ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x Rєαɗєя

ᏟᎪᏢᏆ́ᎢᏌᏞᏫ 12

- No esperaba encontrarte por aquí.- Dijo el adeptus mirando al arconte.

- ¿Ha sucedido algo Xiao?- Dijo el de pelo castaño apartando su vista de mí.

- Xiao, me alegro de verte.- Dije algo dormida, lo cual causó una leve sonrisa casi imperceptible en el rostro del yaksha.

- Pido perdón si interrumpo algo.- Dijo mirándonos al mayor y a mí, causando que nos sonrojásemos notoriamente.- Pero se trata de la seguridad de Liyue.- Eso último hizo que las facciones de Zhongli se tensasen, para después pedirle que siguiera contándonos de que se trataba esta vez.- Desde hace unos días, más concretamente desde el incidente de Osial he estado sintiendo una presencia poderosa. No estoy seguro de que ser podría tratarse, pero es poderoso.

- Joder salimos de una y nos meten en otra.- Digo yo malhumorada.

- No hay de que preocuparse, la gente de Liyue sabrá defenderse perfectamente, las Siete Estrellas junto con los Adeptus están haciendo un muy buen trabajo manejando los recientes acontecimientos.- Dijo, el ex arconte, restándole importancia aunque podía ver perfectamente en su mirada que aún así le inquietaba.- Ciertamente te agradezco que hayas hecho tiempo para venir a comunicarme esto Xiao, pero no tienes nada de que preocuparte, si las cosas se salen de control intervendré para asegurar la seguridad de mi nación.

- Puedes quedarte si quieres, no tienes por que irte.- Le dije al de visión Anemo, mirándole con una sonrisa amable. El cerró los ojos como usualmente, meditando su decisión.

- Yo de hecho debería ir yéndome, tengo algunos asuntos que atender en la funeraria.- El más alto se acercó para dejar un beso en mi cabeza con delicadeza, sonrojándome y girándose para coger su chaqueta.

- Nos vemos.- Le dije, el solo me dió una sonrisa antes de salir por la puerta.

- Hacía mucho que no lo veía tan en paz con él mismo.- Dijo el yaksha cuando la puerta se cerró.- Le haces bien, aunque habeis pasado pocos días juntos lo que ha ocurrido os ha hecho sentir con mayor intensidad, bueno, a el lo ha hecho sentir a secas.- Dijo, causando una ligera risa de mi parte.

- ¿Bajamos a comer algo? No se si los adeptus comeis o no pero...- Dije, el suspiró asintiendo.

- Mientras sea tofu de almendras, está bien.- Yo le sonreí.

- Que sean muchos platos de tofu de almendras.- Dije riéndome.

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Cualquiera consideraría que era raro ver a Xiao con un mortal, puesto que el bendecido por Barbatos no solía acercarse a ellos y siempre mostraba una pizca de desagrado frente a sus interacciones. Pero conmigo y Lumine era diferente, ahora estábamos sentados en la terraza más elevada de la Posada Wangshu junto a la joven rubia, Paimon decidió irse a dormir después de haber devorado ella sola dos platos de Tentación del Adeptus.

- Entonces...¿Qué hay entre Zhongli y tú?- Dijo el adeptus. Lumine soltó una carcajada a lo que yo le pegué un golpe en el hombro obteniendo un quejido por respuesta.

- ¡Oye!- Dijo la rubia.

- Te lo ganaste. Respondiendo a tu pregunta Xiao, no lo sé, no...no estoy segura.

- ¿Pero él que te dijo? ¿Os habeis besado?- Me preguntó Lumine curiosa.

- Yo..esto...a ver sí pero- No esperó a que terminase la frase, pues Lumine ya estaba gritando de emoción haciendo que Xiao y yo gesticulásemos con expresión molesta.

- ¿Quieres dejarla terminar? Por los siete.

- Perdón, perdón, prosigue _________ por favor.

- Ah, como iba diciendo, tengo miedo de que solo puedo ser un recuerdo para él.

- Explícate.- Dijo el adeptus, Lumine solo me miró extrañada.

- No quiero que estemos juntos simplemente porque le recuerdo a la mujer que alguna vez amó con todo su corazón. No quiero que se levante por las mañanas y al mirarme a los ojos solo vea su fantasma. No quiero y tampoco puedo permitírmelo.- Dije, con los ojos cristalizados. Lumine me dió un reconfortante abrazo arropando mis hombros con su brazo.

- Permiteme decirte algo...¿de acuerdo?- Yo solo asentí, mirando al horizonte en el que podía divisar el puerto de Liyue siendo bañado por los colores del atardecer.

- Le conozco, desde hace casi quinientos años y nunca jamás desde que Guizhong murió le había visto prestarle tanta atención a alguien. Tras ese día se volvió más frío y reservado, por supuesto, a todos nos cambió la guerra pero él...

- ¿Estás seguro de que no me ve como un reemplazo para ella?

- Él jamás te vería así, es cierto que tienes un carácter parecido al suyo, pero no te pareces en lo más mínimo.- Dijo él seriamente, en su tono habitual de siempre. Al ver mi rostro medianamente aliviado se levantó, captando mi mirada y la de la joven a mi lado.

- Deberíais descansar el Rito de la Linterna es dentro de poco y aún teneis mucho que ver de Liyue, tu más que ella Lumine.- Prosiguió el Guardián Yaksha.

- Xiao tiene razón deberíamos irnos a descansar, mañana será otro día.- Ambas nos despedimos del adeptus para retirarnos a nuestra habitación.

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