Capítulo 2

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Recuerdo cuando fue el primer cumpleaños en esta nueva ciudad, invité a todos los niños del vecindario, nadie fue, solo había adultos rodeandome, jugaba a ser divertido, era mi manera de decir que no estaba triste por estar solo, no importaba que hubiera soñado con aquella fiesta, sabía que no vendrían, para ellos era el niño huraño con cara de niña.

Odiaba sus burlas y malas bromas, me volví rudo y difícil, buscando que no me tratarán como una niña, heredé el cabello rubio de mi madre y los ojos verdes de mi padre, para todos parecía una muñeca, mientras que yo ensayaba en el espejo, toda clase de poses amenazadoras, tratando de verme intimidante.

En fin, eran las 6 de la tarde, estaba a punto de partir mi pastel, cuando sonó el timbre de mi casa, corrí a abrir, y era el, vestido con un short café y una camisa blanca, adornado con un moño rojo, era un niño serio que parecía que podría brillar en sociedad, no me dijo nada, solo sacó de una caja, un hermoso gato cafe, sus ojos eran azules, y tenía un listón rosa adornando su cuello, miré al animalito, maúlla queriendo llamar mi atención - feliz cumpleaños Yuri - fueron sus palabras.

No estaba acostumbrado a recibir nada, mis padres murieron a edad temprana, me crié con mis tíos y mi abuelo, ellos tenían un hijo propio, que aunque me trataban con amor, siempre me sentí un impostor.

Siempre sentí que le arrebataba a mi primo Viktor , dinero, amor, espacio y tiempo de mis tíos, no tenía a nadie, me sentía poco merecedor a tener mis propias cosas, ahora entiendo que fingía ser difícil, porque no querían que supieran que me sentía solo.

Me quedé estático, quise tomar al gato, pero tuve miedo de ello, no era mi casa, no era mi espacio, no era mi familia, mi tía salió de la casa, miró al animalito - es hermosa, Yuri... Es tu regalo de cumpleaños? - asentí, no tenía palabras para ello, mi primo salió corriendo miró todo.

- Qué bonita es... Cómo le pondrás? - me preguntó, debería tomarla?, podía tenerla?.

- Tómala Yuri... Es tu regalo - las palabras de mi tía, me fueron suficientes, la tomé la acaricié, era una gatita hermosa que ronroneaba, hasta el más mínimo toque.

Fue mi primer regalo, me lo dio con un rostro serio, como si para el no significara nada pero para mi, lo era todo, después lo supe, era una gatita que el se esforzó por adoptar, los dueños no querían que terminara abandonada, el todos los días fue al mismo lugar, a la misma hora, pidiendo una oportunidad para cuidarla, ahora estaba en mis brazos, no sabes Otabek, todo lo que has hecho para alumbrar mi triste vida.

Corro apresurado, voy a verte, te diré que lo siento, que de verdad lamento lo que te dije, tu siempre fuiste mi amigo preciado, no he sabido corresponderte, lo siento de verdad, lo siento.

En algún momento del camino, tu te enamoraste de mi, la relación entre personas del mismo sexo, no es desconocida, pero tu tuviste que guardar tus sentimientos para después, me he enamorado y se lo difícil que debe ser no poder gritar a los cuatro vientos que amas a alguien.

Te guardaste tu amor, mientras yo te contaba de todo, ahora entiendo porque solo me sonreías, te lastimé verdad?.

Cuando te conté sobre mi primera vez, cuando llegué emocionado por todas esas emociones que sentí, debiste sentirte mal, cuando me veías abrazarla, cuando te contaba que la quería, debiste sufrir por ello, puedo ser la persona más egoísta, pero me vas a creer cuando te diga, que no quería serlo contigo?.

Debiste llegar a tu límite, debió ser una carga demasiado pesada, tanto que no pudiste callarte más, y hace unos días me lo revelaste.

Caminábamos por la calle, debía comprar un regalo para ella, admito que estar a su lado me ha hecho ser demasiado desapegado a ti.

Buscábamos en cada tienda, había ahorrado para un buen regalo, cumplíamos otro año juntos y te lo dije - creo que ella es la chica correcta, creo que definitivamente me casaría con ella.

- No crees que es muy pronto para decirlo? - me dijiste.

- Tenemos 4 años saliendo, es la chica indicada, te imaginas?, seria una buena boda, tu tendrías que estar a mi lado.

- No me gustan las fiestas, mucho menos las bodas.

- No Otabek, deberás ir, con tu traje negro, quizá por fin te encuentres una novia, he pensado seriamente que algo está mal contigo.

- Algo mal conmigo?, soy más normal de lo que crees.

- He pensado que quizá... Tienes algún problema de disfunción erectil, o quizás eres... No... Es más probable que no sirva correctamente tu aparato.

- Quizás sea... Qué?, gay?.

- No te lo tomes a pecho, solo fue un decir.

- Si fuera gay... Tu... Me dejarías de hablar?.

- Dejar de hablarte?, creo que me enojaria por un tiempo, porque se supone somos amigos, y si no me lo has dicho, me sentiré ofendido.

- Y si no te lo he dicho, por qué mis sentimientos pueden incomodarte? - llevábamos tiempo sin hablar, mi novia era demandante, sentí que frente a mi, estaba otra persona y no aquel amigo de tantos años.

- Tus sentimientos podrían hacerme sentir incómodo?, por qué deberían hacerme sentir así?.

- Estoy enamorado de ti, te he amado desde siempre.

- Debes estar bromeando, eso es imposible, por qué jodidos tendrías que sentir eso?, si es una broma deja de jugar quieres?, empiezo a sentirme incómodo.

- He sido tu amigo desde años, odio también sentirme así, pero no puede evitarse, llegué a un momento de mi vida, donde quiero cambiar, dejar de sentirme como un perdedor, dejar de sentirme como si estuviera cometiendo el peor pecado del mundo.

- Por qué estas diciendo esto?, vamos olvidemos esta plática sin sentido, para empezar, no debí decir nada.

- Qué lo dijeras fue lo mejor que pudiste hacer, porque creí que explotaría un día de estos, creí que un simple día, te lo diría sin pensarlo.

- Entonces... Estas hablando encerio?.

- Hay algún problema con ello? - me quedé en silencio, demasiado que asimilar, demasiado para entender, Otabek, podías haberlo dicho de una mejor forma?.

Ojalá Pudiera VerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora