ᏟᎪᏢᏆ́ᎢᏌᏞᏫ 33

884 38 15
                                    

Tras unos veinte minutos decidimos ponernos en camino al Tenshukaku pues no deberíamos retrasarnos mucho más. Cuando llegamos, el lugar parecía estar ajetreado, muchos guardias de la Comisión Tenryou custodiaban el lugar y muchos otros funcionarios de la Comisión Yashiro iban de un lado para el otro trabajando en otros asuntos. Cuando nos acercamos a la puerta principal, nos encontramos con Kujou Sara, quien parecía estar dirigiendo su comisión.

- Sara, hola. ¿Se encuentra la Shogun?- Pregunté, ella me miró con su usual expresión seria y asintió tranquilamente.

- Buenos días _______, así es, tú puedes entrar. En cuanto al caballero que te acompaña, me temo que si no tiene un asunto urgente que tratar con la Shogun, debe venir en otro momento.- Dijo, había olvidado por completo que ella no conocía a Zhongli.

- Oh, disculpe mis modales. Me presento, soy Zhongli, vengo desde Liyue porque tengo un asunto urgente que tratar con la Arconte Electro. Si lo prefiere, puede preguntarle directamente a ella misma.- Sonrió educadamente. Sara pareció dubitativa por un momento pero al final simplemente asintó.

- Bueno, supongo que si vienes acompañado de ella, depositaré un voto de confianza excepcionalmente.- Dijo la general. Zhongli y yo entonces entramos al Tenshukaku donde se encontraba Ei quien había tomado consciencia de su marioneta para encargarse ella misma personalmente de los asuntos que envolvían a Inazuma. Estaba sentada en el trono revisando algunos papeles cuando se percató de nuestra presencia, el Arconte estaba detrás mía y asintió con la cabeza a modo de saludo.

- __________ ¿Qué te trae por aquí? Veo que no has venido sola...- Dijo, refiriéndose al hombre detrás de mí.

- Vamos, hacía siglos que no nos veíamos. La ocasión vale la pena ¿no crees?- Mencionó el de ojos ámbar, ella simplemente suspiró asintiendo, devolviendo su mirada a mí.

- Buenos días Ei, ¿Qué tal van las cosas con el Triunvirato?- Pregunté en primer lugar.

- Ah... Bueno, es algo difícil de explicar, pero aunque queda bastante trabajo por hacer, las cosas avanzan favorablemente. No sé si ya lo habrás oído, pero he decidido abolir el Decreto de Captura de Visiones, al parecer estaba... algo equivocada en lo que a este respecta.- Dijo ligeramente avergonzada por su error.

- Bueno, es bueno que hayas tomado esa decisión. Conozco a muchas personas cuyas vidas cambiaron drásticamente por culpa de ese decreto, así que me alegro de que nadie más tenga que sufrir sus consecuencias. Lo importante es aprender de los errores.- Dije tratando de brindarle una sonrisa tranquilizadora.

- Comparto tu opinión, _________. Ahora dime, ¿sólo pasabas por aquí para preguntarme por cómo van las cosas? Pareces tener algo más en mente.- Mencionó la Arconte Electro.

- Así es, quería preguntarte algo más. El otro día, cuando estábamos en el Plano de la Eutimia, mencionaste algo sobre la caída de una nación llamada Khaenri'ah. Me preguntaba, ¿fue Celestia la responsable de ello?- Pregunté, llevaba rondando mi mente desde ese entonces la posibilidad de que aquello fuese la voluntad de Celestia. Cuando mencioné aquello los ojos de la Arconte Electro se agrandaron por la sorpresa, a su vez, Zhongli parecía sorprendido por mi pregunta; por lo que volteé a verle, sabía lo que iba a decir.- Dijiste que tú no podías decirme nada al respecto, pero no mencionaste que otros arcontes no pudiesen. Y según sé, Ei no tuvo lugar en la destrucción de Khaenri'ah puesto que estaba en Inazuma combatiendo a las plagas que causó la devastación cuando aquello sucedió. Por lo que puede ser que ella sí tenga permitido decirme algo.-Él meditó durante unos segundos mis palabras, después asintió.

- De acuerdo entonces.- Se limitó a reconocer. Posteriormente, Raiden tomó el turno de palabra.

- Bueno ________, respondiendo a tu pregunta. No tengo una respuesta clara a ciencia cierta, puesto que estaba tan afligida por la muerte de Makoto que ni siquiera me planteé en buscar una respuesta en ese preciso momento. Sin embargo, si me preguntas por mi opinión personal, creo que no estás mal encaminada. Desde el principio de los tiempos, las naciones han sido gobernadas por seres que mantienen conexiones con Celestia, independientemente de si eran dragones o arcontes. Khaenri'ah era la única nación en todo el continente que escapaba del control de Celestia puesto que carecían de deidad, tal vez simplemente la destruyeron por miedo de que se revelaran contra los dioses.- Comentó Ei. Parecía bastante razonable y encajaba bastante con mi hipótesis.

- Ya veo... Gracias Ei, has sido de mucha ayuda. Esta información podría ayudar a Lumine a encontrar a su hermano.- Afirmé agradecida.

- Eres consciente de que te buscarás problemas con el Orden Celestial ¿verdad?- Preguntó el hombre tras de mí dirigiéndose a la Arconte Electro, ella solo soltó una pequeña risa.

- Hah... No lo creo, yo renuncié a mi Gnosis hace siglos y según tengo entendido, mi familiar se la entregó a los Fatui como parte de un trato. Así que ya no guardo ningún tipo de conexión con Celestia. Supe que serían un obstáculo para lograr la eternidad en su momento y por eso decidí renunciar a cualquier tipo de relación con ellos.

- Espera, espera, espera. ¿Yae le entregó la Gnosis a los Fatui?- Pregunté yo preocupada. La Arconte asintió.- Pero... ¿Qué estarán tramando...?

- No lo sé, honestamente, pero parece que la Tsaritsa está recabando las siete Gnosis como parte de un plan probablemente para enfrentar a Celestia. Como sea, eso es asunto suyo y yo no pienso intervenir.- Dijo Raiden.

- ¿Dices que planea enfrentar al Orden Celestial?-  Preguntó el Arconte sorprendido.

- Así es, y parece muy segura de su plan. De todos modos, aún le quedan dos de las siete Gnosis por conseguir. Y no creo que Murata vaya a ponérselo fácil, la conoces.

- Sí... Desde luego no será una batalla fácil de librar.- Contestó el de cabello castaño.

- Bueno, lamento interrumpir pero, eso era todo lo que quería preguntarte Ei. Gracias por tu tiempo, creo que debería ir a avisar a Lumine de que deberíamos volver a Liyue, así que os dejo seguir hablando tranquilamente. ¡Nos vemos!- Dije con una pequeña sonrisa.

- Ha sido una experiencia interesante conoceros a las dos, por favor, venid a visitarme cuando volváis a Inazuma, el Tenshukaku siempre estará abierto para recibiros. Espero que vuestros viajes continúen con éxito.- Dijo Ei despidiéndose.

- No tardaré mucho, solo tenemos algunos asuntos de los que hablar. ¿Nos vemos en el Alcor?- Preguntó el de ojos dorados.

- Sí, nos vemos luego.- Dije sonriéndole, el se acercó y depositó un suave beso en mi cabeza antes de que me fuese a modo de adiós. Acto seguido, salí del Tenshukaku en dirección a la Casa del Té Komore.

***********************************************************************************************

Lo sᥱ́, ᥣo sᥱ́, mᥱ dᥱsρᥲrᥱᥴί ᥴᥲsι qᥙᥱ ρor ᥙᥒ mᥱs, ρᥱro ᥲᥴᥲbo dᥱ voᥣvᥱr ᥲ ᥱmρᥱzᥲr ᥣᥲs ᥴᥣᥲsᥱs ყ voყ ᥱᥒ ᥙ́ᥣtιmo ᥴᥙrso, ᥲsί qᥙᥱ hᥱ ᥲᥒdᥲdo ᥙᥒ ρoᥴo ᥱstrᥱsᥲdᥲ. Aᥙ́ᥒ ᥲsί, ᥲhorᥲ qᥙᥱ ყᥲ mᥱ ρᥙdᥱ orgᥲᥒιzᥲr mᥱjor ᥣᥱs trᥲjᥱ ᥱstᥱ ᥴᥲρίtᥙᥣo, ᥱsρᥱro qᥙᥱ ᥣo dιsfrᥙtᥱᥒ ყ trᥲtᥲrᥱ́ dᥱ ᥲᥴtᥙᥲᥣιzᥲr ᥣo mᥲ́s ρroᥒto ρosιbᥣᥱ. Cᥙίdᥱᥒsᥱ mᥙᥴho! <3

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 17, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x RєαɗєяDonde viven las historias. Descúbrelo ahora