CAPÍTULO 22 VERDADES

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Carlos
No espero mucho, cuando la eficiente secretaria me informa que puedo pasar, sacándome de mis tristes pensamientos, sé que esto no es más que un bache en la relación entre Melanie y yo, y que todo mejorará, eso espero.

Me pongo de pie y sigo a la secretaria que me acompaña hasta la puerta. Entró y ella sale cerrando detrás de mí.

Mi sorpresa es mayúscula cuando veo de quién se trata, mi primer impulso es dar la media vuelta y salir. Pero su voz firme me detiene.

_ Es un gusto verte de nuevo Carlos. - me dice. _ toma asiento por favor.

Estoy tentado a decirle que no es un gusto y que no pienso hacer tratos con él, estoy seguro de que se trata de una venganza por lo que sucedió con anterioridad.

_ Vengo en son de paz. - lo escucho decir al ver mi indecisión. _ quiero hablar de negocios contigo. Por favor toma asiento. - insiste.

_ Lamento lo que sucedió la última vez. - me obligo a acercarme y extender mi mano para saludarlo formalmente.

_ Yo también lo lamento y me disculpo. - dijo. Ambos tomamos asiento.

Mateo
Es mediodía, Carlos y yo nos acabamos de despedir, nuestra mañana paso en hablar y discutir acerca de la sociedad, de los planes que Carlos tiene y que es lo que espera de nosotros, así mismo le expuse mis condiciones y finalmente llegamos a un acuerdo favorable para ambos, luego fuimos a un restaurante a comer, ya era medio día y yo tenía hambre, supongo que él también. Ahí continuamos con nuestra charla de negocios, hasta que surgió el tema de su hermana.

_ Creo que ha quedado claro que este trato no incluye nada que tenga que ver con mi hermana. - dijo. _ quiero que todo quede claro entre nosotros.

_ Estoy consciente de ello. - digo. _ y por eso precisamente yo también quiero ser sincero contigo. Veo como se mueve inquieto en su asiento, sabe que no le va a gustar lo que estoy por decirle. Este trato que acabamos de hacer permanecerá y no se verá influenciado de ninguna manera por la relación que Elisa y yo tengamos.

_ ¿Cuál relación? - exclamó dejando ruidosamente los cubiertos en la mesa, y mirándome como si quisiera asesinarme.

_ ¡Tranquilízate! - pido. _ entre tú hermana y yo solo existe una bonita amistad.

_ ¡Pero...!

_ ¡Por favor escúchame! - lo detengo. _ Es necesario que hablemos y que lo hagamos con toda transparencia. Ya firmamos un contrato, tú tienes obligaciones conmigo y yo tengo obligaciones contigo. Queramos o no tenemos que rendirnos cuentas, pasaremos tiempo juntos, conviviremos, si tú quieres conocerás a mi familia, yo ya conozco a la tuya.

_ El contrato de trabajo no incluye que tú te relaciones con mi familia, ni yo con la tuya. - dijo molesto.

_ No lo hace, pero tú hermana y yo, estamos ya relacionados. Vi su cara de furia. _ no es una relación amorosa. - aclaré antes de que se levantara de la mesa y protagonizara un escándalo. _ como te dije, solo somos amigos.

_ El que la hayas visto en una ocasión, no te hace amigo. - dijo con furia contenida. Su enojo no me molestaba, al contrario, me daba gusto que defendiera a su hermana con ese ímpetu.

_ Voy a ser muy claro contigo. - dije mirando su rostro descompuesto. _ Elisa y yo somos amigos y nuestra amistad empezó desde el primer día que estuve en tu casa. - vi cambiar su rostro furioso a desconcierto total.
_ no niego que mi intención va más allá de una simple amistad, pero no soy un canalla, voy a ir al paso de ella y no. - digo al ver surgir la indignación en su rostro. _ no estoy jugando con ella. Mis intenciones son serias, y si ella me lo permite pienso pedirle matrimonio. - ahora su rostro era un poema.

_ No sé qué decirte. - sacudió la cabeza, confuso. _ la verdad no esperaba esto. Se dicen tantas cosas de ti, que no sé qué pensar.

_ Ya deberías de saber lo que la prensa hace o dice con tal de vender. - lo vi asentir. También de él hablaban, aunque en menor escala que de mí.

_ Ella ha pasado por mucho. - dijo. _ y fue a causa de su propia familia...

Lo miré suspicaz

_ Me apena admitirlo, pero si, también a causa mía. - dijo. _ aun así, me veo en la necesidad de protegerla, aunque yo mismo la haya lastimado ya, no quiero que pase por más.

_ No pienso lastimarla. - digo convencido. _ mis intenciones son serias y llegaré hasta donde ella me lo permita, ni siquiera sé si soy o seré correspondido algún día, pero me la voy a jugar con todo por ella, si pierdo me dolerá mucho, pero lo voy a intentar y créeme, me interesa lo que tú tengas que decir, ella te aprecia y si te opusieras creo que la lastimarías.

_ Tienes razón en eso. No voy a ser yo quien se oponga, si de verdad ella desea esa relación, pero si no es así, por muy socios que seamos, siempre la escogeré a ella antes que los negocios o que a ti.

_ Lo acepto. - digo. _ al igual que tú, lo único que deseo es su felicidad, y si ella no siente lo mismo por mí, estoy dispuesto a dejarla ir con tal de que sea feliz.

_ Confío en tu palabra. - dijo. _ y espero que ella sepa escoger bien y lo haga sin pensar ya en sus hermanos.

_ Hablando de hermanos. - aproveché. _ tengo algo más que contarte.

El me miro expectante.

_ MI relación con tu hermana empezó porque me pidió hacer una llamada de mi teléfono el día que estuve en tu casa y nos encontramos por casualidad, yo no sabía que era tu hermana, pensé que era, alguien del servicio. Luego supe que no localizaba a su hermano Fabián y eso la tenía angustiada. - vi cómo me miraba sorprendido y a la vez con cara de culpabilidad. Pero no le di tiempo a decir nada, simplemente continué. _ por ella localice a su hermano, estaba enfermo y pasando una situación difícil, había perdido su trabajo y estuvo a punto de perder la vida también. - miré su rostro y estaba pálido, como supuse no sabía nada de su hermano mayor.

_ ¿Porque Elisa no me dijo nada? - pasó su mano por el pelo con desesperación.

_ Quizás por lo mismo que me acabas de decir, porque no se portaron bien con ella, así que no podías esperar que les pidiera, ayuda.

_ Lo sé. - dijo apenado. _ de verdad lo lamento. ¿En dónde está él ahora? ¿Cómo está?

_ Eso es algo de lo que tenía que contarte, él está en Miami, hospitalizado, cuando estuvieron ahí, Eliza lo visitó varias veces y ahora permanecen en contacto.

Vi como él no podía, creer lo que le estaba revelando, no era mi intención hacerlo sentir mal, simplemente sabía que tenía que ser sincero con el si quería empezar las cosas bien con su hermana y no, no la estaba traicionando a ella, Eliza jamás me pidió no contar u ocultar lo que estaba sucediendo ni sus encuentros con él, ella no era de ocultar cosas, simplemente no hizo partícipes a sus hermanos de algo que a todas luces no les interesaba.

Al final, Carlos entendió la situación y me agradeció por lo que había hecho no solo con ella, si no con Fabián también y la oportunidad que le estaba dando a él, al firmar la sociedad entre su empresa y la mía.

Al final de cuentas todo salió mejor de lo que esperaba y me alegra haber tomado la decisión de venir hasta acá y tomar la iniciativa, porque creo que, aunque lo necesitara, Carlos no iba a contactar conmigo.

LA SIRVIENTA/No. 1 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora