No siempre podemos coincidir con nuestra otra parte, algunos viven buscando sin encontrar, otros se confunden y otros más estúpidos la dejan pasar... Lara y John nacieron para encontrarse una vez más...
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Lara y Víctor llegaron tomados de la mano, uniéndose al grupo de amigos de la universidad donde estaban Roberta, Lorena y otras seis personas más.
Tomando cocuy de penca, un licor caliente autóctono de la región larense, era oportuno para aguantar el frío de la noche en aquella montaña.
—¿Dónde andaban esos tórtolos? —preguntó Roberta ya entonada por el alcohol. Siguió hablando sin esperar respuesta—. Esto está buenísimo, toda la gente es muy cool. Me declaro fans number one de este festival. Es más, el año próximo cantaré en esa tarima, jajaja.
Todos rieron y silbaron apoyando la idea.
—¡Loca!
Le gritó Lara a su amiga, bromeando.
—Shhh —ordenó Lorena—, ahí está John con su guitarra. Este grupo es muy bueno. Llegaron a tiempo.
Todos prestaron atención a la presentación de la banda que rendía tributo a Los Enanitos Verdes, cantando todas sus canciones. John los acompañaba en la guitarra eléctrica. Los ensordecedores gritos de los asistentes cantaban a coro "Lamento boliviano". Lara estaba tan emocionada que no podía contener las ganas de cantar a todo pulmón.
🎶Uoh, yoh, yoh, yoh, oh, oh
Eh, eh, eh, eh, yeh... y yo estoy aquí... borracho y loco....
y mi corazón idiota, siempre brillará...🎶
El mundo era perfecto, saltando y cantando las canciones "Luz de día", "Amigos", "Mi primer día sin ti", y "Tu cárcel", para sorpresa de todos, el intérprete de esta última era John.
—La siguiente canción la han inmortalizado los marcianos de esta gran banda argentina en nuestra generación y un poco antes, pero muchos no saben que es una canción del maestro Marco Antonio Solís, habla de esos amores que se deslumbran y a la vez se condenan. Para ustedes, "Tu cárcel".
