Después de 2 días, regresaron a la ciudad extasiados de felicidad. John llevó a Lara donde sus amigos benefactores que estaban sentados plácidamente en la galería merendando. Norbida, al verlos llegar tomados de la mano, sonrió pero no dijo nada. En cambio Alonso se levantó enérgico a abrazar a su joven amigo y felicitarlo.
—Enhorabuena hombre, que felicidad me habéis dado. —Estaba parado frente a la nueva pareja con sus manos en el hombro de cada uno de ellos—. Siempre supe que acabaríais juntos. —se viró hacia su mujer—. Te lo dije Norbida, que estos dos estaban enamorados.
—¿Qué crees, que yo no lo sabía? Si esos ojitos de Lara brillaban tan solo escuchar el nombre de este guapeton. Ustedes estaban destinados a estar juntos, solo era cuestión de tiempo.
—Gracias Norbi y Alonso. Mi anhelo de tener un amor como el de ustedes se está cumpliendo. —Confesó Lara que no podía contener su sonrisa de felicidad.
Las dos parejas se quedaron un rato compartiendo bocadillos que Norbia ofreció. Luego John tuvo que despedirse.
—Tendremos tiempo para más momentos así. Ya tengo que irme pero volveré pronto.
—Esta es tu casa y lo sabes —habló Alonso tendiendole la mano. John asintió.
Lara acompañó a su novio a la salida.
—Soy tan feliz que tengo miedo.
—A ver, ¿por qué tiene miedo, mi sirena?
La tenía rodeada con los brazos y le daba besitos alrededor de sus mejillas.
—¡Ya! Jajaja. Es en serio: porque dicen que la felicidad es frágil y no quiero que se acabe o se rompa.
—¿Pero por qué piensas eso? Después de estar al fin a tu lado, no hay manera de separarme de ti nunca más. ¿Oíste bien? Nada, ni terremoto, ni tsunami, es más, ni la muerte podría separarme de ti, nada. Donde vayas, yo estaré por siempre pegado a ti, así como un pececito limpia pecera —con la última frase le succiono la mejilla. Ella se derrite de amor.
—¿Es estrictamente necesario que vayas a Madrid? ¿No puedes hacerlo desde aquí?
—Me encantaría, pero hay asuntos que debo dejar resueltos personalmente. ¿Quieres acompañarme?
—Ojalá pudiera, pero estoy en medio de la tesis, entonces es: ¿te acompaño o me gradúo?
—Entiendo. Pero serán pocos días, máximo una semana.
—¿Me prometes que volverás?
—¡Te lo juro! Regresaré a ti.
Esa misma noche, Alejandro ofreció llevar a su hermano al aeropuerto y éste se negó.
—No hace falta, ve y calma a mamá que se queda enojada conmigo por no aclarar mis nuevas decisiones. Lo haré cuando vuelva. Prepárate topoyiyo, para tenerme aquí haciéndote la vida imposible de nuevo.
—Jajaja, no veo la hora. Eres mi hermano mayor y mi mejor amigo, ya te necesitaba aquí. Tendré que agradecerle a la greñuda por eso.
—Tendrás, claro que si enano, ven aquí. —Lo estrechó en un fraterno abrazo.
John entró en el taxi que lo trasladaría al aeropuerto. Esta vez no llevaba mucho equipaje, puesto que su plan era volver pronto, luego de cerrar los ciclos, entregar el apartamento donde vivía y, sobre todo, agradecer a Jaime. No podía simplemente marcharse y dejar la vida que formó atrás. Su tiempo en España había sido muy importante para su crecimiento personal y profesional.
Tomó su teléfono y llamó a Lara, pero ella no alcanzó a tomar la llamada. Le dejó un mensaje de voz.
Quince minutos después de despedirse, Alejandro escuchó el ruido de las sirenas de ambulancia cercanas al edificio, un sobresalto en su pecho le hizo instintivamente tomar las llevar de Valentín y seguir el ruido de las sirenas. No fue difícil ubicar el lugar del accidente. Como un golpe seco en el estómago fue la visión del auto aplastado; ese mismo donde vio a su hermano partir hacía solo unos cuantos minutos. Un pistilo de esperanza le hacía creer que estaba confundido; marcó el número de John, impregnado de angustia esperaba que su hermano contestara al otro lado. Entre el ruido que había en lugar de los hechos, sonaba tímido el timbre de una llamada, Alejandro buscaba entre la gente con desespero hasta que dolorosamente descubrió que provenía del vehículo comprimido.
ESTÁS LEYENDO
Mil Veces Contigo (completa)
RomanceNo siempre podemos coincidir con nuestra otra parte, algunos viven buscando sin encontrar, otros se confunden y otros más estúpidos la dejan pasar... Lara y John nacieron para encontrarse una vez más...