Capítulo 37

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Jonnathan:

La carretera es lo más solitario en lo que pensé cuando la idea de huir se me vino a la cabeza, la madrugada es muy acogedora ahora que la siento muy plena, y en medio de este enorme maizal me siento seguro, escucho algunos ruidos además de mis pasos, la respiración de Annie y el leve rechinar de las ruedas, debe ser el viento, o algún animal. Salimos hace varias horas, la venda que Kate me puso en la pierna me aprieta muy fuerte, no puedo poner plenamente mi pie sobre el pavimento, pero eso no es nada, solamente quiero que nos marchemos.

El frio me va tensando la piel de los dedos, Annie suelta un suspiro que en el aire se carga de vaho, se cubre con sus manos haciendo rosar la tela de la chaqueta entre sí, sus piernas a penas cubiertas por su falda, a pesar de que le pregunté si las cubría dijo que no sentía nada, que no le importaba dejarlas así, cuando el viento sopla en dirección a nosotros eleva su falda, y ella la sostiene con sus manos sin ningún ánimo. Me siento cansado, las cosas que llevo en mi espalda han comenzado a hacer notar su peso, además de que empujar la silla no es una tarea fácil con una pierna herida.

Sus pies no han dejado de resbalar de los apoyaderos, haciendo que pierda sus botas, las cuales pongo en seguida, estos también resbalan sin que yo lo note, y a veces solo se arrastran por el piso, o simplemente se mueven como un par de péndulos, a veces se queja porque le cansa estar sentada, dice que el dolor de espalda no la deja respirar, y las cosas se ponen peores cuando tiene ganas de ir al baño, como hace unos minutos solamente. Escucharla llorar de espaldas a ella y maldecirse a sí misma me rompe, no esconde su vergüenza cuando estas cosas suceden. Siempre que hace esto me recuerda a la noche en donde me senté, dándole mi espalda, mientras ella caminaba por la madera de nuestra habitación, describiéndola. Y aguantando mis ganas por llorar también, me mantengo así hasta que un "ya" totalmente roto me indica que tengo que voltear, para verla echa un mar de lágrimas, con su falda a medio levantar, acercarme a ella y poner todo en su lugar. "Perdóname, perdóname..." susurra llorando, mientras termino de vestirla

La luna no nos acompaña, me hubiera gustado poder caminar un poco más de tiempo, pero ya no puedo, la pantalla del teléfono indica que son las 3:30 de la madrugada, nos introducimos por el maizal y nos recostamos sobre las hojas. Aún no he vuelto a mirarla, puedo culpar a la poca luz, pero en realidad hay bastante luz como para poder detallar su lado izquierdo, simplemente que me da miedo hacerlo. Miro al cielo, pensando en que no hemos recorrido ni siquiera la mitad de la ciudad, tal vez, ni siquiera una tercera parte, a pesar de que nos veamos lejos de Sánchez, él no tardará en encontrarnos si se propone buscarnos, pero buscarnos. ¿Para qué?, ¿para que querría de vuelta a Annie en su vida? la miro procurando disimular, su nariz está colorada, y su piel pálida, sin embargo, sus ojos han recuperado claridad.

—Al fin recuperé mi cuaderno...— lo abre sin mucho cuidado

Me quedo sin palabras, no había pensado en que ella sería la que rompiera el silencio, la cubierta del cuaderno intenta brillar, me mira al fin, después de tanto tiempo, me pongo nervioso, ella sigue esperando mi respuesta y yo no sé qué decirle, siento que mis orejas se ponen calientes, y espero que no lo note. —Si—. Digo casi sin escucharme, cierra su cuaderno sin ponerle el cierre, y lo deja a un lado, como si estuviera buscando algo con los dedos de su mano derecha.

—En tu pantalón encontré una nota — retoma el aire, espero que volteé hacia mí, pero sigue mirando hacia el cielo—. Lamento haberte dejado plantado esa noche en el restaurante

Sigue buscando con su otra mano hasta que saca de allí una arrugada hoja, la cual reconozco al instante, es la que había escrito para nuestra cita en el "mil palabras", reconozco los tachones y la manera desesperada en que lo guardé después de que lo miré por última vez, pensé que la lluvia lo había echado al olvido

Si pudiera volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora