TREINTA Y TRES

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Hyunjin paso su dedo índice por todo el contorno de la fotografía de MinJeong, sobre todo en el sector de su rostro, sonreía porque le encantaba ver que su niña había heredado sus hoyuelos y su tono de piel, involuntariamente soltó una tenue risita.

Le encantaba contemplarla y descubrir en la pequeña fotografía un nuevo detalle, porque aunque MinJeong fuese blanquita como él, también había heredado la linda boquita de Jeongin. Quizás también habría heredado los tan encantadores ojos de su esposo...Hubiese sido condenadamente  bella.

Tan hermosa, y no pudo sostenerla ni una sola vez. No pudo oírla llorar y tendría que vivir con ello. Se tenía que resignar a vivir sin su hija, aun si toda la vida seguía pensando en ella.

Suspiró. Guardo nuevamente la fotografía en su billetera, cerro sus ojos y se apoyó en el respaldar del sofá. A estas alturas, si el embarazo de Jeongin no hubiese sido interrumpido, su nena ya tendría poco más de una semana de nacida. Podría decir sin titubear, sin siquiera dudar, que se había convertido en padre.

Pero en realidad ahora no sabía si podía llamarse a si mismo un "padre". Tuvo dos bebés que jamás pudo sostener entre sus brazos.

Se dio suaves golpecillos en su mejilla y mordió su labio inferior, aún tenía los ojos cerrados. MinJeong no fue producto de un amor, solo fue resultado de dos personas sumergidas en el alcohol, ambas queriendo ahogar algún dolor. No fue planeada para nada. La odio tanto aun cuando no tenía culpa alguna, temió que ese pequeño fruto de una borrachera terminara por robarle su corazón.

Y ahora se sentía un completo idiota por no darse cuenta que la amaba en serio.

MinJeong no fue producto de un amor, pero gracias a ella comenzó uno.

Justo en el momento en que Jisung abrió la puerta del cuarto de su mejor amigo, este estaba frente al espejo, bastante arreglado y brotando un exquisito olor a perfume masculino

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Justo en el momento en que Jisung abrió la puerta del cuarto de su mejor amigo, este estaba frente al espejo, bastante arreglado y brotando un exquisito olor a perfume masculino.

Entrecerró sus ojos y esbozó una pícara sonrisa. Hacia bastante tiempo que no veía a Felix tan arreglado, de hecho, la última vez fue en la noche en Las Vegas; usualmente utiliza ropa casual. No es que esté feo, por supuesto, pero es que ver al pecosito usando sus pantalones rojos ajustados...sabía que algo tramaba.

Suele usarlos en citas, ya que se le proporciona mucho más su trasero y se ve sumamente atractivo.

-Vaya,vaya...- el menor de acerco para inspeccionar más de cerca a Felix- Te ves muy guapo

-Gracias- murmuró, volvió a mirarse al espejo y desordenó un poco sus cabellos, eso le daba un toque poco más atrevido.

-Espero que tú cita te lleve a comer algo rico, si es así no olvides traerme...

-Espera- interrumpió-, yo no tendré ninguna cita, solo saldré a platicar con un amigo.

Jisung abrió amplió sus ojos, ¿A quien creía que estaba engañando?

-¿Ah, si? ¿Cual amigo? Conozco a todos tus amigos, porque son los mismos que los míos.

Lee se quedó en silencio, mordió su labio inferior y comenzó a buscar su celular entre la ropa que estaba esparcida por toda la cama. Quería irse pronto , la mirada acusadora de Jisung lo estaba cohibiendo demasiado.

-¿San?- preguntó el menor con una ceja enarcada. Felix negó y continuó buscando, entonces el chico de voz gruesa volvió a hablar.- ¿Seonghwa?

-Que no, Jisung...Ya deja de cuestionarme.

El nombrado frunció el entrecejo, se acercó hasta su mejor amigo y tomó de una manera no tan suave su rostro, para que lo mirase.

-¿Wonho?- volvió a preguntar

Felix suspiró y negó. Entendía la preocupación del menor y el porque lo estaba cuestionando tanto, quito con cuidado las grandes manos del otro de su rostro.

-¿Recuerdas que hace tiempo me dijiste que intentara llevarme bien con Changbin Hyung ya que el también era importante para Maní?

El menor abrió Grande sus ojos, su expresión ya no era de desconfianza o preocupación, más bien, su boca curvo formando una encantadora sonrisa. Ni siquiera se lanzó a chillar de emoción, ya que el mayor encontró su celular, lo guardo en el bolsillo de su pantalón y salió del cuarto.

Jisung soltó una pícara sonrisa y sacó su celular para contarle todo a Minho.

Cuando Jeongin volvió a casa luego de la universidad, se extraño demasiado al no encontrar a nadie, ni siquiera si madre

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Cuando Jeongin volvió a casa luego de la universidad, se extraño demasiado al no encontrar a nadie, ni siquiera si madre. Dejo su pesado bolso en el sofá más pequeño, se dirigió a la cocina y su estómago rugió cuando vio un platillo con su comida favorita sobre la mesa.

Casi podía sentir que le caía saliva con solo recordar el exquisito pollo frito que le prepara su madre. Tomó el platillo y lo metió al microondas, marco los minutos necesarios y puso sus manos en sus caderas, esperando a que su comida estuviera calientita.

Escucho su celular notificándole nuevos mensajes, le dio una mirada a la comida aun calentándose y salió de la cocina para buscar su dispositivo. Había un mensaje de au madre informándole que había dejado la comida lista -cosa que descubrió por si solo-, uno de Jisung diciéndole que estaba en casa de Minho y que Felix estaba en una cita con Changbin; esto último le robó una sonrisa. Hacia mucho tiempo que Lee no tenía una cita.

También había un mensaje de Hyunjin, diciéndole que la ancianita que los vio besándose aquel día, se me acercó cuando estaba visitando la tumba de MinJeong y le dijo que tenía un esposo guapísimo, además de toda una cátedra acerca del amor.

Y por último... un mensaje de Tzuyu. Le pedía que se vieran en aquella cafetería frente al hospital, la misma donde Jeongin leyó todas esas conversaciones que lo lastimaron tanto. Sabía que aún habían cosas inconclusas. Sabía que Hyunjin, Beomgyu e incluso Jisung y Felix, estaban enterados de algo que el no.

Mordió su labio inferior y acepto. Se encontraría con la chica dentro de una hora... Ya no tenía nada que perder.

 Ya no tenía nada que perder

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Como una estrella/ Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora