ᏟᎪᏢᏆᎢᏌᏞᏫ 27

312 30 9
                                    

La sacerdotisa de Narukami nos llevó a una explanada situada cerca del santuario. En esta se encontraba un dispositivo que según la kitsune, replicaba los ataques de Raiden y que podríamos usar para simular una batalla contra ella. Siendo sincera las primeras veces fueron una tortura, los ataques eran imparables y la única manera de encontrar un punto débil en el aparato era sorteando las ráfagas de energía electro y las descargas continuas que este soltaba. Al poco tiempo, Lumine y yo nos acostumbramos a la técnica de la espada de Raiden y superábamos sin demasiada dificultad los rayos que lanzaba tras un ataque normal.

- Vaya, parece ser que seréis unas rivales dignas de la espada de Ei.

- Tomaré eso como un halago, pero este entrenamiento es agotador. Por cierto, dijiste que nos contarías acerca del plan de La Signora una vez que comenzásemos a entrenar, así que por favor, procede.- Mencioné.

- Es cierto, gracias querida por recordármelo. Verás, Signora pretende salir impune mientras que controla Inazuma. Lo que ella no sabe, es que aunque desvíe toda la atención del Tenshukaku y reduzca a todos los guardias de la zona, Ei no es tan ingenua como para negociar con los Fatui así como así.

- Así que pretendes que nosotras no solo nos enfrentemos a Raiden, sino que también venzamos a La Signora.- A lo que la kitsune solo asintió con una sonrisa.

- ¿Y qué se supone que ganamos nosotras con todo esto?- Preguntó Lumine.

- Tú deseas información acerca de tu hermano, según me has contado, si logramos razonar con Ei, puedes preguntarle lo que desees saber. En cuanto a ti, __________, supongo que el hecho de no ser considerada persona non grata en Inazuma, debería ser más que suficiente.- Suspiré, tenía razón. Y tanto Lumine como yo éramos conscientes de aquello. Así que, cómo íbamos a negarnos.

- Bien, entonces dinos cuándo tiene planeado Signora visitar el Tenshukaku, nosotras nos encargaremos de ella, pero tú te encargas de conversar con Raiden, porque de nosotras va a pasar de manera olímpica.

- En eso estoy de acuerdo, tomad este amuleto, llegado el momento os ayudaré. Así que no tenéis de que preocuparos.- Acto seguido nos dio un amuleto con diseño de flores de sakura que Lumine guardó en su bolsillo.

- Según lo que me dijo Kunikuzushi, Signora tiene pensado visitar el Tenshukaku esta misma tarde, así que creo que podéis ir haciendo todos los preparativos para la pelea, porque vais a necesitar todo de vuestra parte para tener éxito.- "Ya ves, tremendas esperanzas" pensé, pero bueno, tampoco podía echarme atrás, ya estábamos metidas en esto así que, qué remedio.

Después de terminar de charlar con Miko, decidimos despedirnos de ella para encaminarnos hacia el Tenshukaku. Decidimos dejar a Paimon en la casa del Té Komore, con Thoma, que parecía sorprendido de vernos ahí. Estabamos preocupadas de como saldría todo esto, así que por su seguridad, preferíamos mantener a Paimon al margen de esto, Thoma nos aseguró que la cuidaría. Lumine y yo estábamos saliendo del lugar cuando me tomé un momento para mirarme en el espejo de la entrada. Mis ojeras estaban más marcadas, fruto del cansancio acumulado en los últimos días.

El collar que Zhongli me había regalado descansaba sobre mi pecho, pensé en él por un momento. Pensé que tal vez todo esto saldría mal, y el se sentiría culpable por no haber estado para poder protegerme y que tal vez cabía la posibilidad de que no volviese a verle. El hecho de pensar en no poder volver a escuchar su voz me partía el alma, también lo hacía el pensar en que tal vez nunca volvería a mirarle a los ojos, o a oler su perfume, o a tomar su mano; todo eso, dolía. Pero debía mantenerme firme antes de la batalla que se nos avecinaba, no podía permitirme fallar, esta vez no. Así que despejé mi mente, aclaré mi garganta y por primera vez, le pedía a Los Siete algo: que la suerte estuviese de nuestro lado.

************************************************************************************************************

- ¿Lista?- Dije, mirando a mi amiga.

- Sólo si tú lo estás.- Me sonrió.

- Podemos hacer esto juntas, somos el mejor equipo.

- No lo dudaba ni por un instante, _________.

Tras intercambiar dichas palabras, subimos las escaleras del Tenshukaku, encontrándonos a medida que avanzábamos, con los cuerpos inconscientes de los guardias del Shogunato; probablemente por obra de Signora, o de soldados Fatui.

- Esto se pone tenso.- Comenté yo.

Cuando entramos al templo, Koujou Sara yacía inconsciente en el suelo, lo cual nos preocupó. Por su parte, Raiden parecía estar manteniendo una conversación con La Signora, pero nuestra intervención en escena desvió toda su atención de la octava de los heraldos, quien también nos dio una mirada plagada de molestia.

- Vosotras dos, enemigas de la eternidad, ¿acaso no os quedó claro que la próxima vez que nos encontráramos, no dudaría en luchar con todo mi poder?

- ¿Eh? Vosotras de nuevo, que molestia que sois. En fin, supongo que habéis venido a reportar mis crímenes a la Arconte Electro. Pero que pena, no le interesa.

- No hables por mí, juzgar es cosa mía, no tuya Signora.- La interrumpió Raiden.

- Bien, lárgate de aquí Signora.- Le dije, pero no me hizo caso alguno.- ¿No me has oído? Te he dicho que te vayas con vida ahora que puedes.

- Oh así que ¿te dignas a amenazarme? ¿Tú? Que si no fuese por Morax ya estarías seis metros bajo tierra.

- Bueno, comprobémoslo, el no está aquí ahora.

- __________, ¿estás retándola a un duelo ante el trono?- Cuestionó Raiden.

- Es justo lo que está haciendo.- Respondió Lumine por mí.- Por Venti.

- Y por todas las personas que han perdido la vida por tus estúpidas acciones.

- Vaya, que noble, casi lográis conmoverme. Sois conscientes de que es un duelo a muerte, ¿verdad?

- ¿Asustada de la muerte, Signora?- Pregunté notando la cobardía en su voz.

- Para nada, no sois más que unas débiles y molestas ratas que se interponen en mi camino, así que vamos, peleemos.

La octava creó un círculo de hielo y se teletransportó al otro lado de la sala. Lumine y yo nos pusimos en guardia, la batalla había comenzado.

************************************************************************************************************

Estoy demɑsiɑdo emocionɑdɑ de hɑber llegɑdo ɑ este punto de lɑ historiɑ, siento que en los próximos cɑpítulos hɑbrɑ́ muchɑ tensión, pero tɑmbién muchɑs cosɑs interesɑntes, ɑsí que reɑlmente espero que los disfruten tɑnto ɑl leerlos como yo escribiéndolos <3333

ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x RєαɗєяDonde viven las historias. Descúbrelo ahora