Estás jodida

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A las 7:00 de la noche, Lara despertó con unas terribles ganas de vomitar. Salió corriendo al baño, y el ruido que emitía con la cara clavada en la poceta alertó a Roberta.

—¿Qué te pasa?

—Algo me debe haber caído mal —contestó Lara antes de terminar de vaciar su estómago en el baño.

—Dios, pero estás fatal. ¿Desde cuándo te sientes así? Ay, espera, te buscaré un poco de agua con azúcar.

Cuando Roberta volvió con el vaso de agua, Lara ya estaba acostada en su cama.

—¿Qué será lo que te cayó mal? Es que últimamente estás comiendo mucho, Lara.

—Es el estrés que me tiene así. Tengo mucho que estudiar y extraño a mi mamá —terminó la frase haciendo pucheros—. Oye, ¿me puedes cambiar el agua por leche dulce, por favor?

—Lo que mande la princesa. Mentira, no te acostumbres, es solo porque tienes la cara como un papel.

—Gracias, amiga.

Cuando Roberta salió en busca de la leche, Lara buscó su teléfono para llamar a su madre. Tenía 9 llamadas perdidas y 6 mensajes de texto de Víctor. ¡Aj, qué intensidad!

3:55 p.m. Llamada perdida de Vic.

4:02 p.m. Llamada perdida de Vic.

4:05 p.m. Llamada perdida de Vic.

4:47 p.m. Llamada perdida de Vic.

5:05 p.m. Llamada perdida de Vic.

5:30 p.m. Llamada perdida de Vic.

5:45 p.m. Llamada perdida de Vic.

6:10 p.m. Llamada perdida de Vic.

6:20 p.m. Llamada perdida de Vic.

BUZÓN DE MENSAJES

3:15 p.m. V: [He pasado un mal día con esto, Lara.]

3:18 p.m. V: [Lamento haberme puesto de esa manera. Entiende que tengo miedo de perderte. Eres lo único bueno que tengo.]

3:25 p.m. V: [¿No piensas contestar?]

4:00 p.m. V: [Eres una niña inmadura, debí saberlo siempre.]

4:05 p.m. V: [Tus inseguridades nunca te dejarán ser feliz, estúpida post-adolescente.]

6:22 p.m. V: [CONTESTA EL MALDITO TELÉFONO DE UNA PUTA VEZ.]

—Ohh, ¿qué le pasa? ¡Se volvió loco! —dice en voz alta.

—¿Quién? —pregunta Roberta volviendo con el vaso de leche de la cocina.

—Víctor, mira esto.

Lara extiende su celular para que Roberta lea los mensajes.

—Ay, Larita, creo que tiene un poquito de razón. Pero no debió ser tan grosero.

—¿Te vas a poner de su lado?

—No es eso, amiga, es que si el que te gusta es otro tipo, ¿entonces qué haces con este? No sabes decir que no. Discúlpame, pero dejaste que se hiciera ilusiones mientras pensabas en otro, y eso no se hace.

—No solo le di ilusiones —confiesa Lara con vergüenza.

—¿Te acostaste con él?

Preguntó Roberta aun sabiendo la respuesta. Se golpeó con la palma la mano en la frente.

—Ah, tú te acuestas con el que te dé la gana, no me juzgues.

Protesta Lara respondiendo al cuestionamiento de su amiga.

Mil Veces Contigo (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora