ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x Rєαɗєя

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Tras unas tortitas en el restaurante Wanmin preparadas por nuestra querida amiga Xiangling y una larga conversación, Lumine, Paimon y yo emprendimos camino a reunirnos con aquel hombre de cabello bicolor. Lo encontramos recargado sobre una pared contemplando a nada en especial, pero sin embargo, muy perdido en sus pensamientos; por lo que decidimos acercarnos sin prisa alguna. Pero no fue hasta poco después de verle cuando sus ojos ámbar se cruzaron con nosotras y una leve sonrisa casi imperceptible se formó en su rostro, mientras caminaba a paso tranquilo hacia nostras tres.

- Buenos días señoritas, ¿qué tal vuestra estancia en Liyue hasta el momento?

- ¡Buenos días! Nos ha ido bien de momento, también ha venido bien tener algún que otro contacto en la ciudad- Dijo la joven rubia a mi lado dedicándole una sonrisa amigable al mayor, el cual simplemente dijo que se alegraba y después pasó su mirada directamente hacia mí.

- ¿Y a tí jovencita que te ha parecido?- Desde luego pude oir un pequeño ápice de burla en aquel "jovencita" probablemente porque es verdad que soy algo más joven que él.

- Nada mal la verdad, será que los jovenes tenemos facilidad con adaptarnos a todo.- Dije yo también en tono irónico, a lo que el soltó una leve risa mientras que asentía.

- Touché.- Dijo él, a lo que yo cambié de tema rapidamente, desviando la atención de Lumine y Paimon, las cuales nos miraban sin entender mucho.

- ¡Bueno! Hoy hemos venido nosotras aquí para ayudarte, así que dinos ¿qué es lo que debemos encontrar o preparar el día de hoy?

- Verás en realidad son varias cosas, necesitamos aromas, jade nuctiloso, cor lapis, flores, etc. Pero no quiero arrastraros y que hagais toda la parte aburrida conmigo, así que haremos lo más importante para después no tener que ir con prisas.

- ¿S-Señor Zhongli...puedo preguntarle algo?- Dijo Lumine, algo dubitativa, era extraño verla así por lo que enseguida supe que algo le preocupaba.

- Por supuesto Lumine, ¿de qué se trata?

- Verá...yo me preguntaba...¿qué haran con la Exhuvia una vez esté "preparada"?- El mayor hizo una mueca algo imposible de leer mientras que posó sus dedos pulgar e indice sobre su mentón para después contestar.

- Hm, verás, ahora mismo debemos hacer el ritual de ascensión, para que el espíritu del dios descanse en celestia.- Y aquí fue cuando algo no me cuadró pero tampoco tenía argumentos suficientes como para comentarlo. La pregunta es la siguiente: Si la gente de Liyue siente un profundo respeto por su deidad e incluso los mismos forasteros llaman a este por su nombre de deidad, entonces ¿por qué él que parecía saberlo todo sobre la historia de la nación y es un lugareño le llama "el dios" como si fuese alguien cualquiera?

- Pareces desanimada con la respuesta Lumine, ¿por qué lo preguntas?- Dijo el de cabellera castaña sacándome de mi comedera de cabeza.

- Supongo que porque esperaba poder hablar con el sobre el paradero de su hermano ¿no es así Lumine?- La recién nombrada simplemente asintió algo desanimada, a lo que yo volví a hablar, esta vez posando una mano en su hombro de manera reconfortante para ella.

- Oye... No te preocupes, ya verás como encontramos una solución y podremos preguntarle a alguien por Aether, en serio, no te desanimes, además, Rex Lapis está muerto, pero si tenemos que hacer una ouija para hablar con el la hacemos eh, que llamo a Hu Tao y nos pasa al otro lado.

- Gracias ___________... Espera ¿¡qué!?- Dijo asimilando lo último que dije, a lo que yo reí y detrás de mí todos los presentes.

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Andábamos en la busqueda de jade nuctiloso de buena calidad así que nos dirigimos a un puesto que aparentemente estába especialicado en la compra y venta de minerales. Zhongli caminaba al lado mío, mientras que Paimon y Lumine iban un poco por detrás de nosotros para que les enseñáramos el camino.

- Eres una buena amiga para Lumine ¿lo sabes no?- Dijo el de más alto mirándome, rompiendo el silencio que se había instalado entre nosotros.

- Oh, eh, pues no lo sé, me gustaría pensar que sí. Es solo que no quiero que se venga abajo por un inconveniente, si pudo hablar con un tío que había estado desaparecido no se cuantos miles de años, desde luego puede hablar con un dios muerto.

- ¿Qué interés tiene ella en los dioses?- Preguntó curioso.

- Pues verás, es un tema delicado...- Miré hacia atrás para asegurarme de que estábamos lo suficientemente adelantados como para que no me oyeran contárselo- Una diosa desconocida los separo a su hermano y a ella, desde entonces juró que si ella es una de los siete, entonces se enfrentará a ella.

Él me miró, entrecerrando los ojos, para despues aflojar un poco el paso y mirarme detenidamente.

- ¿Aceptas un consejo de la voz de la experiencia?

- Por supuesto, no puedo negarle un consejo a nadie nunca.

- Enfrentar a un dios no es facil y más complicado es enfrentar a un arconte y toda su nación. Dile que no se meta en guerras que sabe que no puede ganar.- Yo solté una pequeña risita, me acerqué un poco más a él y le dije casi en un susurro.

- ¿Aún no lo entiendes verdad? Quienes se estarían metiendo en una guerra imposible de ganar serían ellos al intentar enfrentarla... Esa chica, tiene una fuerza interior capaz de partir Teyvat a la mitad.- El hombre a mi lado se quedó atónito, pero por alguna razon le agraban las palabras que acababa de decir. Después simplemente río para sí mismo a lo que yo le miré extrañada.

- Tan solo olvídalo, al oirte hablar así me has traido una extraña sensación de "deja vú", nada demasiado importante.

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