Capítulo 7

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Todo toma sentido tras su ausencia, todas las cosas que antes no me importaban, ahora son momentos crueles de mi vida, son un tormento y un karma, porque no me di cuenta de nada cuando debí hacerlo.

La vida te deja conocer a personas importantes e increíbles una sola vez en la vida, a mi me permitió tenerlo durante varios años, aunque el final debió ser diferente, una forma distinta de perderlo.

Quizá el me olvidaría, encontraría a un chico lindo que lo amara, a él le dedicaría su tiempo, el sería quien estaría al frente de todas sus competencias dándole ánimos, el sería quien saldría en sus fotos que cuidaba con amor, no yo.

Pensar en ello, pensar en el justo momento en el que todas esas fotografías donde apareciamos los dos, serían reemplazadas por las de otro chico, era un pensamiento doloroso, era tanto el dolor que sentía que dejaría de respirar, quizá soy el ser egoísta que no deseaba ser olvidado.

Ver aquella caja llena de recuerdos de los dos, me hizo sentir un calor en mi pecho, que hace tanto no sentía, era tu ser preciado, tu eras el mío.

Recuerdo cada cosa de ti, la manera en la que caminabas con tus manos en tus bolsillos, mientras me escuchabas atento, tenía el mundo en mis manos y lo perdí para siempre.

Siempre al salir del colegio estabas ahí, esperando por mi mientras veías al cielo, quisiera regresar el tiempo para saber lo que robaba tus pensamientos, quisiera regresar el tiempo y contemplarte una vez más, contemplar tu mirada, volver a verte sonreír, una vez más, una sola.

Hay un momento que tengo grabado en mi pensamiento, estabas ahí, durmiendo en el suelo de tu habitación, había entrado a hurtadillas queriendo asustarte, pero estabas tan profundamente dormido, que no hice nada mas que recostarme a tu lado, veía tu tórax subir y bajar por tu respiración, suspirabas totalmente dormido, las pestañas de tus ojos bailaban con tu suspiro, eran mas largas de lo que alguna vez imaginé, mis manos se movieron solas, acaricie tus cejas pobladas para bajar por el puente de tu nariz, delinie con mis dedos todas tus facciones, hasta detenerme en tus labios, hiciste una mueca y reaccioné, quite mi mano como si hubiera sido descubierto, pero te acomodaste aún más para dormir, estaba estático frente a ti, observandote dormir, jamás supe porque lo hice, ni tampoco porque encontré tanta fascinación en ello, pero sabía que aquello había sido un secreto que guardé para mí, pero ahora después de perderte, entiendo que debí haberlo hecho una vez más.

Debí grabarme cada lunar de tu cara, debí grabar en mi retina más de tus expresiones, debí averiguar que se sentía, estar rodeado de tus brazos, ahora todos esos pensamientos poco normales llegan a mi, quizá dentro de mi siempre lo supe, pero estaba reacio a aceptarlo.

Una parte de mi siempre te observó, sabía lo que te gustaba, sabía lo que odiabas, conocía cada forma que tenías de decir que algo no te gustaba, te conocí tan bien que siempre pensé que los amigos, debían conocerse de esa forma, ahora en medio del caos de tu perdida, comprendo por fin, que siempre te observé más de la cuenta y que quizás tus sentimientos eran más que correspondidos.

No importa donde vaya, ni tampoco lo que haga para fingir que estoy bien, lo único que sé, es que estoy totalmente perdido sin ti, alguna vez tuve todo, porque te tenía a ti.

Me diste aquellas hermosas tardes bebiendo algo de cerveza en el cobertizo de tu casa, con aquellas canciones que ahora resonaran en mi mente para siempre, recuerdo mirarte bailar con una botella en la mano, tu playera negra ceñida a tu cuerpo, mientras mueves tu cadera al ritmo de i just died in your arms, dijiste que me amabas que has estado enamorado de mi, desde hace tiempo, ahora pensándolo con detenimiento, dime quien se enamoró primero?.

Te observaba, miraba tus brazos moverse y tus labios cantar esa canción, tu robabas mi atención y jamás pude darme cuenta de ello, o quizás no pude aceptarlo, ahora todo eso son solo sombras de amor.

De un amor que no supe distinguir, que no volverán jamás, duele tanto que siento que moriré en cualquier momento.

Miro todo en retrospectiva, pensar perderte nunca pasó por mi mente, pero he recibido el castigo más grande, tener que verte en un ataúd, para no verte jamás.

La miro a ella, la mujer que tantos años ha compartido conmigo, si ella de verdad te apartó de mi, cómo podré levantarme de esto?.

Su mirada suplicante se conecta con la mía, frunce el ceño pidiéndome que no aparte mi mirada - te juro que no lo hice, te juro que es un mal entendido - su voz está entre cortada, debería de darle mi apoyo, pero en lugar de ello, siento que en este momento, puedo odiarla de verdad.

- Más te vale que no sea cierto Diana... Si tu lo hiciste... Si fuiste tu quien le hizo esto, no te lo perdonaré jamás!!.

Ver su rostro roto, saber que no podrá sonreír de la hermosa forma en la que lo hacía, cuando llegue al cielo, es algo que me pesa tanto, que incluso puedo destruir al causante de ello, pido a la vida que no sea ella.

Si pudiera regresar el tiempo, si pudiera volver a aquel momento donde la conocí, me daría la vuelta, pasaría de largo y lo seguiría a él, aunque se que no puedo volver atrás, aun añoro un milagro, un milagro tan grande que me haga despertar de esta pesadilla, deseo tanto mirar de nuevo su silueta frente a mi, esta vez no dejaré que camine solo, esta vez caminaré a su lado, solo si alguien pudiera crear milagros.

Ojalá Pudiera VerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora