ya se los había ganado y a mí me parecía grandioso. Tal parecía que le importaban más a él, que a su propio padre. Nos condujo hacia el interior de la enorme mansión, todo era tan hermoso e inalcanzable, me propuse ver y disfrutar de todo porque nunca en mi vida volvería a estar en un lugar como ese. Nos condujo hacia el segundo piso y luego a un tercero, ya ahí abrió una de las puertas y entramos a un espacioso lugar, más bien parecía un departamento, no era una recámara como yo supuse, el interior era un espacio abierto en donde al nada más entrar se hallaba una sala, al fondo a la izquierda se veía una pequeña cocina solo con lo básico, a la derecha se hallaban dos puertas.

_ Esta será tu recámara, abrió una de ellas, era hermosa y espaciosa, con su baño incluido, era como un cuento de hadas, grandes ventanales dejaban ver hacia el exterior y una puerta corrediza daba paso a un pequeño pero acogedor balcón.

Salimos de ahí y abrió la otra puerta, era otra recamara, menos ostentosa, pero no menos hermosa.

_ Esta será la de los niños. - dijo. Aunque si lo prefieres puedo pedir que pongan las dos camas de ellos en la tuya, como tú lo prefieras.

_ está bien. - dije. Después de todo los pequeños ya estaban acostumbrados a dormir solos en su propia recámara, lo bueno de esto, era que aquí los tenía pegados a mí, no como en la casa de mi hermano que yo dormía en la casa de huéspedes en la parte trasera del patio y cada vez que me necesitaban, tenía que acudir hasta donde ellos estaban, al interior de la casa. Mi hermano había insistido que tomara una de las habitaciones de la casa, y así había sido al principio, pero ahora estaba amenaza por Melanie, así que siempre le decía que prefería quedarme ahí sobre todo para conservar mi independencia, y era verdad, mientras más alejada de ellos, me sentía mejor.

_ No es necesario que nos quedemos aquí. - dije comprendiendo lo que sucedería cuando Melanie se diera cuenta, de que yo estaba alojada en la casa principal y ellos en una de visitantes. _ está bien si nos deja quedarnos en la parte donde se queda su personal de servicio.

_ De ninguna manera. - se apresuró a decir. Yo decido quien se aloja donde, y quiero que ustedes estén aquí.

_ Pero. - iba a protestar, cuando él me interrumpió.

_ Pero nada, quiero que se queden aquí. - se acercó más a mí. Nerviosa busque con la mirada a los chicos, pero ellos estaban encantados descubriendo su nueva habitación. _ De verdad. - dijo. _ a mí no me importa que opinen Carlos y su esposa, pero si tienes problema con eso, entonces diremos que se quedaron con mis empleados, de todas formas, no se enterarán, ellos tienen entrada y salida independiente, así que no necesitan entrar a la casa y si lo hacen, yo me encargaré. - me miró a los ojos. _ puedes estar tranquila sonrió. Yo quería relajarme, pero me preocupaba que los niños nos descubrieran.

Mateo
Estoy en mi cama, la verdad es que no puedo dormir, sé que ella está del otro lado de esa pared, toda la planta del tercer piso es exclusivamente para mí, es totalmente privado, solo yo y Matilde, mi ama de llaves tenemos acceso a este lugar, y ella solo porque hace la limpieza, este es mi refugio, aquí está mi recámara, es un lugar amplio, tengo mi cuarto de descanso, una pequeña sala de cine, un que otro juego de mesa, y al igual que él departamento donde la dejé a ella, también este cuenta con un pequeña cocina, sí, me gusta cocinar y se hacerlo muy bien, pronto la invitaré y cocinaré para ella, si es que acepta. Espero que lo haga. También cuenta con dos recámaras, aunque una está acondicionada como mi estudio, la otra es la que ocupo yo, con su cama king size, un vestidor y un enorme armario, aunque no tengo tantas cosas ahí, sin faltar el baño con su propio jacuzzi, como el de ella, aunque dudo que lo sepa utilizar, pero si me lo permite yo estaré encantado de enseñarle.

Todo cuanto hay aquí, así como en el resto de la casa es tecnología de punta, y no, no estoy presumiendo, es lo que siempre ha habido en mi familia, desde mis bisabuelos y quizás más atrás, ¿nuestro secreto? dar, entre más damos, más tenemos, claro que trabajamos duro, somos disciplinados, responsables, pero eso de que: "entre más das, más recibes", es cierto, mi familia tiene más de lo que alguna vez imaginó, yo aunque le ayudo todavía a mi padre con sus negocios, hace tiempo que me independicé y me va muy bien, tengo mis propias empresas, mis propias responsabilidades e igual que mi padre, me va mejor de lo que esperaba, porque sigo los mismos principios que él, tratamos bien a nuestros empleados, los hacemos que se sientan bien, los escuchamos y tratamos de solucionar sus problemas, procuramos que crezcan junto con nosotros y si alguien quiere independizarse, lo ayudamos, ¿por qué no? en cambio ellos son fieles a nosotros y producen más, por fidelidad, no por obligación.

Me han dado las cuatro de la mañana, es increíble, pero no he dormido bien, solo lo he hecho a ratos, la presencia de ella me tiene totalmente desestabilizado, no sé que me sucede, nunca nadie logró hacer esto en mí y créanme que una que otra vez, he creído que estoy enamorado, ahora sé que no fue así, nada se compara con lo que siento ahora. Escucho ruido del otro lado, parece ser que se abrió la puerta corrediza que da al balcón, me levanto de un salto, no prendo la luz, me acerco a la puerta corrediza de mi habitación y con sorpresa la veo, solo una parte de su balcón se logra ver desde mi posición, pero es justo en donde ella está parada, se estira con pereza y me parece que veo un ángel, su camisón hasta abajo de la rodilla y la tenue luz que se cuela por la puerta de cristal desde su habitación, la hacen ver etérea, me quedo embobado, luego de unos minutos ella se da la vuelta y regresa al interior. ¿Quién en su sano juicio se levanta a las cuatro de la madrugada? Sonrió como un tonto. Ella, por supuesto, recuerdo que proviene de un rancho, en donde la gente se levantó antes del amanecer y se acuesta al anochecer. Es maravillosa.

LA SIRVIENTA/No. 1 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora