Nueve

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Otra vez ese olor a antibióticos y alcohol penetraba en su nariz. Lo detestaba. Incluso le causaba repulsión antes de estar embarazado.

Pero no se quejaría.

Junto a el se encontraba cabizbajo el chico que conoció pocos meses antes: Beomgyu.

El jovencito aún traía su uniforme escolar y acariciaba con mucha ternura la mano de su madre, quien estaba conectada a varios tubos y una máquina que medía sus pulsaciones. En muy pocas ocasiones abría los ojos, y cuando lo hacía, se dedicaba solo a mirar a su hijo y obsequiarle sonrisas débiles.

Jeongin acostumbraba a acompañar a Beomgyu en las visitas con su madre. En una ocasión, las pulsaciones de la mujer se aceleraron demasiado, entraron varías enfermeras y un médico, todos traían un rostro preocupado. Le obligaron a las visitas que salieran del cuarto, pero el hijo de la señora Choi se negaba y le gritaba a su madre que no le hiciera eso. Rogaba para que se quedase con el.

Por suerte pudieron estabilizarla, pero Beomgyu estuvo entre los brazos de Jeongin por casi dos horas, sin soltarlo. El abrazo de su mayor le daba cierta paz.

Por suerte la madre del peli negro se había mantenido estable ese mes, no había vuelto a tener otra crisis y eso los mantenía tranquilos.

El celular de Innie vibró, era un mensaje de Hyunjin informándole que llegaría una hora más tarde a casa. El mensaje incluía un "te veré en casa, cariño" lo que provocó una invasión de mariposas en su estómago.

A pesar que la primera vez que le dijo así se sorprendió mucho, ahora se lo tomaba más "casual"

Iba a bloquear su celular, pero la imagen en el fondo de su pantalla le robó una tímida sonrisa. Era el ultrasonido de su bebito del tercer mes de gestación.

Durante el primer trimestre tuvo tres ultrasonidos porque presentaba indicios de diabetes o algo por el estilo, y él que creía que tendría una revisión así durante todo su embarazo. Debido a que resulto completamente sanito, la ginecóloga le dio la cita para cuando cumpliera cinco meses; en el que sabría el sexo del bebé.

Tuvo que investigar por si solo el desarrollo del feto en el cuarto mes y sólo consiguió enamorarse más del ser que crecía en su pancita.

Maní ya podía oír y eso también significaba que reconoce su voz, así que cada vez que hablará iba a ser escuchado por su hijito. Por fin. Su sexo ya estaba definido incluso, pero dependía mucho la postura del feto para poder saberlo durante ese mes. También leyó que comenzaría a distinguir sabores en el líquido amniótico... de modo que cuando no le gustará algo posiblemente patee.

Aunque dichosas pataditas se pueden sentir a mediados del segundo trimestre.

Jisung ahora decía que Maní era menos feo, porque ya tenía el aspecto de un bebé recién nacido, pero más pequeñito.

-¿Es su bebé?

La voz de Beomgyu lo saco rápidamente de sus pensamientos y le sonrió, ladeando un poco su mano para que el chico también pudiese ver la fotografía.

-Si, está Justo ahí, ¿lo ves?- le señalo el lugar y la forma de su hijo, pero sólo recibió una tímida sonrisita. Obvio no entendía nada.

-No lo veo... pero debe estar bonito.

-¡Claro que si! Yo estoy bastante bonito y además...- un brillo especial apareció en sus ojos- su papá es demasiado guapísimo.

-Esta muy enamorado de su esposo, ¿verdad?

La sonrisa de Jeongin se borró muy lentamente. Siempre evitaba esos pensamientos acerca de una atracción o algo similar hacía Hyunjin , pero ¿cómo podría hacerlo?

Como una estrella/ Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora