ᏟᎪᏢᏆ́ᎢᏌᏞᏫ 29

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- Decidme, ¿cómo os habéis atrevido a hacerme frente nuevamente? ¿Es que acaso no teméis morir?- Preguntó la arconte, curiosa por nuestra actitud.

- Necesitas entrar en razón, ver todo el daño que Inazuma ha sufrido durante tu ausencia y- Antes de que Lumine pudiese acabar, el fuerte sonido de un trueno cortó su frase a la mitad. Probablemente como resultado de la intransigente voluntad de la diosa, quien se negaba a seguir escuchando a mi amiga. Acto seguido sacó su espada, colocándose en posición de guardia.

- Bien, supongo que habéis venido a morir entonces, será rápido.

Tal y como lo habíamos previsto, los ataques de Raiden eran muy similares a los del dispositivo de entrenamiento de Yae, por supuesto que estos eran más intensos; pero pudimos arreglárnoslas para esquivarlos y chocar armas alguna que otra vez con la arconte. Pero la ardua pelea iba a terminar pasándonos factura, puesto que tiempo después de comenzar ya sentíamos el agotamiento. La Diosa de la Eternidad, por su parte, hacía honor a su nombre, pues se mantenía completamente inflexible.

- Vamos a necesitar ese amuleto tarde o temprano.- Le mencioné a Lumine en medio de la pelea.

- Estoy de acuerdo, pero, parece ser que nuestra sacerdotisa todavía no considera que este sea el momento adecuado así que- Cuando estaba apunto de terminar de hablar, y por segunda vez consecutiva, había sido interrumpida por la diosa, quien esta vez había lanzado un ataque que Lumine no pudo esquivar.

Cayó a unos metros de mí, por suerte se encontraba bien, tan solo con un par de rasguños. Por mi parte, yo bloqueaba los ataques que venían en mi dirección, pero uno de los ataques horizontales se me escapó, dándome de lleno. Dolía pero debía mantenerme en pie al igual que Lumine, por mucho que la situación nos estuviese poniendo contra las cuerdas. En ese momento, cuando parecía que teníamos todas las de perder, un destello comenzó a salir de la espada de Lumine, se trataba de un brillo cálido que pronto se había extendido a todo el Plano de la Eutimia.

- No puede ser...- Soltó la diosa, confusa.- Se trata...Se trata de la voluntad de la gente de Inazuma.

- ¿Pero cómo puede traspasar la voluntad de la gente la barrera que nos separa del plano terrenal?- Me pregunté a mí misma, sabía que ninguna de las presentes ahí teníamos una respuesta concreta a esa pregunta.

- Tal vez, la gente de Inazuma ya se ha cansado de estar en las penumbras.- Supuso mi compañera de cabellera rubia, yo estaba de acuerdo.

Al mismo tiempo, sentí como si alguien estuviese detrás mía, pero cuando me giré para comprobarlo; no había nadie. Aún así, Raiden traspasaba su mirada de Lumine a mí simultáneamente, lo que me hacía preguntarme en qué tanto pensaba. Interrumpiendo mis pensamientos, Yae Miko apareció justo delante de nosotras, en su forma de kitsune. En la mirada de la Shogun apareció un brillo que no parecía tener antes; sin duda estaba muy desconcertada por la presencia de la miko.

- Miko ¿qué haces tú aquí?

- Madre mía, ¿a qué se debe tanta violencia? Deberíais descansar.

- Todo esto ha sido cosa tuya ¿no es así?

- Bueno...quién soy yo para negarlo.- Dijo, riendo suavemente el espíritu familiar de la arconte.

- Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos.- Respondió la de cabello morado.

- Ay Ei... La eternidad es un destino demasiado cruel para ti...- La arconte no respondió nada en el momento, sin embargo, era más que evidente que compartía la opinión de la sacerdotisa.

- Bueno, creo que hemos...¿sobrevivido?- Dije mirando a Lumine, sin poder creerme los últimos acontecimientos.

- Eso...Eso parece...- Dijo realmente agotada, ambas soltamos un leve suspiro y nos dejamos caer para sentarnos en el suelo por un momento.

- Vamos Ei, tenemos muchas cosas de las que ponernos al día. Te he traído dangos tricolores y un par de novelas ligeras que creí que podrían gustarte.- Dijo sonriendo, extendiendo su mano a la mujer de kimono morado, quién dubitativa tomó su mano.

- Espera, yo debo preguntarte algo antes.- Dijo Lumine, probablemente porque quería preguntarle acerca del paradero de su hermano. Raiden se dio la vuelta, mirándola curiosa.

- ¿Qué es lo que deseas saber?- Lumine le contó acerca de su hermano, de cómo había desaparecido y su búsqueda por todo Teyvat. Raiden se tomó un momento para pensar, finalmente, respondió.

- Verás, yo no he sido siempre la arconte de Inazuma. Según tengo entendido, puede que los hechos que me relatas tengan que ver con la desaparición de la civilización de Khaenri'ah, pero... eso sucedió hace casi más de quinientos años.- Lumine parecía sorprendida, sin embargo no dijo nada puesto que quería que la arconte terminara de hablar.- Durante este tiempo.... Era mi hermana, Raiden Makoto, quien era la arconte de Inazuma, ella era la mayor así como la estratega. Yo solo era una kagemusha por aquel entonces, así que solo me encargaba de eliminar cualquier cosa que supusiese una amenaza para la paz y la seguridad de Inazuma.- Incluso yo me preguntaba qué historia habría detrás de la destrucción de Khaenri'ah, así como de la muerte de la anterior Arconte Electro. Sin embargo, parecía ser un tema muy doloroso para Ei; parece que Lumine también opinó eso, puesto que no hizo más preguntas.

- Bueno, puedes contarme más en otra ocasión, no es necesario que hables ahora sobre eso.- Eso pareció sorprender a Raiden, pero no a mí. Lumine es una persona realmente empática, así que supuse que diría eso mismo.

- Ve al Santuario Narukami en unas horas, probablemente salga a ver la Inazuma actual y haga una parada allí. Puedes preguntarme más en profundidad entonces.- Se limitó a decirle y antes de darse la vuelta y alejarse, se dirigió a mí, mirando el collar que llevaba puesto.

- Cuida bien de eso, debes ser lo más preciado que tiene si se ha dignado a presentarse en Inazuma y hacerme frente cuando sabe perfectamente que podría despertar al orden celestial.- Me dijo, y luego, sin más, se marchó.

- Salgamos de aquí.- Le dije a Lumine.

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Queríɑ trɑerles este cɑpítulo hoy ɑsí que me ɑlegro de hɑber podido hɑcerlo ^^ Espero que lo disfruten y que tengɑn un díɑ increíble, cuídense mucho <333

ƐL ARƬƐ ƊƐ ƝO QUƐƁRARSƐ - ƵнσηgƖι x RєαɗєяDonde viven las historias. Descúbrelo ahora