-¿Que mierda acabas de decir?- su pregunta salió en un hilo de voz.
Tzuyu lo soltó inmediatamente y se hizo rápido hacia atrás, Hyunjin la miraba incrédulo y con un creciente enojo.
Hwang MinJeong, su preciosa hija no conoció la luz del sol, ni la tranquilidad de la noche por culpa de esa mujer. El jamás pudo conocerla y tendría que vivir con esa angustia hasta el último segundo de su vida.
Se lavando y comenzó a caminar lentamente hasta la fémina, de forma amenazante. Su rostro se estaba enrojeciendo, producto de la cólera.
-H-Hyun...perdón-. La chica retrocedía, aun con lagrimas en sus ojos.
-¿Perdón? ¿Crees Que esa palabra va a sanar algo?- alzó su voz- ¡¿Crees que con pedirme perdón recuperare a mi hija?!
Tzuyu tenía miedo, por primera vez después de varios años. La mirada de Hyunjin era irreconocible, nunca le había visto de esa forma.
La voz grave y alta de Hyunjin logró llamar la atención de Jeongin, quien estando incluso en el cuarto de Jiwoo pudo oírlo. Salió rápido y se espantó cuando vio a su esposo acorralando a Tzuyu, además, sumándole a eso la mirada llena de rabia.
-¡Hyung!- Jeongin se apresuró y corrió hasta el de tés blanca, le rodeó la cintura con sus brazos y apego su cabeza al pecho ajeno- Cálmate, por favor.
-Suéltame.
-Hyunnie- hablo suplicante-, mírame... Tzuyu mordió su labio inferior y salió rápidamente de ahí. Hyunjin tomó su cabeza entre sus manos y bufó, sus ojos se tornaron llorosos y por fin mirar la preocupada mirada de Jeongin.
Beomgyu salió nervioso, al ver a su amigo intentando controlar al más alto, y la ausencia de su hermana dedujo por su solo que Hyunjin se había enterado.
Le dio una mirada a su madre , la mujer se veía exaltada. Sintió una pizca de tristeza expandiéndose en su pecho...no sabía como podría contarle todo lo que sucedió a su progenitora sin dañar su precioso corazón.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Félix se encontraba barriendo la sala de estar, ese día le tocaba la limpieza a el y descubrió que hace unos días Jisung había escondido el polvo bajo la alfombra.
Soltó una tenue risita y negó. Se aseguró de buscar en cada rincón de la sala que no tuviese polvo escondido, bajo los sillones encontró calcetines y una camiseta del otro. Las doblo con cuidado y sin ante tocar, entro en la habitación de Sung.
El otro dio un respingo e intento simular lo que estaba viendo en la computadora, minimizó las pestañas y se quedó mirando su fondo de animalitos.
Felix sonrió y dejó la ropa en una orilla de la cama.