CAPÍTULO 13 TIENE QUE SER MIA

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Elisa
Después de la muerte de mi padre, mi madre estuvo al pendiente de la familia por un año más o menos, cuando empezó a trabajar para algunas familias ricas de la región, se amargo tanto, por ver lo que los demás tenían y ella no, que perdió la cabeza y empezó a enredarse con algunos de sus patrones, ellos claro que solo la usaban y luego la dejaban, pronto ya le fue imposible estar en el pueblo, y para bien o para mal llegó un hombre de visita a la última casa en donde ella estuvo trabajando y no tardó mucho en liarse con él, solo que él no la botó como los demás, le propuso irse con él y lo hizo. A pesar de la vida que llevó, aún era muy hermosa y ese hombre seguramente se enamoró de ella, así que sin pensarlo, un día simplemente desapareció de nuestras vidas, y yo me quedé con la responsabilidad de mis hermanos, juro que hice lo que pude, prácticamente estuve sola con ellos, porque Fabián aunque me apoyó siempre, él estaba lejos, en el rancho matándose trabajando de sol a sol para que los demás pudieran salir adelante. Es triste que después de eso, en lugar de ayudarlo cuando lo necesitó, todos, se excusaron y no solo eso, la verdad es que, nadie les exigió nada, pero podían haberse mantenido al margen, y en lugar de eso nos quitaron lo único y lo poco que teníamos y como siempre digo, de haber sido una emergencia, una verdadera necesidad, yo con gusto les había cedido lo que tenía, pero nos lo arrebataron a la mala y lo peor es, que luego me enteré de que la casa no valía lo que ellos dijeron, toda la propiedad estaba valuada en un muy buen precio, pero él restaurante de mi hermano Eduardo, estaba pasando por algunos problemas y necesitaba mejoras, así que todos se unieron para sacarlo del bache, y no se les ocurrió nada mejor que vender nuestra propiedad, cuando los demás, a quienes les estaba yendo bastante bien , podían haberle echado la mano sin necesidad de sacrificarnos una vez más a Fabián y a mí, pero en fin ya no me interesa, ya los perdoné, después de todo somos familia, y sobre todo ahora les agradezco, porque, de no haber sido por eso, en estos momentos yo no sería tan feliz, no estaría hoy aquí y sobre todo no hubiera tenido la oportunidad de conocer a este hombre tan maravilloso que es Mateo. Me asusta pensar que esto que siento por él, pueda ser amor y no lo sé, porque nunca he estado enamorada, pero me asusta porque sé que voy a sufrir. Sería tan tonto hacerme ilusiones con él, aunque él se esmere en hacerme sentir como una reina, lo sé, me he dado cuenta de cómo me trata, siempre está atento, siempre tiene algún detalle hermoso para mí, he notado como procura mantenerme alejada de Carlos y de Melanie y sobre todo de sus hijos, de los gemelos no, él también los adora y los consciente y ellos lo adoran a él.

Muy seguido me veo preguntándome si tendrá pareja, si estará casado, la verdad es que no sé nada de él. También me pregunto cómo sería como padre, yo creo que sería maravilloso ¿y cómo esposo? Alejo esos pensamientos con rapidez, claro que sería un maravilloso esposo, pero me dan celos de saber que lo será, pero no mío y eso me deja triste.

Escucho un ligero toque a mi puerta, me levanto de un salto, Mateo me dijo que nadie tenía acceso a ese lugar de la casa salvo él y yo, pero alguien está dentro.

Con temor abro, solo para encontrarme con su rostro sonriente.

_ Disculpa si te asusté. - dijo parado cuál alto y atractivo era. _ tengo unas horas libres y me gustaría que me acompañarás a un lugar.

No podía negarme, le pedí tiempo para ir al baño, dar una cepillada a mi cabello, tomar mi bolso y salir.

Mateo
Salí de la oficina rumbo a casa, dejé a Carlos en la oficina, estaría ocupado al menos durante unas cuatro horas, por lo que quise aprovechar para hacer algo que he querido hacer hace tiempo. Así que llegué por ella.

Una vez en el auto empecé a manejar por la ciudad.

_ ¿No deberías estar con Carlos? - escuché que me preguntó, sentí que mis entrañas se retorcían, si, tenía celos y muchos, si ella era su empleada, lo trataba con mucha familiaridad y eso me molestaba en gran manera, como me había molestado el día anterior, cuando los vi apartarse en varias ocasiones durante el día, por supuesto Melanie hacia su aparición en cuanto se daba cuenta y los alejaba, pero para mí gusto a veces tardaba demasiado en ver qué estaban solos. No entiendo qué tanto podía hablar un patrón con su empleada y para colmo en una de las ocasiones en qué se me perdieron de vista, cuando por fin los encontré y los vi, de lejos, claro, él tenía su brazo sobre su hombro, la estaba abrazando, juro que en ese momento quise mandar todo al carajo y regresarlos a todos a su país, menos a ella por supuesto. Ella era mía, cuando pensé en eso me asusté, estaba loco, ella no era propiedad de nadie, pero yo quería que su amor, su atención, solo me pertenecieran a mí, y me estaba dando cuenta de que quizás su corazón ya tuviera dueño y aunque me hervía la sangre, me obligue a alejarme, deseaba con toda mi alma ir y poner en alerta a Melanie para que fuera a interrumpir lo que fuera que había entre ellos, yo como gente civilizada que soy me contuve, estaba perdiendo los estribos y nunca lo hacía, no sé qué tenía ella que traía mi mundo de cabeza, de verdad que no me reconocía, nadie, jamás logra sacarme de mis casillas, nadie me hace dudar de las decisiones que tomo y nadie me hace hacer lo que no quiero. Ayer después de una eternidad... Para mí, porque miré el reloj y apenas habían pasado varios minutos, ellos por fin regresaron, venían sonrientes, él la tomaba de la mano, pero en cuanto vieron a Melanie, ambos se soltaron, él se acercó a su esposa y ella se quedó aparte, su sonrisa no se apagaba y eso me puso más celoso aún, deseaba correr y abrazarla y gritar que era solo mía y no soltarla, pero una vez más me contuve, me obligué a comportarme como un buen anfitrión y terminar el día civilizada mente.

Y aquí estoy ahora, como si nada hubiera pasado, intentando hacerla feliz, porque sigo creyendo que se lo merece y sigo pensando que ella tiene que ser mía, no en el sentido que ustedes creen, quiero que se enamore de mí, quiero que sea mi esposa. No será fácil, pero voy a luchar, de eso pueden estar seguros y soy bueno luchando por lo que quiero.

NOTA:
Para quienes quieren más, en el transcurso del día subiré otro capítulo y si puedo serán dos. Bendiciones.

LA SIRVIENTA/No. 1 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora