¿¡Cómo me acababa de llamar!? ¿¡Su qué de qué!? Definitivamente todo mi cerebro había requerido reiniciarse después de eso. Era la primera vez que me llamaba así, al menos que yo supiese y yo estaba tan sorprendida que no supe que decir. Me despedí rápidamente de los chicos y fui a dar una vuelta por el puerto con el de larga cabellera castaña. Nos encontrábamos en la proa del Alcor, el cual se encontraba atracado allí, los marineros iban de aquí para allá cargando suministros y haciendo comprobaciones en el barco. Beidou no estaba y Kazuha tampoco, supongo que tendrían sus propios asuntos que atender.
- Voy a necesitar que me digas absolutamente todos los nombres de todas las personas que te hayan puesto una mano encima durante tu estancia aquí. Nada más para hacerles una pequeña visita de nada.
- Pues te vas a buscar gresca con media Snezhnaya.
- ¿¡No habrá tenido Tartaglia nada que ver verdad!?- Dijo, visiblemente molesto.
- ¡Claro que no! Si él fue el que nos avisó de todo lo que se nos venía encima, si hemos sabido actuar con precaución hasta el momento es precisamente porque Childe ya nos advirtió del peligro que corríamos en su momento, por muy reacia a creerle que fuese al principio. Por cierto, cambiando de tema, ¿has venido con la Crux? Kazuha no me mencionó nada.
- Eso es porque Kazuha no estaba, Beidou me dijo que se había pedido unos días libres para poner en orden unos asuntos en Inazuma, así que no estaba en el último trayecto que la Cruz realizó desde Liyue hasta Inazuma. Pero respondiendo a tu pregunta, sí, le pedí el favor a Beidou y aceptó gustosamente.
- Sí, de no haber sido por Kazuha habríamos terminado como La Signora.- A Zhongli casi se le salen los ojos al escuchar eso.
- Desarrolla acerca de eso. Ahora.- Le conté que nos habíamos enfrentado a Signora, que la vencimos y que al ser un duelo ante el trono, Raiden acabó con ella usando el Musono Hitotachi. También le mencioné que cuando salíamos del Tenshukaku nos había tomado totalmente desprevenidas y que si no hubiese sido porque Kazuha bloqueó su técnica, probablemente hubiésemos muerto. Se tomó unos segundos para calmarse, parecía realmente molesto, respiró profundamente para después seguir con la covnersación.
- No hace falta que mencione lo imprudentes que fuisteis al darle la espalda al enemigo, por no mencionar el hecho de enfrentarse a la octava de Los Once en un duelo a vida o muerte delante de la Arconte Electro. Sin olvidar que luego os metisteis en el Plano de la Eutimia como corderos al matadero sin un plan estructurado más allá de esperar a que esa kitsune apareciese. Mierda _______... ¿no entiendes que no puedo estar tranquilo si haces esas cosas y te juegas la vida constantemente sin atender al nulo sentido del peligro que tienes?- En la vida lo había escuchado así de molesto, por no mencionar lo mucho que había hablado sin dejarme tan siquiera interrumpirlo.
- Pero no necesito que me protejas ¿Cómo piensas que he sobrevivido toda mi vida? No necesito protección, la agradezco, pero no tienes que hacerlo.
- ¿Y si te llegase a pasar algo? ¿Debo simplemente vivir el resto de mi vida inmortal sabiendo que te falle? ¿Qué no pude proteger lo que más amaba? ¿Se supone que es eso lo que debo hacer? Dime _____. Sería como si a una planta la privasen de oxígeno, moriría a las pocas horas.
- No... yo no quisiera que vivieras el resto de tu vida lamentándote por mi muerte, no sería justo.
No lo había notado, pero cuando le miré a los ojos vi que estaba tratando de contener las lágrimas. Sepa Dios cuando fue la última vez que se había permitido a sí mismo llorar, o sentir, en general. Tomé su mano y él apartó la mirada, dirigiéndola al suelo.
- Pero hay algo que si puedo prometerte, no importa cuán dura sea la misión a la que me enfrente, siempre buscaré la manera de volver a ti. Yo no soy inmortal, no tengo poderes divinos y no soy una diosa; pero tú mismo has visto la determinación que puedo llegar a tener. Así que aunque no tenga las de ganar, no voy a renunciar a la vida tan fácilmente.- El me miró y yo le sonreí en señal de que todo estaría bien.
- Y cuando te sientas atrapada por la situación, prometo abrir el camino para ti.- Dijo, para después besarme. Sus besos siempre eran especiales, siempre eran de esos que te dejaban sin aliento y al mismo tiempo, eran un soplo de aire fresco.
La intensidad de aquel beso fue subiendo, cosa que ninguno de los dos nos esforzamos por detener. No fue hasta que recordé que estábamos en el Alcor que le pedí que nos detuviésemos, muy a mi pesar.
- Espera, hay gente aquí.
- De acuerdo. Aquí no.- Entonces sentí como me levantaba, asegurando mis piernas a su cintura. Me llevó al interior del navío, en este no habían sino unos cuantos camarotes y el almacén. Abrió la puerta de su camarote, cortesía de la Capitana Beidou y la cerró con llave. Me dejó cuidadosamente sobre el escritorio y después me sonrió.- Pero aquí sí. A no ser que no estés de acuerdo, porque en ese caso, tan sólo abriré la puerta nuevamente y te llevaré a tomar un té.- Yo no respondí, tan solo retomé lo que habíamos dejado segundos antes, el sonrió en medio de la saga de besos, lo cual me hizo sonreír a mi también. El empezó a quitarse los guantes y seguida de ellos, la chaqueta. Yo dude en quitarme los guantes, pues no quería quemarle sin querer; él pareció notar mi indecisión, porque fue el mismo quien cuidadosamente me los quitó.
- ¿Y si te quemo?- Le pregunté.
- Bueno, acostumbro a jugar con fuego. Además no olvides que soy un dios, eso no sería ni un rasguño para mí.
Y así fue, seguimos acerándonos el uno al otro, hasta que llegamos a la cama. Las marcas negras y doradas llegaban desde sus manos hasta sus hombros, tenía una espalda tonificada y el resto de su cuerpo era digno de pertenecer a un dios. El por su parte admiraba cada detalle del mío, repartía besos por las heridas que me habían dejado mis recientes encontronazos, dejaba caricias por todos lados, sentía que si seguía mirando así, yo perdería la cabeza. Cada toque, cada beso, cada suspiro y cada estocada era única. El no podía apartar sus ojos de mí, como si me fuese ir a algún sitio.
- Quiero memorizar cada detalle, por eso te miro tanto.- Dijo con cierta dificultad por la situación, parecía haberme leído la mente. Yo solo pude esconder la cabeza en el hueco de su cuello, avergonzada, pero sin embargo; hubiese dado lo que fuese para hacer que ese instante se alargase infinitamente.
***********************************************************************************************
Aყ ᥒo qᥙᥱ vᥱrgᥙ̈ᥱᥒzᥲ mᥱ dᥲ ᥱsᥴrιbιr ᥱstᥱ tιρo dᥱ ᥱsᥴᥱᥒᥲs, qᥙᥱrίᥲ dᥲrᥣᥱs mᥲ́s dᥱtᥲᥣᥣᥱs ρᥱro ᥱs qᥙᥱ mᥱ ᥱstᥲbᥲ ρoᥒιᥱᥒdo ᥴoᥣor ρᥱᥣo dᥱ Dιᥣᥙᥴ ᥱsᥴrιbιᥱ́ᥒdoᥣo, ᥱᥒ fιᥒ, ᥱᥣ rᥱsto ყᥲ sᥱ ᥣos dᥱjo ᥲ sᥙs brιᥣᥣᥲᥒtᥱs ιmᥲgιᥒᥲᥴιoᥒᥱs ^^ Esρᥱro qᥙᥱ dιsfrᥙtᥱᥒ dᥱᥣ ᥴᥲρ <3
ESTÁS LEYENDO
ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x Rєαɗєя
FanfictionCoɴ el pαѕo de loѕ αɴ̃oѕ lαѕ perѕoɴαѕ cαмвιαɴ, αlɢυɴαѕ ѕe deтerιorαɴ, oтrαѕ ᴍᴇᴊᴏʀᴀɴ y oтrαѕ ѕιмpleмeɴтe ѕe мαɴтιeɴeɴ ғιeleѕ α ѕί мιѕмαѕ нαѕтα el ғιɴαl. Sι pαrα loѕ нυмαɴoѕ yα eѕ αlɢo coмplιcαdo ɴo cαмвιαr coɴ el pαѕo de loѕ αɴ̃oѕ ¿cóмo ѕerά pαrα...
