ᏟᎪᏢᏆ́ᎢᏌᏞᏫ 21

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De verdad que no se cómo describir esos momentos en los que las cosas pasan tan rápido que ni siquiera mantienes una noción del tiempo. Hacía ya una semana que habíamos llegado a Inazuma, y desde aquel día, no he vuelto a tener noticias de Zhongli, pero sabiendo como es él, se que estará bien, espero tener noticias suyas pronto. Ahora mismo me encontraba en la Casa de té Komore junto con una joven muy agradable que conocimos cuando llegamos a Inazuma, su nombre era Ayaka Kamisato, desde luego se trataba de una chica elegante y educada. A mi lado se encontraban Lumine y Paimon, esta sería una escena de lo más agradable si no fuese porque acaban de secuestrar a Thoma los de la comisión Tenryou para llevarlo ante el Tenshukaku. Debíamos encontrar una manera de salvarlo, Thoma fue la primera persona que conocimos al llegar a Inazuma, el nos ayudó a salir de Ritou y conseguir movernos con facilidad, además de que es un chico muy agradable.

- Entonces, ¿tenemos un plan? O simplemente vamos a ir y ver que hacemos.

- Creo que lo segundo es lo más viable ahora mismo, además ¿no es siempre esa la manera en la que acabamos enfrentando todo?- Me respondió la joven rubia a mi lado.

- Chicas, por favor, tenéis que ayudarle, yo no puedo aparecer en escena, os estaré esperando aquí preparando las cosas para que podáis ir en dirección a Watatsumi cuando esto acabe. Pero si mi hermano se entera de que dejo por los suelos el honor del clan... No puedo decepcionarlo así.

- Lo entendemos Ayaka, no te preocupes, estaremos bien y Thoma estará aquí sano y salvo. Pero no tenemos tiempo de charlar mucho más.

Con convicción, Lumine se precipitó hacia la entrada, donde descansaba su espada. Yo por mi parte tomé mis dagas para ponerlas cerca de mis caderas, mientras que en mi espalda acomodaba mi lanza. Ambas salimos apresuradamente hasta la estatua llena de visiones, en ese entonces, el panorama pintaba bastante mal. Thoma, atado de manos y pies mientras la Shogun Raiden, con una presencia abrumadora, avanzaba decidida hacia él. Para cuando quise darme cuenta, Lumine ya se encontraba lanzándose hacia ella.

- Joder, no se puede estar quieta ni aunque la encadenen.- Dije para luego correr hacia Thoma con una de mis dagas en la mano, cortando sus cuerdas, pero justo cuando iba a terminar de hacerlo. La Shogun empleó su técnica que podría ser reconocida en todo lo largo y ancho de Teyvat: El Filo del Pensamiento Divino.

- Dios dame un respiro.- Me dirigí corriendo hacia Lumine, y alcancé a agarrarle del brazo. Ambas fuimos introducidas en una especie de realidad paralela en la que solo estábamos nosotras, y la Arconte Electro, armada con su delicada pero poderosa lanza.

- Ustedes dos... Ambas son humanas y sin embargo... Son la viva descripción de enemigas de la eternidad.- Sin nada más que añadir, empezó a cargar ataques electro altamente poderosos hacia nosotras.

Esquivar se hacía cada vez más difícil, podía oírme a mí misma hiperventilando por el cansancio, mientras que Lumine se las arreglaba para soltar algún que otro ataque. Pero entonces, un rayo cayó sobre ella, haciéndola soltar un grito de dolor desgarrador; jamás la había oído quejarse así.

- ¡Lumine!- Me precipité hacia ella, creando un escudo pyro a su alrededor para desviar el próximo ataque de la Arconte. Estaba tan convencida de que iba a ganar que ni siquiera se inmutó por que había conseguido bloquear su poderoso ataque.

- Ahora vas tú.- Soltó, mientras que creaba un campo electro a mi alrededor, en el suelo que pisaba, haciéndome caer de dolor. Pero justo cuando la hoja de su lanza estaba por tocar mi cuello, retrocedió, sorprendida. Un destello dorado brillante iluminó el oscuro espacio, desentonando con este.

- Ya puedes estar dando dos pasos atrás si no quieres que me quede también con Inazuma.- No podía dar crédito a lo que estaba pasando, cuando me di la vuelta, Zhongli se encontraba detrás mía, pero no estaba vestido como de costumbre, sino que se encontraba con unos ropajes divinos que identifiqué como su ropa de arconte que describen las leyendas. Sus brazos, ahora negros como la obsidiana estaban recorridos por delgadas y detalladas líneas doradas y sus ojos eran de un color mucho más intenso.

- Debes tener mucho valor para presentarte en mi nación e incluso amenazarme con apropiártela.

- Incluso sin una Gnosis podría sepultarte aquí mismo, ¿no recuerdas lo que le paso a Osial?

- No me compares con esa lagartija, estás en la presencia de la más terrorífica y poderosa encarnación del rayo en todo Teyvat.

- No le pongas un dedo encima ¿me hago de entender?- Dijo en tono serio e imperativo, nunca lo había escuchado hablar así. La Arconte Electro me miró.

- Esa mortal es una enemiga de la eternidad, y por tanto, de mi nación. Si quieres protegerla, mejor convéncela de que se vaya de Inazuma o no seré misericordiosa la próxima vez que me la encuentre.

- Parece que no me he explicado con claridad. Se queda. No le vas a tocar un solo pelo. O tendré que despertar al orden celestial yo mismo para explicarles que no es Raiden Makoto, quien se supone que debería estar gobernando, la que gobierna Inazuma. No les hará especial ilusión ¿no cree todopoderosa Narukami?- La mujer suspiró seria, mientras que desmaterializaba su lanza con un solo toque. El Arconte de giró hacia mí.

- Ten cuidado cariño.- Dijo, para después desaparecer, en ese momento mi collar emitió una luz dorada, casi como si un destello se hubiese introducido nuevamente en ella.

En ese momento, el suelo se abrió, y tanto Lumine como yo caímos en el mismo lugar en el que estábamos antes de haber entrado al Plano de la Eutimia. Mi amiga seguía inconsciente, pero para nuestra fortuna, Thoma había conseguido de sus ataduras y se precipitó hacia Lumine. En cuanto pudimos, corrimos en dirección a la Casa de té Komore.

Cuando llegamos, Thoma dejó a Lumine con mucho cuidado en el suelo y con la cabeza apoyada en una especie de cojín. Ayaka parecía desconcertada y preocupada por Lumine.

- ¿Qué ha pasado? ¿Está Lumine bien? ¿Y vosotros?

- Está todo bien Ayaka, no te preocupes por nosotros, en cuanto a Lumine, se recuperará... Espero.

- ¿Qué le ha pasado?- Preguntó el joven rubio preocupado a mi lado.

- Raiden la alcanzó con un rayo.- Ambos jóvenes se miraron entre sí.- ¿Qué pasa?

- No se cómo debería decirte esto... Pero, nadie ha sobrevivido nunca al rayo de la Shogun.

- Lumine lo hará. No me cabe duda, tan solo démosle hoy para que descanse, mañana según como se encuentre, barajaremos la opción de partir hacia Watatsumi, el camino debe estar plagado de peligros y debe estar recuperada para que no corra ningún peligro.- Los dos jóvenes a mi lado simplemente asintieron.

- Prepararé algo de té y algo de comer ¿Qué os parece? ¡Así levantaremos un poquito el animo!

Ambas sonreímos y asentimos, el chico rubio rio, dirigiéndose a la cocina. Mientras tanto Ayaka me hablaba sobre las costumbres de Inazuma y el té de la región, pero por más que intentaba escucharla, mi cabeza solo podía viajar a mi reciente encuentro con Zhongli, que aunque fuese breve, fue demasiado para asimilar. Y ¿qué es eso de que la arconte electro no es la que se supone que es? No entiendo nada, pero bueno, supongo que todo se descubrirá con el tiempo, ahora, me queda un largo camino por recorrer y muchas más preguntas que responder.


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Aᥣ fιᥒ! Fᥙι ᥴᥲρᥲz dᥱ trᥲᥱrᥣᥱs ᥱstᥱ ᥴᥲρίtᥙᥣo, ᥱsρᥱro qᥙᥱ ᥣo dιsfrᥙtᥱᥒ mᥙᥴho, ᥣᥲmᥱᥒto hᥲbᥱrᥣᥱs hᥱᥴho ᥱsρᥱrᥲr ρᥱro ᥱstᥙvᥱ ᥴoᥒ ᥱxᥲ́mᥱᥒᥱs :") Eᥒ fιᥒ, ᥱsρᥱro qᥙᥱ ᥣᥱs gᥙstᥱ, tᥱᥒgᥲᥒ bᥙᥱᥒ dίᥲ ყ ᥴᥙίdᥱᥒsᥱ mᥙᥴho.

ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x RєαɗєяDonde viven las historias. Descúbrelo ahora