ᏟᎪᏢᏆ́ᎢᏌᏞᏫ 17

1K 99 13
                                    

Una vez en su casa, me invitó a entrar, dejamos los zapatos en la entrada (algo que era bastante costumbre en Liyue, tenía entendido que en Inazuma también era costumbre) y seguidamente nos sentamos en la sala de estar, a charlar un poco antes de irnos a dormir. Me intrigaba que era lo que Zhongli tenía que decirme.

- ¿Y bien? ¿Qué es lo que te preocupa Zhongli?

- Verás... Hay algo que debo contarte, algo que le contaré a Lumine en su debido momento si es que ella misma encuentra las claves que me atan al pasado de aquella nación.

- ¿Aquella nación? No querrás referirte a...

- Hace quinientos años, un cataclismo sumió la nación gobernada por mortales en las sombras, y con ella a toda su población, bueno, digamos que casi toda. Yo...tuve algo que ver en ese incidente, pero no puedo decirlo.

- Zhongli, ¿está esto relacionado con la desaparición del hermano de Lumine? ¿Destruyeron Los Siete esa nación?- El arconte se reclinó hacia atrás en su asiento, abrumado por todas las preguntas que le hice a la vez.- Perdóname, estás contándome esto porque confías en mí y lo único que hago es agobiarte con preguntas, por favor, continúa.

- _________, por más que me gustaría, me encantaría no sabes cuanto responder todas las preguntas que acabas de hacerme. Pero el primer contrato que firmé bajo el nombre de Morax, el contrato primordial, era un acuerdo de confidencialidad para que Celestia pudiese controlar a Los Siete. Romper dicho contrato solo nos pondría en peligro tanto a ti, como a mí, como a toda mi nación, y eso no lo puedo permitir.

- Pero... ¿Por qué me cuentas entonces todo esto? Ahora yo también tendré que ocultarle la verdad a Lumine también.

- El contrato no tienes por qué ocultárselo, aunque es algo que preferiría decirle yo personalmente, claro si no te importa cielo. Respecto a lo que estaba diciendo antes sobre Celestia y Los Siete, no subestimes lo que haríamos los dioses por proteger nuestras naciones, bueno, excepto Murata, que no te ofendas pero ama ver el mundo arder.

- Créeme cuando te digo que lo sé. No es precisamente una deidad modelo, con todo su perdón, pero su nación está constantemente en guerra y no parece importarle. Por otro lado es la diosa que representa la guerra, así que puedo llegar a comprender que incluso la guerra pueda albergar belleza para ella.

- Desde luego, suena como la Arconte Pyro que conozco. De todas maneras te he soltado toda esta historia por una simple razón; bueno en realidad son dos. La primera, siento la suficiente cercanía a ti como para contarte sobre el pasado que yo mismo presencié de Teyvat. Y la segunda y principal, es que necesito protegerte a toda costa, tener este conocimiento significa saber hasta donde están dispuestos a llegar los dioses para defender sus naciones y sus ideales, sobre todo Raiden Ei y la Tsaritsa, ambas mujeres con una extrema determinación que no verían su pulso temblar para decapitar al primero que ose enfrentarlas. Por favor, entiende que te acompañaré en tu viaje, pero necesitas saber que no podré protegerte de todos los peligros con los que te encuentres.

- Zhongli... Realmente te preocupas por mí. Muchísimas gracias por tus palabras, prometo ser cuidadosa de ahora en adelante, y elegir mis batallas fríamente, tal como tu mencionaste. No pienso poner en peligro a nadie que me importe. Se que un enfrentamiento directo entre dos de Los Siete desencadenaría otra Guerra de Los Arcontes, y sería toda una desgracia para lo largo y ancho de Teyvat. Así que daré mi mejor esfuerzo para que no tengas que encontrarte en dicha situación por mi culpa.- El hombre frente a mi me miraba, con una pequeña sonrisa asomando en la comisura de sus labios, me pregunté si le habría recordado de nuevo...A ella...

Como si pudiese leer mis pensamientos, concluyó:

- Eres única, nunca había visto esa determinación brillar en los ojos de nadie. Si no portases una visión pyro, incluso te hubiese dotado de una visión geo personalmente, esa tenacidad es digna de admiración.

- Me alagas demasiado, me alegra que el arconte de la determinación y la tenacidad me considere una persona tan capaz. No defraudaré tus expectativas.

- Estoy seguro de que no lo harás preciosa. Ahora, deberíamos irnos a dormir, mañana nos espera un día largo a ambos, y deberíamos descansar todo lo que podamos. Son cerca de las dos de la madrugada.

- Tienes razón, ciertamente después de tanta información el día de hoy... Voy a necesitar tiempo para procesar que tienes seis mil años.- Dije burlándome.

- Ja, ja. Eres tan graciosa en ocasiones querida.- Dijo en tono irónico, tratándome con mucha paciencia.

Después de esa pequeña burla nos fuimos a dormir, el se ofreció a dormir en el sofá, pero me negué era su casa, así que lo mínimo que podía hacer era dormir en su propia cama. Era bastante grande así que ambos podríamos tener nuestro espacio sin ningún tipo de problema. Una vez las luces se apagaron y ambos nos cubrimos con las mantas, dije algo antes de quedarme dormida, casi en un susurro imperceptible, pero que el de ojos ámbar captó rápidamente.

- Buenas noches, espero que tengamos mucho tiempo para compartir recuerdos.

Él solo se sorprendió ligeramente, tal vez fuese un déjà vu, tal vez simplemente le hizo gracia la profundidad de una frase tan simple. Pero después de esa leve sorpresa, solo se rió suavemente para dejar una caricia en mi pelo antes de dormirse.


***********************************************************************************************


Aquí está la continuación del capítulo que subí antes, la verdad es que escribí bastante hoy, tenía muchas ganas de retomar ambas historias. Por cierto, si también solían seguir la historia de Diluc, subí un capítulo recientemente, solo en caso de que no lo hayan visto aún. Eso es todo, cuídense mucho y feliz año nuevo! <3

ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x RєαɗєяDonde viven las historias. Descúbrelo ahora