capítulo 6

22 1 0
                                    

Capítulo 6

Jonnathan:

Me siento libre en la calle destapada, sintiendo como la tierra que levanta el viento golpea mi cara, ya estando solo puedo pensar de mejor manera las cosas. Llego a la casa de Francisco, antes de golpear su puerta veo la espesura de la hierba de su jardín, y muevo mi cabeza, sé que en un día de estos la podaré yo mismo. Antes de golpear, él abre su puerta, me saluda y yo hago lo mismo y lo ayudo a volver al sillón caro que tiene en la sala, al frente de su televisor. Escucho el crujir de su columna, y sus quejidos, sé que Francisco fue lo único bueno que me dejó papá, porque ya hace unos diez años me lo presentó y desde entonces este anciano me ha ayudado, ha presenciado los peores momentos de mi vida, me ha dado miles de consejos, ayudaba a mi madre a pagar la renta cuando yo vivía con ella, o siempre estaba dispuesto a "prestarnos dinero", dinero que nunca le devolvimos. A pesar de que se le dificulta moverse rápido y se sostiene con un bastón sé que puede aguantar mucho más.

Cierro la puerta y esta chirrea fuerte, me encuentro con sus ojos claros y termino de cerrar con más calma, sintiendo el viento que entra, moviéndole las canas que apenas cubren su calva, me sonríe, instintivamente yo también lo hago. Aquí solo ilumina la pantalla del televisor, siento la misma soledad de siempre, las otras habitaciones del pasillo mantienen sus puertas abiertas, pero todas están en oscuras. Hay un mueble nuevo, no lo reconozco, me ofrece asiento, me da pena, pero insiste con más fuerza. Hoy lo noto más vivo que la última vez que lo miré, sus sesenta no se notan

—¿Qué te trae por aquí? — entrelaza sus dedos entre sí, manteniendo el control remoto cerca de su barriga, su voz se ha hecho más rasposa, me siento como si acabara de salir de una cárcel, después de un buen tiempo

—Encontré una chica. — siempre supe que esta conversación la tendría, pero no con mi padre, siento la facilidad con la que salen mi palabras estando con él y me detengo pensando que estoy hablando demasiado rápido—. Nos sacaron de las casas hogar a todos, la noticia salió en los periódicos, regresé con mamá y... — no me mira, de seguro ya lo sabe—. Entonces, llegó una... la chica, Annie, se llama Annie. ¿Cómo te explico?, ella tenía una cierta relación conmigo, bueno, esto es complicado de explicar, sé que me vas a llamar loco, encontré a Annie, pero no ella, es que ella ya existía en mis sueños, y cuando la encontré resulta que tampoco tenía donde vivir

Levanta su mano, me detengo.

—Espera... — su mirada confusa no se despega de la pantalla—. Ve despacio, que me estás confundiendo, hablas como si yo ya lo supiera todo, ve más despacio, por favor... en primer lugar ¿Qué quieres decir con lo de los sueños?

Espero a ver si voltea, pero no lo hace, trago saliva, ahora mismo no sé qué estoy haciendo.

—Que ya la conocía, pero en sueños... — voltea y me mira con incredulidad, como si dijera "¿En serio?"—. Ella no tenía a donde ir...

—Y la llevaste a casa de tu mamá... ¿no es así? — el control remoto resbala de sus dedos, y es lo único que rompe el silencio que se hace a su pregunta—. Eva me llamó hace unas horas, me lo contó todo, no pude ir a visitarte porque mis piernas duelen al darle una vuelta a la esquina, y la tierra entra a mis ojos, además. —levanta su tono de voz—. ¿Qué te pasa?, sí, estoy seguro de que esto suena muy loco, más que loco. Estas tan extraño, como si no pusieras atención a los detalles, ni siquiera te preguntas como sé lo que no me has contado...

Su cara se ilumina al cambio de luces de la pantalla, donde aparecen dos mujeres sonriendo, cantando algo que no logro entender. No puedo distinguir si es rabia o alguna otra emoción en la oscuridad, ahora no dice nada, pone su atención de nuevo a la televisión, no sé qué decirle, veo la tarde detrás de las cortinas oscuras, expandiéndose con la tierra afuera, y pienso en irme.

Si pudiera volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora