DIECINUEVE

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Jisung tenía todo su cuerpo sumergido bajo el agua en la tina de su baño. No se movía, solo miraba el techo sin expresión; no se estaba comportando como siempre lo hacía.

No podía. No se sentía con su ánimo intacto.

Jeongin siempre estaba ahí para el, dispuesto a ayudarle a solucionar cualquier problema. Y ahora no podía hacer nada para ayudarle, Solo darle su apoyo.

Sorbió la nariz. Posiblemente estuviera llorando, pero ni siquiera él  mismo lo noto, ya que sus lagrimas fueron mezcladas con el agua que lo cubría.

Tres golpes suaves en la puerta del baño resonaron a lo lejos, pero su mirada se mantuvo en el mismo punto del techo, la persona tras la madera insistió.

-¿Jisungie?

-Esta abierto...

Respondió por inercia, no había tomado atención a la voz. Minho abrió y asomó la mitad de su cuerpo

-¿Ya estás listo?

Jisung volteó su rostro hasta el mayor y negó. Lee formó una sonrisa triste y entró por completo al pequeño cuarto, se arrodilló a un lado de la tina y con sumo cuidado le acarició el cabello húmedo al menor.

-¿Que sucede, pequeño?

-Me siento demasiado intranquilo, Hyung...

Minho tomó el shampoo de un costado, echó un poco en su mano y lo aplicó en el cabello ajeno, dándole suaves masajes.

-¿Es por MinJeong?

-Si.

-Tranquiló- enjuagó con mucho cuidado el suavecito cabello, preocupándose que no le fuera a caer la espuma en los ojos-, ella es una bebé muy fuerte, ¿cierto?

Jisung asintió, aún con esa angustia rondando por su cabeza, pero quería creer en las palabras de Minho. Quería convencerse a si mismo que MinJeong era lo suficientemente fuerte como para salir adelante.

Existen muchos casos de bebés prematuros que logran recuperarse y crecen sanitos, pero su preciosa maní ya había sufrido un paro cardiorrespiratorio cuando nació e incluso desde antes, sabía que la ginecóloga había visto algo mal en la nena pero no dijo nada. Agregando a eso la alteración que tuvo Jeongin que obvio le elevó la presión arterial.

Así como habían casos exitosos, también lo habían fallecidos.

Estaba en silencio, sus ojos ahora contemplaban al chico que enjabonaba su torso y brazos, usaba demasiada ternura, una que jamás podría explicarle a nadie. Porque nadie podría imaginarse a ese chico tan chillon, asustadizo y proveedor de sonrisas, siendo tan gentil y cuidadoso con un muchacho que solo mantenían una relación de amigos con leves beneficios.

El ambiente estaba frío

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El ambiente estaba frío.

Felix frotaba sus manitas entre sí, salió tan rápido de su departamento que olvidó llevarse un abrigo, además las enfermeras llamaron para informarles que Jeongin había tenido una crisis nerviosa.

Se asustó demasiado, incluso dejó a Jisung en el departamento, aun que Minho se quedo cuidándolo.

Las cosas para Lee estaban bastante difíciles. Frente a él, el menor de sus amigos dormía con el ceño fruncido y una mano reposando en su hinchado vientre, quizás ni siquiera en sus sueños podía estar tranquilo. Jisung no se estaba comportando con esa actitud tan extravagante y divertida, no parecía él, sus ojos se mantenían hinchados desde la noche anterior por culpa del llanto que le costó tanto cesar.

Era injusto. Las dos personas que cuidaron de Felix no se encontraban bien y el no podía hacer nada para ayudarlos, solo cuidar de ambos y esperar...

Jeongin parecía que no despertaría hasta largo rato, y el frío cada vez penetraba más en sus huesos.

El pomo de la puerta se giró, Felix miro rápido con la esperanza de que se tratase de Jisung, sin embargo, el que entró a la pequeña habitación fue Changbin con dos vasitos en sus manos.

El mayor se acercó y le entregó uno de los vasos. El envase incluso estaba bastante calientito.

Lee Sonrió y agradeció por el gesto. Changbin había sido el que llevó a Felix al hospital y durante el camino no se dirigieron la palabra, aun que era casi obvio, ya que el menor llevaba el alma en un hilo por la repentina llamada del hospital.

Pero en ese momento, con la tranquilidad de que Jeongin estaba profundamente dormido, se atrevió a hablarle más que nada para agradecerle.

Felix seguía sintiendo frío, menos que antes, gracias al café que le dio el mayor.

Estaban en silencio, Changbin jugueteaba con sus propios dedos mientras que el otro se aseguraba de que Innie estuviera bien acobijado.

Entonces Lee sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, dejó el vaso ya vacío sobre un pequeño velador con las pertenencias de Jeongin, junto sus manitas y volvió a frotarlas en busca de calor.

Seo lo noto. Bajo la cremallera de su abrigo y se lo quito, no tenía expresión en su rostro, pero fue un gesto bastante dulce cuando acomodó la prenda en la espalda del pecoso.

Felix solo abrio grande sus ojos con un gran rubor en sus mejillas, su mirada estuvo posada en Changbin hasta que este se acercó a la ventana. Esbozó una tenue sonrisa y se acomodó mejor el abrigo  que brotaba un delicioso aroma.

Le agradaba bastante. Ni siquiera noto que el mayor lo estaba mirando como olía con una sonrisa el cuello del abrigo.

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Como una estrella/ Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora